Los teatrinos de madera se engalanan con la magia de marionetas guatemaltecas, argentinas, colombianas e italianas para celebrar, hasta el 11 de marzo, el XI Festival Internacional de Títeres Titiritlán. La nueva edición se inaugura hoy a las 18:30 en el Instituto Italiano de Cultura (16 calle 2-55, zona 10), con Un recién nacido en la casa del Diablo, a cargo del Teatro della Marignama, de Gigio Brunello. Recién llegados al país, Arlequín y Colombina, los protagonistas del espectáculo, nos hablan de la trama y sus personajes.
La trama
Desde Italia, el elenco de Un recién nacido en la casa del Diablo desembarca en Guatemala para mostrar una comedia de corte surrealista. En la historia, un lunático Diablo reprime a su empleado (Arlequín) y se enamora de la protagonista (Colombina), hasta que a la puerta de su hogar llega un pequeño ser que refleja la fragilidad y la inocencia.
Lo que piensa un títere
“Soy una careta de la gloriosa Comedia del arte que hizo renacer el teatro en Europa entre el 1500 y el 1600”, explica Arlequín, nacido en Bérgamo, al norte de Italia. Creado en madera, su misión es hacer reír a otros, aunque en esta historia trabaje en la casa de un demonio. El papel de asistente, confiesa, le hace ver como un inculto, pero también denota su “astucia de gato y fuerza de toro”.
Colombina vive su propio drama. Para ella, ser buena se convertirá en un reto cuando deba servir a un Diablo con quien se niega a casarse, pues “tiene las manos frías”. Una de las quejas de esta marioneta es la sensación extraña que le produce su propia voz, pues no la siente como suya, sino como si un hombre la realizara. Si bien la compañía del titiritero Gigio Brunello suele ser muy exigente, los muñecos concuerdan en que en esta pieza, más que en cualquier otra, les permite improvisar.
