El símbolo patrio que estos días adorna las calles y edificios no siempre ha sido como hoy lo conocemos.
Estos días, los colores azul y blanco dominan las calles del país. Desde automóviles hasta casas y edificios exhiben banderas, como una forma de demostrar el patriotismo y conmemorar la independencia de Guatemala. Este símbolo, sin embargo, no siempre ha lucido como hoy lo conocemos. Como preámbulo a los festejos por los 198 años de emancipación política, exploramos los cambios que ha sufrido.
1. La unión
Luego de firmar el acta de Independencia, el 15 de septiembre de 1821, e integrar, en 1823, la Federación Centroamericana, nació el primer pabellón. Estuardo Ovalle, cronista e historiador del servicio de Historia Militar del Museo del Ejército de Guatemala, explica que este contaba con tres franjas horizontales: dos azules, que representaban los océanos Pacífico y Atlántico, y una blanca, por el territorio centroamericano. Además, lucía cinco volcanes que simbolizaban a Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, y un sol que los bañaba con sus rayos.
2. Intensidad
“En 1825, la bandera recibe las primeras modificaciones. En ella se mantienen los cinco volcanes y el triángulo que hace referencia a la unión y fuerza del territorio. Se agregan laureles y un tono azul más profundo que el anterior”, indica Ovalle. Los colores, como referencia de los océanos y el territorio, continuaron en esta versión.
3. Identidad
Rafael Carrera llega al poder de la Federación en 1843, y cinco años después se consolida la República de Guatemala. Una de las primeras acciones del militar fue cambiar la bandera y esto consistió en eliminar el triángulo. Los volcanes se conservaron como símbolo de amistad entre países vecinos pero, ahora, independientes.
4. La herencia
En 1851, Carrera pide un nuevo diseño. Aníbal Chajón, investigador del Centro de Estudios Folklóricos de la Universidad de San Carlos, indica que se añadió un segmento amarillo y otro rojo, que recordaban “el vínculo con España y con la Iglesia católica, y la ideología conservadora del gobernante”. En este escudo solo aparecen tres volcanes, en referencia a los países con presidentes conservadores: Guatemala, Nicaragua y Costa Rica.
5. Más colorida
Chajón comenta que en 1858, con el régimen conservador consolidado y el inicio de los movimientos liberales, surge un nuevo cambio. Los colores azul, blanco, amarillo y rojo ocupan más espacio del pabellón y el escudo ya no tiene los volcanes, pero sí las banderas de cada país centroamericano.
6. La reforma
La Reforma Liberal de 1871 también alcanzó al pabellón. Cuando Justo Rufino Barrios y Miguel García Granados derrocaron al gobierno de Vicente Cerna y entraron triunfantes en el poder, llevaban una bandera de tres franjas verticales, dos celestes y una blanca y, al centro, un diseño que luego se convertiría en el que vemos en la actualidad. “Cambiaron el escudo y añadieron el pergamino con la fecha de la independencia, dos fusiles Winchester, dos espadas, las ramas de laurel y el quetzal”, apunta Chajón.
7. El definitivo
En 1968, el presidente Julio César Méndez Montenegro estableció el color y diseño que hoy apreciamos. El celeste fue propuesto por el pintor Víctor Manuel Aragón, cuyo ejercicio consistió en observar el cielo a diferentes horas, hasta encontrar el tono que pinta nuestro país. El artista también fue el creador del escudo que actualmente se ve en la bandera.