La semana pasada escribí la primera parte de este tema y continúo el mismo en virtud de que, el haber llegado a lograr un promedio de 188 días de clases es histórico para nuestro sistema educativo. Sin embargo, recalco, falta mucho por hacer para lograr la mejora de la calidad de la educación en nuestro sistema educativo y le cuento, amigo lector, que todos debemos aportar a este proceso, todos como guatemaltecos tenemos algo que decir y hacer. En la columna anterior no incluí algunos aspectos que aprovecho para agregar a estas líneas, el primero se relaciona con la dedicación que muchos profesores, estudiantes y padres de familia le ponen al tema de su compromiso con el sistema, por ejemplo realizamos la Primera feria de la educación de Guatemala, esto fue el 9 de noviembre, gran cantidad de profesores, estudiantes y padres de familia, estuvieron involucrados en apoyo a sus hijos en días que se consideraban de vacaciones, sin embargo, fue una verdadera fiesta para quienes asistieron, esos días no los incluimos en el conteo, esto para ampliar nuestra argumentación, por otra parte, hay programas como el de telesecundaria con más de 4 mil 100 profesores que sus clases las finalizan hasta fin de noviembre, tiempo que también no se incluyó en la estimación de los días de clases en promedio. En áreas como Escuintla y Alotenango, comunidades afectadas por la erupción del volcán de fuego, se está trabajando noviembre y diciembre y no se incluye en la estimación de días laborados. También vale mencionar que existe en estas épocas un trabajo coordinado entre los padres de familia y los profesores en más de 3 mil escuelas, las cuales se están remozando y, los profesores junto a los directores de las escuelas se convierten en asesores de las organizaciones de padres de familia, para lograr mayor éxito en la mejora de los edificios escolares. Otro aspecto que vale reconocer es que por tercer año consecutivo después de más de 10 años de no hacerse, los maestros dedican por lo menos una quincena de noviembre para realizar el censo escolar, que no es más que una encuesta escolar domiciliar, en donde ellos visitan casa por casa a los padres para identificar niños en edad escolar y a la vez motivarlos para que los inscriban en las escuelas.
Indudablemente no todos los profesores están comprometidos con esta labor, como en todo proceso y espacio en la vida, no en todo y con todos podemos contar, pero podemos decir que hay ahora muchos profesores comprometidos y con deseos de lograr un cambio. Alguien comentaba con escepticismo el artículo anterior, refiriéndose al cumplimento de los 188 días de clases promedio, diciendo “…¿En qué lugar será eso, porque en mi comunidad si mucho llegaron a 150 días de clases?”. Tomé el ejemplo del comentario emitido por el lector, pues me sirve para recalcar, que es un promedio y, eso significa que algunos cumplieron más días y otros menos, pero la gran mayoría cumplió y llego a la cantidad señalada. Es un tema elemental de estadística. Esto sin incluir el tiempo que los maestros responsables usan para planificar, calificar tareas y prepararse, el cual aunque usted no lo crea, muchos lo utilizan.