miércoles , 27 noviembre 2024
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Existe un oasis en el corazón de la zona 4

CAI de La Terminal, una esperanza para la niñez y su familia.

Rodeado de decenas de locales comerciales y trabajadores de la economía informal, en el mercado de La Terminal, zona 4 capitalina, está el Centro de Atención Integral (CAI), de la Secretaria de la Bienestar Social (SBS). 

Dicho recinto atiende a la niñez en condiciones de vulnerabilidad con servicios de cuidado personal, educación, atención médica y alimentación. Desde marzo del año pasado, la enseñanza de los menores se imparte de manera virtual; la alimentación es entregada personalmente a los padres de familia, y el control en salud, presencial, mediante citas y con las medidas sanitarias respectivas.

El trabajo a cargo del personal del CAI es un bastión fundamental para la lucha contra la desnutrición, la pobreza y pobreza extrema, pues no es solamente un paliativo, sino integral y de alto nivel para los infantes en edades de 8 meses a 6 años.

Los padres de familia, que buscan el sustento diario con sus actividades comerciales en el mercado de La Terminal, reconocen dicho aporte. “El CAI es un oasis para muchos de los vendedores informales”, dice Johana Nolasco, quien ha confiado a la SBS la educación de sus hijos.

La felicidad de las favorecidas es sinónimo de satisfacción para el personal del establecimiento, por el trabajo realizado. Foto: Mariano Macz/DCA

“Hace 20 años traje a mi primer hijo a este centro, desesperada porque no tenía donde dejarlo cuando salía a trabajar. Aquí encontré el apoyo necesario para la enseñanza, protección y cuidado de mi pequeño”, comentó mientras recibía una dotación de alimentos para sus dos hijos que actualmente tiene inscritos en el centro.

“El apoyo es significativo porque recibo alimentos, material lúdico y didáctico para la educación de mis hijos”, puntualizó.

Evelyn Díaz es otra de las madres favorecidas, quien ratifica que la asistencia en el Centro de Atención Integral tiene un impacto positivo en el seno familiar. 

Cuando a los menores se les permita regresar al centro, encontrarán mejores espacios de aprendizaje. Foto: Mariano Macz/DCA

Cuando el Covid-19 obligó, el año pasado, al cierre de las instituciones educativas, Díaz creyó que sus pequeños dejarían de recibir el pan del saber. La tristeza que invadió su corazón se transformó en felicidad, cuando se le informó que continuarían las clases y el apoyo material.

“Mis hijos continúan aprendiendo con los métodos virtuales implementados por las autoridades. Recibimos todos los útiles escolares para reforzar el aprendizaje que se imparte en las plataformas virtuales”, expresó. 

Diáz mencionó que, afortunadamente, no han dejado de recibir insumos escolares y alimenticios. Explicó que desde que comenzó la emergencia sanitaria ha fluido la distribución de víveres y el material didáctico para los pequeños.

Actualmente, se hacen reparaciones en el recinto, aprovechando que la niñez recibe clases a distancia. Foto: Mariano Macz/DCA

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