De la manera en que lo estableció el Proyecto de Regulación Eléctrica de Zonas Rurales Aisladas para Guatemala (Regezra) en 2010: en muchas comunidades existen barreras importantes para llevar la electrificación por medio de redes, principalmente en aquellas que se pueden calificar como “zonas rurales aisladas” (ZRA), las cuales tienen como principales características: alta dispersión geográfica, alejadas de los núcleos habitados, débiles infraestructuras de comunicación, con orografías complicadas, en zonas medioambientalmente valiosas, baja densidad de consumo y un bajo nivel de ingresos con pocas perspectivas de crecimiento.
Existe la posibilidad de que una comunidad pueda desarrollar, administrar u operar un proyecto de generación hidroeléctrica u otra fuente renovable para distribuir y comercializar la energía eléctrica dentro de su territorio a través de una microrred, con el objeto de que los comunitarios puedan tener acceso a fuentes modernas de energía porque se puede tratar de una comunidad de difícil acceso geográfico o que resulte demasiado costoso su interconexión a la red de distribución, usando una figura jurídica adecuada como la cooperativa, asociación o sociedad mercantil.
Pero una dificultad grande de estas comunidades es que el costo del suministro eléctrico está en la mayoría de casos por encima de la capacidad de pago de la población, por lo que existe la necesidad de buscar alternativas creativas de financiamiento la cual podría ser la creación de un fideicomiso con un aporte importante del Estado, al cual puedan acceder las comunidades que estén interesadas en el desarrollo de un proyecto o a través de subsidiar el pago del servicio a las empresas prestadoras.
El esquema de negocio está basado en unidades autoproductoras de energía solar.
Es importante mencionar que existe un emprendimiento privado que presenta una alternativa para llevar energía a las zonas rurales aisladas. El esquema de negocio está basado en unidades autoproductoras de energía solar. Lo novedoso de su enfoque está en el hecho de que no es el equipo lo que vende, porque eso sería muy oneroso y difícil, tomando la capacidad de pago de los pobladores; lo que se vende es el servicio de energía eléctrica mediante la modalidad de prepago; es decir, el usuario paga por adelantado la cantidad que requiere mientras que la empresa se encarga de poner las instalaciones, las cuales pueden ir desde tres focos ahorradores en una residencia hasta instalaciones para edificios públicos como escuelas y centros de salud, tiendas y pequeños comercios.
Se ha tenido noticia de otros emprendimientos que buscan también, a través de la aplicación de tecnologías informáticas y de comunicación como blockchain, prepago o P2P, entre otras.
En el Plan Indicativo de Electrificación Rural 2020-2050 emitido recientemente por el Ministerio de Energía y Minas, se considera la posibilidad que existan tecnologías de electrificación por “microrredes” y “usuarios auto productores aislados” en el caso de altos costos de electrificación y largas distancias al punto de conexión más próximo, pero no establece cuáles pueden ser las acciones concretas para promoverlas.
