COLUMNAS
Y si cumpliera con todas sus funciones y le sobraran el tiempo y el dinero, ¿Por qué no? (I)
El Tribunal Supremo Electoral y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), han celebrado un convenio de cooperación (Carta de entendimiento) que tiene por objeto fortalecer la capacidad de las autoridades electorales para prevenir la infiltración de dinero ilícito en el financiamiento de las organizaciones políticas.
El convenio se celebra a las puertas ya del próximo proceso electoral, y su intención parecería encomiable, encontrándose dentro del ámbito de la citada Comisión la potestad para celebrar este tipo de convenios, tanto con instituciones nacionales como extranjeras, lo que también ocurre en lo que respecta al Tribunal, siempre y cuando se circunscriban al ámbito de las funciones que les corresponde.
De conformidad con la CICIG (informe temático realizado por esta) el 25% del financiamiento electoral que reciben en Guatemala los partidos políticos proviene del narcotráfico, afirmación que, sin embargo, hasta la fecha, no ha logrado comprobar en juicio alguno y, es más, no la ha llevado a impulsar persecución de ningún tipo en contra de quienes –a sabiendas– hayan aportado o recibido dinero de semejante procedencia: el 25% del dinero que –a su decir– financia las campañas electorales.
Son varios los convenios celebrados por la CICIG con instituciones diversas, siendo este (la Carta de entendimiento) uno más, sí, pero de singular importancia como consecuencia de los fines perseguidos y, precisamente por ello –quién te quiere te aporrea– debo señalar que no debe olvidarse la sabia sentencia popular que previene que, “quien mucho abarca, poco aprieta” y que, en tal sentido, debe preocuparse por cumplir, primero, con las funciones que le corresponden y que constituyen la razón de ser de que la hayamos constituido; es decir (la cita es textual): “Determinar la existencia de cuerpos ilegales de seguridad y aparatos clandestinos, su estructura, formas de operar, fuentes de financiamiento y posible vinculación con entidades o agentes del Estado y otros sectores que atenten contra los derechos civiles y políticos en Guatemala, de conformidad con los objetivos del acuerdo”.
“Colaborar con el Estado en la desarticulación de los aparatos clandestinos de seguridad y cuerpos ilegales de seguridad y promover la investigación, persecución penal y sanción de los delitos cometidos por sus integrantes”.
“Recomendar al Estado la adopción de políticas públicas para erradicar los aparatos clandestinos y cuerpos ilegales de seguridad y prevenir su reaparición, incluyendo las reformas jurídicas necesarias para este fin.” Tales, las funciones que corresponden a la Comisión establecida, siendo los objetivos de su creación (la cita también es textual): “Apoyar, fortalecer y coadyuvar a las instituciones del Estado de Guatemala encargadas de la investigación y la persecución penal de los delitos presuntamente cometidos con ocasión de la actividad de los cuerpos ilegales de seguridad y aparatos clandestinos de seguridad y cualquier otra conducta delictiva conexa con estos que operan en el país, así como en la determinación de sus estructuras, actividades, formas de operación y fuentes de financiamiento, promoviendo tanto la desarticulación de dichas organizaciones como la sanción penal de los partícipes de los delitos cometidos”.
“Crear los mecanismos y procedimientos necesarios que deberán implementarse para la protección de los derechos a la vida y a la integridad de las personas”.
En materia electoral –si cierto lo del financiamiento por parte del narcotráfico– no ha evidenciado la CICIG la eficiencia que se esperaría de su parte cara a detectarlo –de verdad– combatirlo y sancionarlo, puesto que poco avance, por no decir ninguno, ha tenido su trabajo en cuanto a los aportes a las campañas electorales de recursos provenientes del narcotráfico, sabiendo de su procedencia quienes los aportan y/o quienes los reciben. Su único aporte al tema, por llamarlo aporte, la afirmación realizada de que el 25% de las campañas políticas es financiado por el
narcotráfico.
Independientemente de que contase la CICIG con el tiempo y el dinero suficiente para atender lo pactado con el Tribunal Supremo Electoral en la Carta de
entendimiento, habiendo ya logrado tener bajo su control todo lo relativo a las razones que determinaron su creación, las razones ya citadas (los asesinatos de los líderes campesinos, bajo su exitosa persecución, es algo INELUDIBLE, algo que constituye la esencia misma de su mandato, persecución que no se manifiesta en parte alguna), independientemente, decía, de que tales funciones se encontrasen satisfechas y de que se contara con tiempo y con dinero para más, lo que podría hacer que nos preguntáramos, entonces ¿por qué no? no deja de preocupar su participación en materia electoral puesto que –que además de no figurar la palabra electoral, en parte alguna del acuerdo de su creación– ha evidenciado claros y peligrosos desaciertos en esta materia. Uno de ellos, por ejemplo, perseguir –como delito– lo que no constituye delito alguno, tal el caso de la aportación de dinero limpio –dinero de legítima procedencia– a una campaña electoral cuando la Ley circunscribe este delito –cuando se trata de dinero limpio– única y exclusivamente a quienes, recibiéndolo, no lo registran. (La Corte de Constitucionalidad, incluso en cuanto a quienes lo reciben y que, por cualquier razón, no lo registran, ha señalado el absurdo de que se les castigue con la misma pena si se trata de dinero limpio o de dinero sucio, conociendo su procedencia delictiva).
Además de inventar la acusación penal la palabra aporten, donde la palabra aporten, no existe (caso de aportaciones de dinero limpio) en el caso de los empresarios que aportaron su dinero – dinero limpio de legítima procedencia – no se trata de aportación a entidad política alguna puesto que los empresarios, a través de la empresa mercantil que contrataron para hacerlo, pagaron directamente a los fiscales de mesa (apoyo que les dieron, por cierto, con el “espurio, oscuro y perverso fin”, de asegurar la correcta celebración de las votaciones y el correcto conteo de los votos). ¡Imperdonable!
Por otra parte – y siempre en este caso del ejemplo – se dio a perseguir, también, al Presidente de la República – antejuicio – por no haber registrado, como recibido, lo que nunca recibió, absteniéndose de investigar al respecto – lo que de haber hecho y que nada le impedía hacer – le habría llevado a confirmar que, no sólo no recibió ese dinero limpio, empresarial, sino que, incluso, se negó a recibirlo.
Haciendo caso omiso de lo anterior, sujeto a prueba, lo que escapa de toda discusión – irrefutable – es que se ha perseguido a empresarios y Presidente, por un caso de dinero limpio para asegurar votaciones correctas y correcto conteo de los votos, pero no existe persecución alguna por caso alguno referente a dinero proveniente del narcotráfico. ¿Qué pasó, entonces, es preciso preguntarse, con el cacareado 25%? ¿Alguna consistencia en la afirmación o, tan sólo, palabras y palabras?
Existe, además, en la campaña política que se avecina, una posible polémica – directa o indirecta – sobre la prórroga o la conclusión del Mandato de la Comisión, asunto que compromete la objetividad e imparcialidad de la misma en el proceso electoral y, en consecuencia, aparte de
lo estrictamente jurídico ( escapar a su mandato con desatención de lo que sí le corresponde – el establecimiento de si existen o no grupos o aparatos clandestinos de seguridad detrás de los asesinatos de los dirigentes campesinos, por ejemplo ) elemental tino político desaconseja su participación en el proceso electoral, inevitable como lo es a tenor de la Carta de Entendimiento celebrada con el Tribunal Supremo Electoral, tino que no ha sido su característica, falta de tino, por ejemplo, el no haberse tomado el tiempo necesario para comprender y comprobar que en el caso del hermano y del hijo del Presidente podría haber infracción administrativa, pero no delito, lo que agrió, necesariamente su relación con este y perjudicó la lucha a librarse, algo que, obviamente, no preocupó, en absoluto, a quienes –instrumentalizándola – no han buscado justicia, sino vías de toma del poder, sin elecciones.
El Convenio celebrado (Carta de entendimiento) adolece de inconstitucionalidades y peligros y, al respecto, cabe señalar que es inconstitucional que las partes establezcan que “en ningún caso asumirán ni serán responsables de las opiniones que en forma personal se emitan en los eventos institucionales que se celebren”, exención de responsabilidad que pueden pactar entre sí pero no frente a terceros, con lo que se erigen – ilegalmente – en legisladores.
Es inconstitucional, así mismo, que se usurpen funciones de la Procuraduría General de la Nación, previéndose la posibilidad de que el Tribunal solicite “asesoría” a la Comisión, cuando la única entidad asesora y consultora del Estado, por mandato constitucional expreso, es la Procuraduría General de la Nación, función no delegable,
Lo suyo, lo de la Comisión, de conformidad con el Acuerdo que la creara – en lo que se refiere a recomendación de políticas públicas – se circunscribe a aquellas que formule para erradicar los aparatos clandestinos y cuerpos ilegales de seguridad y prevenir su reaparición, no siendo un mandato para que intervenga, a su discreción, en todas las materias como que si se tratara de una fuente infinita de conocimientos.
El Tribunal Supremo Electoral, al igual que su contraparte, también usurpa funciones en la Carta de Entendimiento – ilegal y peligroso – y, así, se auto proclama el responsable de la formación cívica y política de la población, proclamación esta que no sólo carece de sustentación legal alguna sino que contradice normas expresas que depositan esa formación en otras instituciones y entidades. ,
Peligrosas, también, ciertas normas vagas de la Carta de Entendimiento como la que establece el fortalecimiento y transferencia de capacidades al tribunal Supremo Electoral por parte de la CICIG sin especificar que se refieren única y exclusivamente a las que tengan que ver con la infiltración de dinero ilícito en el financiamiento de las organizaciones políticas, como que la CICIG fuera experta también en todos los temas electorales. ¡Por favor!
Peligrosa también – muy peligrosa – la asistencia pactada al Tribunal Supremo Electoral, por parte de la CICIG, en la implementación y seguimiento de la Unidad Especializada de Medios de Comunicación y Estudios de Opinión, hecha la prevención de la falta de objetividad y de imparcialidad a que está expuesta dado que, directa o indirectamente, será tema de campaña entre aquellos que quieren que se vaya – sin más – los que quieren que se quede – sin más – y quienes quieren que se quede pero (quien te quiere te aporrea) con la necesaria corrección de lo que la ha llevado a desaciertos, algunos de tan grave magnitud , que han abonado – y abonan – el terreno de quienes – sin más – quieren que termine.
La mezcla del uso mediático de la acusación penal – ya de por sí peligrosa en un proceso electoral (no debería hacerse nunca un uso mediático de tal persecución pero menos aún en un momento como este) – mezcla con la intervención de la Comisión en este proceso, en los términos que establece la Carta de Entendimiento celebrada ( estos pueden corregirse) explosiva mezcla – puede llevar a muy graves e indeseables consecuencias.
Las simpatías o antipatías políticas de la Comisión en el proceso deberían de salir sobrando pero, siendo parte interesada – su supervivencia, su extinción o su supervivencia corregida en juego – peligroso es que no logre superarlas: humana es y humanos los funcionarios que la integran y que – así – ¡Sólo eso nos faltaba! tengamos un elemento más de polarización, distorsión, y preocupación en el proceso electoral.
Quien mucho abarca, poco aprieta y – aunque sea menos espectacular y bastante más difícil – la prevención de que dinero del narcotráfico, de la defraudación del patrimonio del Estado o de cualquier otra procedencia delictiva financie a las organizaciones políticas, así como la persecución y castigo de quienes, sabiendo de esta, lo aporten o reciban; aunque sea menos espectacular y más difícil, decíamos, que perseguir a empresarios y a un Presidente, con ocasión de dinero limpio aportado – lo que no constituye delito – pero cuya recepción no se habría registrado – lo que sí lo constituiría, si se hubiera recibido, lo que no ocurrió; Aunque resulte menos espectacular y bastante más difícil, es lo que le corresponde hacer a la CICIG, de conformidad con su mandato, vinculado el dinero del narcotráfico y del crimen en general – sin duda – con grupos y aparatos clandestinos de seguridad que persisten y que, incluso, podrían estar atentando – una vez más – contra la vida.
COLUMNAS
La libertad de expresión y el interés público
La libertad de expresión es clave para la consolidación de la democracia. Y la labor de informar es fundamental para que las personas puedan tomar mejores decisiones.
Por supuesto que los intereses son variados y cada uno prioriza lo que es de interés público según sus propios criterios. Los periodistas tenemos la labor de determinar qué es de interés público para nuestras audiencias, por eso cada medio tiene sus propios enfoques.
Claro que hay noticias que pueden ser de interés para unos y a la vez ser sin sentido para otros. Pero si los hechos afectan el diario vivir de la sociedad, desde lo moral hasta lo político, pasando por lo económico, lo social y lo cultural, seguro que son hechos de interés público.
Claro que hay noticias que pueden ser de interés para unos y a la vez ser sin sentido para otros.
Para esta determinación también existen los factores de interés periodístico, cuyo número varía dependiendo del teórico que los mencione. Personalmente me gusta la categorización que hacen Vicente Leñero y Carlos Marín en su Manual de Periodismo.
Según ellos, el primero de los factores debe ser la actualidad pues si un suceso no tiene esa cualidad, difícilmente será de interés público ya que los hechos entre más viejos, menos importantes se van haciendo para las personas, excepto que haya elementos novedosos que les impregnen de una nueva actualidad.
Y existe un factor que quizás sea un poco polémico. Se trata del conflicto. Los autores afirman que todo lo que tiene un punto de conflicto, es decir que parte las opiniones en grupos casi proporcionales, entonces es un factor que marca interés
periodístico.
En realidad, Leñero y Marín hablan de 11 factores, aunque en su Manual de Periodismo Independiente, Deborah Potter solo menciona siete.
A mi juicio, los ya mencionados, junto con la proximidad, podrían ser los más importantes. Y es que la proximidad nos marca razones físicas y psicológicas para que alguien se interese sobre un suceso.
Es decir que puede interesarle por su proximidad física (distancia entre lugares) como por su proximidad psicológica (relación mental con el lugar del suceso).
La prominencia también es importante resaltarla porque nos indica la importancia que tiene la persona o la entidad de la que se habla. Para un alto número de guatemaltecos, por ejemplo, resultará de elevado interés lo que tenga que ver con la Iglesia Católica, pues un elevado número de habitantes practica dicha religión. Así, lo que diga el Papa o haga el Vaticano, serán asuntos de interés público, no sólo en Guatemala sino en muchos otros países.
Les escribo hoy sobre este tema, porque es importante que entendamos la labor periodística desde el punto de vista de quien emite la información para que le interese a quien la recibe. Y es que es la idea de este gobierno: “Informar lo que se tenga que informar”, para que las personas estén bien informadas y puedan tomar mejores decisiones para sus vidas.
COLUMNAS
Eficiente combate al narcotráfico
Rodolfo Zelada
Periodista
La eficiencia en el combate al narcotráfico del actual gobierno salta a la vista. Los números no mienten. Solo al revisar la cuantificación total de todo lo incautado, entre el 1 de enero y el 8 de septiembre último, a este sector del crimen organizado y compararlo con el mismo período del año pasado, se establece que en el transcurso de 2024 hay una diferencia de 829 millones 986 mil 505.78 quetzales, más de lo registrado en 2023.
Datos del Quinto Viceministerio Antinarcóticos, del Ministerio de Gobernación, dirigido por Werner Ovalle, detallan que, en el transcurso de este año, el avalúo total de bienes incautados a estos grupos asciende a 1 mil 740 millones 611 mil 417.26 quetzales, contra los 910 millones 624 mil 911.48 quetzales en que se valoró el rubro total de lo decomisado en el mismo lapso del año pasado.
Estos números son reflejo de esfuerzo, dedicación y trabajo honesto, que también ha contado con el apoyo de otras instituciones.
El rubro destacado en las estadísticas se centra en las 10.8 toneladas de cocaína incautadas en el presente período, cuyo valor supera los 1 mil 107 millones de quetzales; que superan por mucho las 3.5 toneladas decomisadas en 2023, las cuales están valuadas en 356.9 millones de quetzales.
Los resultados de las acciones antinarcóticas también reflejan números superiores a los del año anterior en cuanto a la confiscación de marihuana, crack, dinero en efectivo, especialmente en dólares y euros; vehículos, embarcaciones y armas de fuego.
Además, la cifra de personas detenidas alcanza los 971 casos, 292 más que en 2023 cuando ocurrieron 679 aprehensiones. En este último renglón cabe resaltar que entre los capturados hay 13 con fines de extradición a Estados Unidos.
Mientras tanto, en materia de erradicación de plantaciones ilícitas, los registros dan cuenta de 1.4 millones de matas de marihuana y 1.5 millones de matas de amapola, en 2024, mientras que en el período anterior fueron 1.1 millones de marihuana y 667 mil 398 de amapola.
Estos números son reflejo de esfuerzo, dedicación y trabajo honesto, que también ha contado con apoyo de otras instituciones del Estado, así como de organismos internacionales y coordinación bilateral con fuerzas antinarcóticas de otras naciones, respaldo que da sustento y credibilidad a lo actuado por el Quinto Viceministerio y al Ministerio del Interior en general.
Las cifras descritas anteriormente, así como otras muchas que se manejan en los registros sirven para que agencias antinarcóticas internacionales, así como tanques de pensamiento puedan evaluar la gestión de las autoridades.
Sin embargo, existen personas y grupos, especialmente opositores al actual gobierno, que aseguran que no hay datos oficiales. Puede ser por desconocimiento o ignorancia. Lo cierto del caso es que acá puede aplicarse el dicho que reza: “No hay peor ciego que quien no quiere ver” y en este caso específico, como lo digo al principio de la columna, la eficiencia en el combate al narcotráfico del actual gobierno salta a la vista.
Por lo mismo, considero preciso, por medio de este espacio, reconocer la labor realizada hasta el momento, esperando que conforme transcurra el tiempo los logros puedan hacerse más evidentes, incluso con el apoyo de la ciudadanía, con el afán de hacer valer el actual eslogan de las fuerzas antinarcóticas: “Una Guatemala libre de drogas, es tarea de todos”.
COLUMNAS
Una reforma injusta para los jóvenes
Natalia González Bañados
Directora Centro de Derecho Regulatorio y Empresa
Preocupa el rumbo que está tomando la reforma de pensiones tras la firma del protocolo de acuerdo. Los datos de la Superintendencia de Pensiones muestran una caída de los cotizantes del sistema de AFP, encontrándose la mayor baja interanual en los diversos segmentos de cotizantes jóvenes.
A diferencia de lo que plantea la ministra del Trabajo que ha expuesto, sin antecedentes, que esa caída se debe a que las administradoras estarían deslegitimadas, los expertos asignan esa baja a los mayores niveles de informalidad en el empleo y al estancamiento de la situación económica.
Hay quienes sostienen que la reforma tendría un costo fiscal enorme.
Al mismo tiempo, los datos revelan que la población chilena está en un acelerado proceso de envejecimiento, lo que impacta en el número de ocupados jóvenes. Por ello, no se entiende que la reforma busque poner las fichas en ese grupo etario para sostener la solidaridad que se pretende bajo la figura de un empréstito, en que parte de la cotización adicional de las generaciones jóvenes no se destinaría a sus cuentas individuales de ahorro para la vejez, sino que sería prestada al Estado durante 20 años.
Hay quienes sostienen que postergar la reforma de pensiones tendría un costo fiscal enorme dada la necesidad de reforzar el pilar contributivo, pero lo que no se entiende es cómo sería sostenible el sistema que se propone si la primera y pesada piedra se carga a una generación de personas que es cada vez menor en número y con altos y crecientes niveles de informalidad laboral, situación respecto de la cual no solo parece hacerse poco y nada, sino que se legisla para agravarla. Tampoco se entiende que bajo este “seguro social” se regrese a la idea de introducir un componente de reparto en el sistema con otro formato y con visos “nocionales” (modelo antes desechado y fuertemente criticado por la oposición).
El hecho de que sea “transitorio”, por 20 años y, en principio, más acotado en cuanto a los beneficiarios, no hace más leve la falta, considerando que la experiencia muestra que no hay nada más permanente que las políticas transitorias y nada más creciente que lo que en principio intentó focalizarse. Pero, además, la tasa de interés a la que los jóvenes prestarían recursos al Estado sería más baja comparada con otras a las que este se endeuda y con la que ofrece el sistema de AFP.
Ello deviene en que la propuesta de un gobernante joven sea, paradojalmente, muy injusta para los propios jóvenes que, cuando se jubilen, no recibirán
beneficios.