El miércoles se cumple un aniversario más de una feria con mucha tradición, apoteosis e historia en el país. El único feriado del cual gozamos las y los capitalinos, en honor a la Virgen de la Asunción, patrona de la Nueva Guatemala de la Asunción, pues los otros días de interrupción laboral son denominados asuetos. Indudablemente, el 15 de agosto es una de las festividades más importantes de la ciudad capital, en la cual confluyen la devoción, la alegría, el entusiasmo y, por supuesto, la diversión, no solo de los citadinos sino en la provincia y en el extranjero.
Esa pausa de la cotidianidad y breve ausencia de la realidad nacional y sus entramados políticos, sociales y económicos que tanto nos absorben, debe alentarnos a no dejar desaparecer las usanzas heredadas por muchos años de nuestros ancestros, que se preocuparon por mantener y avivar esas costumbres.
Vale recordar que esa celebración lleva décadas en el contexto nacional, durante 10 días, en la avenida Simeón Cañas de la zona 2, puede observarse el derroche de cultura ancestral. La amalgama de colores, olores y sabores es característica de la época agostina que atrae a miles de comensales, tanto nacionales como internacionales, a participar e interactuar en su tradicional recorrido. Por más de 7 horas, en las calles de las zonas 1 y 2 de esta ciudad transitará la procesión en conmemoración de la venerable patrona, cuyo objetivo es derramar bendiciones a los guatemaltecos que acuden a admirar su andar.
Desde tiempos coloniales, la feria ha sido significativa tanto por su atracción y especial atención a los aspectos de fe y marcada religiosidad, como del arte culinario y el infaltable entretenimiento familiar, por los juegos mecánicos y de azar puestos a disposición de sus visitantes. Es por ello que, centenares de ciudadanos concurren a la evocación religiosa, no solo para reverenciar a la patrona sino para degustar de los platillos típicos colocados en comedores improvisados, para conmemorar los ahora 243 años de la fundación de la ciudad capital. Otro dato importante que se suma a la feria de agosto, es que este año se cumplieron 22 años de la coronación de la Virgen de la Asunción, que la población católica presenció fervientemente de las manos del papa Juan Pablo II, en febrero de 1996.
Lo cierto del caso es que la también llamada feria de Jocotenango se viste de un maravilloso espectáculo, para que con pompas y barullo se exhiba una de las tradiciones más antiguas de la historia nacional. Aprovechemos fechas como estas para acercarnos y conocer un poco más de nuestra cultura, nuestra gente y nuestras tradiciones.
No permitamos que esas costumbres que con mucho esfuerzo se construyeron se desvanezcan, pues son la máxima representación de nuestros antepasados, quienes nos han enseñado a valorar esa mística y unidad poblacional. Es momento de potenciar como país la convivencia y la concordia ciudadana, para trasladar más allá de las fronteras aquellos eventos que nos hacen sentirnos orgullosamente guatemaltecos