Diana Herrera [email protected]
En el marco del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de Ecosistemas, que significa prevenir, detener y revertir, se traduce en inversión para las sociedades del futuro. Nos invita a la reflexión de recuperar los ecosistemas para un entorno saludable y sostenible, así como mejora de los medios de vida de las personas, y contrarrestar el cambio climático. Este lema mencionado anteriormente es lograr que vuelvan las plantas y animales que hoy están al borde de la extinción, desde las montañas hasta las profundidades del mar.
También en el Día Mundial del Medio Ambiente, se promocionan pequeñas acciones que desde la cotidianidad se pueden realizar, como por ejemplo: cultivar árboles, reverdecer las ciudades, enriquecer jardines públicos o limpiar la basura de los ríos y playas. La restauración de los ecosistemas conlleva pequeños sacrificios sustanciales por parte de las personas, y esto es considerado una inversión en la cual se puede esperar ganancias para la sociedad en el futuro.
La restauración de los ecosistemas conlleva pequeños
sacrificios.
Pero, en el mundo financiero, estas inversiones se traducen en lo que conocemos como bonos verdes, pero también existen los bonos azules. Estos representan una nueva fuente de iniciativas, para alcanzar a inversionistas comprometidos con la sostenibilidad ambiental y que se identifica con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Hoy en día, la mayor parte del mundo financiero conoce los bonos verdes, pero aún se desconoce sobre los bonos azules y la economía azul. Conocemos que el planeta se compone al menos de un 70% de agua, representado mayoritariamente por sus océanos, y los efectos del cambio climático, y de la acción humana, que impactan seriamente la biodiversidad de los océanos, que absorben alrededor del 30% del dióxido de carbono que se produce.
Los bonos azules monetizan el compromiso de proteger al menos un 30% de las áreas marinas cercanas a la playa, incluyendo los arrecifes de coral, manglares y otros hábitats importantes. Y eso, a la vez, traerá la economía azul, al reactivarse la actividad de pesca sostenible así como el turismo. Sin embargo, ¿los bonos son rentables y socialmente responsables? En efecto, sí lo son, y la mejor apuesta que se tiene para contrarrestar los efectos del cambio climático.
Según los últimos datos disponibles en materia de cambio climático, se sostiene que alrededor del 12% del planeta es no habitable debido al clima. Agregando que también existe un elevado endeudamiento de los Estados y las mayores exigencias de capital en las entidades de crédito que hacen que los mercados de capitales y el sector privado cobren un papel muy importante en la gestión de la crisis climática. Permitiendo dar saltos cualitativos hacia la construcción de una sociedad más inclusiva y baja en carbono.
