Esa ley electoral

De pronto, el Presidente de la República puede ser la persona que encabezará ese movimiento.

Se generó una polémica innecesaria, estéril y hasta pueril, diría yo. ¿Quién aconseja al Presidente de la República? ¿Por qué le entretejen entornos para que resbale? ¿Qué tan estrecho es ese círculo que no deja que se le brinden otros escenarios, otras panorámicas de lo que ocurre, o peor aún, de lo que puede ocurrir? Todos podemos concluir que las reformas aprobadas y contenidas en el Decreto Número 26-2016 son insuficientes. Que a la normativa electoral, aún le falta mucho para garantizar la democratización que necesitamos y demandamos.

Empero, no olvidemos que en el ámbito público se hace, se puede hacer, se ha de hacer con exclusividad lo que la ley permite y faculta. En el contexto de lo privado se puede hacer con toda libertad cualquier acción que la ley no prohíba. Entonces, el consejero o consejeros presidenciales han de observar estas reglas para emitir sus recomendaciones. De tal suerte, que embarcar la opinión que ha de expresar el mandatario tenga la certeza de transitar por las rutas fijadas en el derecho público. Esa ley electoral puso en la picota un antagonismo por demás inútil, insulso. Sobre todo si uno de los interlocutores es el reyezuelo de las tarabillas.

¿Qué viene ahora? Aún y en medio de la fútil conflagración. El Presidente de la República puede ofrecer una opción de ruta para inducir a la mejora de esa ley electoral que por ahora nos rige. En estos días habrá de ser sancionada. A mi juicio, y compartido por otras personas, debe ser promulgada y sancionada. Pero, repito, el Presidente Morales Cabrera puede quedar bien con la historia inmediata, con las demandas sociales y populares (en esta materia) y con la consolidación democrática que tanto necesitamos. En la Presidencia se sabrá con precisión el día de su promulgación. Entonces el día anterior se hace el anuncio presidencial. Además de ello, se formula una amplia invitación para la conformación de una Mesa de Trabajo en pro de las reformas a esa ley electoral.

A tal proceso se invita de manera particular a los integrantes de la Comisión de Asuntos Electorales del Congreso de la República y a los diputados que así lo deseen. El Presidente de la República indica que también a través de la Secretaría Privada se hará la conducción y seguimiento de las mesas y se garantizará la mayor inclusión posible para que sobre esa base, en un tiempo prudencial, pero próximo y ejerciendo su derecho de iniciativa, presentaría al Legislativo una nueva generación de reformas para que inicien su proceso con miras a ser incorporadas en esa ley electoral. De pronto, se puede constituir en la persona que encabezará ese movimiento, por medio de la instancia mencionada. Hay un gran vacío democrático. Ello, también es una enorme oportunidad.