Si Raphael se alimenta de los aplausos del público, la noche del martes el español se dio un banquete gracias a sus seguidores guatemaltecos reunidos en la Sala Efraín Recinos, del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias. Poco después de las 20:00, el artista se plantó sobre el escenario, pero antes de repasar sus éxitos se tomó un minuto para extender los brazos y recibir sonriente el calor de sus fanáticos.
Del presente al pasado
Con su look habitual, pantalones, camisa y chaqueta negros, Raphael arrancó su show con algunas de sus piezas más recientes: Infinitos bailes, Aunque a veces duela y Loco por cantar. Luego de esa tanda, el artista saludó a sus fans y expresó su alegría por volver a Guatemala. “Yo sé muy bien a qué han venido”, dijo, para dar paso a una ovación y a Mi gran noche.
El cantante continuó indagando en el pasado y haciendo las mieles del auditorio, e interpretó Somos, Digan lo que digan, Provocación, Cuando tú no estás y Sigo siendo aquel, que provocó una lluvia de aplausos. Pero si algo distingue la actuación del Divo de Linares son sus gestos y bailes, con los que se desató en Maravilloso corazón.
Puesta en escena
Por una tontería, Raphael sostuvo un monólogo al calor del piano y dio por cerrada la disputa con el lanzamiento de un vaso. La puesta en escena y las melodías de desamor continuaron con No puedo arrancarte de mí y Estuve enamorado.
En su presentación, el español también tuvo tiempo de interpretar unas cuantas joyas presentadas y ofreció nuevas versiones de La quiero a morir, Adoro y Gracias a la vida. Le guiñó a México con Fallaste corazón y Ella, y se animó a marcarse un “dúo” con una antigua de la radio en Volver, de Carlos Gardel.
La noche alcanzaba su clímax, y desde sus butacas el cauto público le “enviaba” abrazos al cantante como un presagio de lo que vendría: Estar enamorado, Escándalo, Ámame y Que sabe nadie. Era tiempo de decir adiós, pero antes el artista dejó el alma en Yo soy aquel y Como yo te amo. De pie, la concurrencia despidió a su ídolo que, tal y como al inicio del show, abrió los brazos para llenarse de la energía de sus fanáticos por última vez.