Por: Angel Lavarreda
En el mismo orden de ideas, el proceso de capacitación aplicado al aparato estatal coadyuvará a la reactivación de la economía, el logro de metas como país y finalmente lo más importante la mejora humana; para así obtener un producto final depurado y de mejor calidad, maximizando recursos y mejorando sustancialmente la vida del trabajador, y por ende de la organización, observándose a corto plazo cambios que se enfocarán en la mejora del servicio prestado, en la visualización externa del usuario y en una mejora general de la persona humana del servidor público.
Tomando en cuenta que todos los seres humanos por naturaleza reaccionamos de manera activa o pasiva de acuerdo al estímulo que se nos dé, siendo la capacitación un estímulo positivo que debe cultivarse en todo colaborador, tomando en cuenta que sus capacidades se incrementarán de forma exponencial, entendiendo este crecimiento exponencial como el cual se aplica a una magnitud tal que su variación en el tiempo es proporcional a su valor, el trabajador podrá entonces superar sus expectativas como servidor público. Además, si nos separamos del lado humanista y vemos el lado de la inversión dineraria que conlleva capacitar al personal en sus campos específicos de trabajo, es la institución la más interesada y la que más ganará, pues implanta en sus colaboradores capacidades extras, dándoles un plus que al llegar a la institución no poseía.
Logrando que sus colaboradores sean día a día más competitivos y capaces para realizar sus tareas específicas y a largo plazo en tareas diversas, lo cual conlleva una tecnificación o profesionalización por medio de un programa de capacitación, su seguimiento y por último su aplicación formal.
Por lo anterior se establece que un: Programa de Capacitación según Guerrero J. (2015) es un proceso estructurado y organizado por medio del cual se suministra información y se proporcionan habilidades a una persona para que desempeñe a satisfacción un trabajo determinado.
Ha existido desde las sociedades primitivas, cuando los mayores enseñaban a los jóvenes y niños a trabajar.
Complementando la idea anterior, para Chiavenato (1998) un programa de capacitación es “un proceso a corto plazo aplicado de manera sistemática y organizada, mediante el cual las personas obtienen conocimientos, aptitudes, y habilidades en función de objetivos definidos” (p. 418).