Préstamos a domicilio, lecturas por teléfono a adultos mayores, atención en línea a escolares y conferencias y clubes de lectura virtuales son algunas de las innovaciones que puso en marcha la Biblioteca Nacional del Perú (BNP) para afianzar su vínculo con los lectores en medio de la pandemia del Covid-19. A punto de cumplir 200 años de fundación, la primera institución cultural de ese país afrontó el reto de la coyuntura con creatividad y tecnología.
Reto
“El principal reto ha sido el de procurar que la Biblioteca Nacional y, por extensión, las bibliotecas, sigan siendo consideradas instituciones que ofrecen servicios que son pertinentes incluso en coyunturas como esta”, destacó el jefe institucional de la BNP, Ezio Neyra.
La institución, fundada por el general argentino José de San Martín, el 28 de agosto de 1821, pasó de ofrecer una función cultural casi totalmente presencial a recorrer nuevos caminos, que incluyen capacitaciones en herramientas digitales para docentes y programas académicos seguidos en vivo por millones de personas.
Todo se hizo bajo la premisa de considerar a las bibliotecas no solo como una infraestructura cultural, sino también social. “Son espacios para permitir y promover el encuentro de la comunidad, el intercambio alrededor de la información, de la cultura, del conocimiento. Pero, además, espacios capaces incluso de hacer el trabajo de contención emocional de su comunidad, que está en una situación de vulnerabilidad”, explicó Neyra.
Programas
Ante la situación generada por la pandemia, la BNP encontró nuevos públicos nacionales e internacionales, y el reconocimiento de especialistas de la región por el carácter innovador y “propositivo” de sus nuevos programas. Pero también la llevó a esforzarse en la búsqueda de “servicios pertinentes” para todos, más aún en un país como Perú, donde existen grandes brechas para el acceso a Internet.
Uno de los nuevos servicios es Aló BNP, que se puso en marcha con el objetivo de facilitar el acceso a la información y a la lectura a través del teléfono, para quienes no cuentan con internet o computadora. Aunque está pensado principalmente para adultos mayores, también aplica a personas con dificultades en el acceso a la lectura, a la tecnología o con limitaciones de movilidad.
Además, en agosto lanzó la Biblioteca Pública Digital, con un servicio de 6 mil libros y audiolibros disponibles para prestar a los usuarios hasta por 14 días y hasta dos publicaciones por persona por vez. Este servicio ya tiene 15 mil 383 usuarios registrados y ha hecho cerca de 40 mil préstamos, más del 50 por ciento de ellos a jóvenes, entre 18 y 35 años.
Otra de las iniciativas novedosas es el préstamo de libros a domicilio y por recogida en el local de la Gran Biblioteca Pública del Centro Histórico de Lima y en las Estaciones de Bibliotecas Públicas. Este servicio busca responder al “espíritu” de una propuesta que considera que si la gente no puede acudir a los locales, las bibliotecas tienen que ir a los usuarios.
En cuanto al acceso a la información, la plataforma BNP Digital, que ofrece no menos de 71 mil materiales de su fondo antiguo, destinado sobre todo a investigadores, ya registró durante la actual emergencia no menos de 31 mil nuevos usuarios y unos 70 mil préstamos.
Neyra aseguró que todos estos programas se mantendrán una vez que pase la pandemia. “Las bibliotecas deben aprender a convivir con mucha naturalidad entre esos tres entornos: virtual, presencial y remoto”, concluyó.
- David Blanco Bonilla, EFE
