Conozca el camino del único bailarín guatemalteco del Sarasota Ballet de Florida.
Desde la primera vez que Lenin Valladares se calzó las zapatillas de ballet, algo dentro de su pecho se movió: había encontrado su pasión. El bailarín comenzó su formación en la Escuela Municipal de Danza, y gracias a su talento, disciplina y el apoyo de la Fundación G&T Continental ha podido perfeccionar su técnica y acumular nuevas experiencias en distintos lugares del mundo. El único guatemalteco que es parte del Sarasota Ballet de Florida, EE. UU., estuvo en el país para ofrecer una charla acerca de su arte, y conversó con el Diario de Centro América.
Las bases
A los nueve años, Lenin Valladares se apasionó por la danza clásica. Los pliés, los battement tendus, los ronds de jambe en l’air y otras bases las aprendió junto a maestros como Eddy Vielman, Marcela Silva, Carola Mérida, Julio Ramírez y Lourdes Miranda, en la Escuela Municipal de Danza. “Durante siete años, ellos marcaron el principio de lo que sería mi carrera profesional” recuerda el balletista.
Los pasos internacionales
Poco a poco, Valladares empezó a destacar por sus movimientos y soltura, lo que lo llevó a concursar en certámenes fuera del país y a recibir ofrecimientos de becas en el extranjero. El sueño del bailarín continuó en EE. UU., y en Tampa, Florida participó, por cuatro meses, en el
Next Generation Ballet at the Patel Conservatory, donde, dice, conoció de primera mano el nivel de disciplina que su arte exige.
De 2013 a 2015 Lenin se formó en la Sarasota Cuban Ballet School. Sin embargo, su inquietud también lo hizo pasar un verano en la Ballet School, de la Opéra national de Paris, en Francia, y unos meses en la Escuela de la Danza Cubana, a la que describe como “una de las mejores academias de ballet del mundo”. Sus estudios profesionales los concluyó por medio de una beca en la San Francisco Ballet School, en California.
Sobresaliente
Su camino, el bailarín de 23 años lo describe como difícil, tanto en lo profesional como en lo personal. “Salí y tuve que dejar a mi familia y llegar al lugar en que el mercado de artistas es enorme. Sé que he logrado sobresalir con mucha dedicación, disciplina, sacrificios y pasión”, indica.
Su talento y esfuerzo tuvieron recompensa el año pasado, cuando ingresó oficialmente en el Sarasota Ballet, de Florida. Valladares afirma que todas las oportunidades que la vida le ha presentado son parte de un sueño, que actualmente cumple. Por eso, lo que desea para el futuro inmediato es continuar su carrera profesional en la compañía a la que ahora pertenece.