Siquinalá y Sanarate gritan a los 4 vientos que son de la Mayor. Consumaron el ascenso de forma agónica. Los escuintlecos tendrán su primera incursión en el máximo circuito, mientras que los celestes consumaron su retorno después de 51 años. Ahora les queda establecerse en esta instancia.
El hito de Siquinalá de erigirse como equipo benjamín de la Liga Nacional tiene a 2 técnicos responsables: Kenny Colindres y César Barcárcel. Al cuadro naranjero le tomó 13 años, desde su fundación, en 2004, para inscribir su nombre en la historia, y ahora se codeará con la élite del futbol guatemalteco.
Aunque Colindres no figura en el plano principal de la hazaña, es el pionero. Llegó en 2014, cuando el equipo militaba en la Segunda División, y cual alfarero lo moldeó, forjando una base sólida de jugadores que 2 años más tarde dio sus réditos coronándose y ascendiendo a la Primera, precisamente en suelo colonial.
En el Apertura 2016, el cuadro sureño llegó a la final y se proclamó campeón, lo cual le dio el derecho de pelear por 1 de los 2 boletos a la categoría de los consagrados; sin embargo, Colindres fue removido en mayo y Barcárcel capitalizó la gesta, el domingo contra Santa Lucía Cotzumalguapa.
Los naranjeros afrontarán su primera experiencia en el máximo circuito con el Estadio Mateo Sicay Paz, con capacidad para 3 mil personas, como feudo, siempre y cuando cumpla con los requisitos, entre ellos las dimensiones del campo, la circulación del terreno con malla y buenas condiciones de camerinos.
Para Siquinalá ahora llega lo más difícil, “mantenerse”, y seguir brindándole alegría a un municipio que se ubica a 82 kilómetros de la capital y que pertenece a Escuintla, que desde el Clausura 2014, cuando descendió Iztapa, no contaba con un representante en la Liga Mayor.
Protagonizará derbi
Sanarate, otro de los nuevos inquilinos para la temporada 2017-2018, y Guastatoya darán la cara por El Progreso, y para ponerle más sazón a la rivalidad futbolística protagonizarán el derbi de esa región.
Los celestes consiguieron la hazaña de la mano de Héctor Julián Trujillo.
Aunque también tuvo que ver el estratega nacional Juan Alberto Salguero, quien los llevó a disputar la final del Apertura 2016, una clasificación que, por ende, les permitió pelear por los ascensos, pero fue despedido en febrero por una seguidilla de empates. La máquina celeste, que vuelve después de 51 años, tiene como sede el Estadio Municipal.
