El desayuno, aunque para algunos parezca difícil de preparar por falta de tiempo o por cualquier otra razón, es necesario e importante. Es el primer alimento que ingerimos después de haber estado horas en descanso o lo que se entiende como ayuno.
Para comprenderlo mejor, además de que el cuerpo está vacío al levantarnos, durante la noche los niveles de azúcar bajan. Por eso, es necesario brindarle los nutrientes requeridos para recuperar la energía y los índices de glucemia.
Entonces, ¿cómo podemos empezar bien el día? Nada mejor que con un buen desayuno. Al consumir alimentos por la mañana, antes de salir de casa, aceleraremos el metabolismo.
Desayunar reduce el apetito durante el día y así evitamos comer de más. Mientras que al no ingerir alimentos por la mañana, o dejar por un lado el desayuno, sentirá hambre y muy posiblemente recurrirá a refrigerios que sacian inmediatamente, pero que quizá no son los más nutritivos. Algunos ejemplos podrían ser las papas fritas, las galletas o los jugos con altos niveles de azúcar.
¿Qué debemos ingerir en el desayuno? Es una buena pregunta, pues aunque tenemos que alimentarnos en las primeras horas de la mañana, hay que hacerlo de la mejor manera.
Los cereales integrales son hidratos de carbono de lenta absorción y entre ellos se incluyen la avena integral, el muesli, la granola y el pan integral. Más allá de sus aportes nutricionales, estos alimentos dan sensación de saciedad.
La fibra, presente en manzanas, pistachos, nueces, almendras, cereales, zanahorias, espinacas, remolachas y espárragos es necesaria. Al igual que algunas proteínas, como las de los lácteos descremados, los huevos y carnes magras, como jamón de pavo y queso fresco. Son indispensables también las vitaminas de leche, frutas o verduras.
Aunque hay grasas que deben evadirse, el cuerpo necesita cierta cantidad de grasas saludables provenientes del aceite de oliva, aguacate y frutos secos, por mencionar algunos. Por supuesto, este tipo está lejos de las frituras, panes y galletas cargadas de grasas trans.
Hay formas de evitar caer en unas galletas y una taza de café para el desayuno. Por ejemplo, una avena integral con leche descremada, endulzada con miel y frutas como piña, banano, nueces y ciruelas. También un yogur natural con frutas y nueces o almendras, o unas tostadas de pan integral con ricota, aguacate y tomate, o unos huevos revueltos con hojas de remolacha, espinacas o acelgas.
Otro aspecto a considerar es comer con tiempo para lograr una buena digestión. Si bien esto significa que debe levantarse un poco más temprano, su organismo se lo agradecerá inmensamente.