miércoles , 27 noviembre 2024
Inicio Miguel Ángel Asturias… el abuelo

Miguel Ángel Asturias… el abuelo

Foto: Sandino Asturias

Sandino. Desde antes de mi nacimiento, ya mi abuelo tenía influencia en mi vida. En 1956 prologó el libro del investigador argentino Gregorio Selser Sandino, general de hombres libres. Lo tituló “Del prólogo a la arenga”, donde narraba su admiración por el héroe nicaragüense. Este hecho histórico definió por qué me llamo Sandino, nombre que marcó mi vida y mi lucha.

Nietecito amigo. El día que nací, mi abuelo publicó en varios periódicos, entre ellos, El Imparcial de Guatemala, dos sonetos dedicados a mí. Uno se llamó Mi nietecito amigo y otro Si ya no hay hadas.

El recorte del periódico llegó a mis manos, gracias al cariño y paciencia de José Barnoya (el Sordo), quien guardó durante más de 25 años el trozo del diario y me lo entregó en 1997. Mi nietecito amigo es un poema de amor y dulzura que también expresa una posición dura y firme, en relación con la realidad que había en Guatemala en 1962 y la esperanza de que su nietecito amigo fuera parte del cambio que necesitaba Guatemala.

Espejito con Ojos. Mi abuelo siempre me dijo “Espejito con Ojos”. En todas sus cartas y conversaciones se refería de esa manera a mí. En su cuento El hombre que lo tenía todo, todo, el personaje principal es Espejito con Ojos, y de esa manera inmortaliza su manera de llamarme.

Cuando mi padre fue exiliado en 1964 por Miguel Idígoras Fuentes nos fuimos a vivir a México. Mi abuelo vivía en París, Francia, y nos visitaba. Las casas de Alaide Foppa y Luis Cardoza y Aragón, que también estaban exilados, eran los lugares de encuentro, muchos de los cuales quedaron registrados en fotografías.

En 1971, con 8 años de edad, estando mi padre en la lucha revolucionaria, mi madre fue secuestrada y gracias a la intervención de mi abuelo fue liberada. En ese contexto, mi madre y yo debimos salir a un segundo exilio. Esta vez pasamos unos meses en París con mi abuelo, quien nos acogió con todo su cariño. Es en esta etapa donde seguramente fortalecimos nuestra relación. Miguel Ángel Asturias fue un abuelo tierno, cómplice. A ambos nos encantaba el chocolate y él compartía todos sus escondrijos conmigo. Con él recorrí museos y teatros de París. Fue una estancia plena de ternura y amor.

En 2017, creamos junto a mi tío Miguel Ángel Asturias Amado la Fundación Asturias, desde donde hemos desarrollado una serie de proyectos para promover y ampliar el conocimiento de su obra y de su vida. Entre otros proyectos, impulsamos la creación del Museo Miguel Ángel Asturias y este año, que ha sido declarado por el Gobierno de Guatemala como el año de Miguel Ángel Asturias, en conmemoración del 50 aniversario de su muerte y 125 de su nacimiento, decidimos repatriar los restos de Miguel Angel Asturias a Guatemala, que es el lugar donde él siempre soñó para descansar para siempre. Para este acontecimiento contamos con el apoyo de las autoridades de Francia y Guatemala.

Mi abuelo heredó en mí todo el amor a Guatemala, a su cultura, su admiración y respeto a los pueblos originarios y su capacidad de resistencia, su deseo de una nueva Patria “que no es Patria esa pobre factoría, donde todo se entrega o se ha vendido”, como escribió el 24 de julio de 1962 en Mi nietecito amigo.

Sandino Asturias Valenzuela

Artículos relacionados

EN EL PAÍS

Proyectos de salud impactan positivamente en Huehuetenango

Como parte de la fiscalización a los programas de salud y contención...

PORTADA

“Se están rompiendo las barreras de la pobreza”, afirma mandatario

Foto: Sandra Sebastián “Guatemala avanza, pero aún hay retos que no podemos...

EN EL PAÍS

Nueva denuncia por defraudación suma 6.9 millones de quetzales

Foto: Cecilia Vicente Un nuevo caso de posible defraudación tributaria por 6.9...

EN EL PAÍS

Diputados aprueban Ley de la PNC

Foto: Archivo / Danilo Ramírez De urgencia nacional, el Pleno del Congreso...