El montañista guatemalteco Jaime Viñals fue homenajeado ayer por una de sus principales marcas patrocinadoras y sus productos comerciales, luego de que completara con éxito la denominada Trilogía Mundial (+7+7+7), la cual consiste en darle tres vueltas al globo terráqueo y en cada una escalar 7 cumbres de los 7 continentes.
Este reto es tan complicado que Viñals es apenas el primero que lo consigue en todo el planeta, luego de que el pasado 18 de enero alcanzara la cima del volcán Sidley en la Antártida.
En la primera vuelta al Orbe, el alpinista nacional alcanzó las Siete Cumbres del Mundo, cuyo objetivo era ascender a las cimas más altas de cada continente.
21 diferentes montañas o volcanes ascendió Viñals para completar la Trilogía.
En la segunda ronda Viñals logró las Siete Islas del Mundo, con lo cual escaló los picos más elevados de las islas más grandes del planeta.
La tercera vuelta global fueron las Siete Cimas Volcánicas, cuyo reto era subir los colosos más altos de cada continente: el pico Orizaba, en México; Ojos del Salado, en Chile; monte Kilimanjaro, en Tanzania; monte Elbrus, en Rusia; monte Damavand, en Irán; el Giluwe, en Papúa Nueva Guinea y el volcán Sidley, en la Antártida. Esta última cima lo convirtió en el único montañista en conseguir la Trilogía Mundial.
“No ha sido fácil, según yo esta sería mi última montaña, pero regresé tan contento que ya estoy pensando en mis planes a futuro y nuevos retos, solo depende de la logística porque son lugares remotos”, señaló Viñals, todavía visiblemente agotado por su última expedición.
2 décadas le llevó convertirse en el primer atleta del mundo en alcanzar esta hazaña.
“El volcán Sidley fue por mucho el más difícil de todos y le digo, ya no regreso a ese lugar porque de verdad es complicado por la temperatura, por la técnica de la escalada, lo remoto, ahí no hay olores y está a -50 grados centígrados en el verano austral, condiciones incómodas y para poder entrar se debe hacer constar que uno tiene buena salud y respetar una serie de reglas porque es un continente considerado como reserva mundial y es administrado por el Tratado Antártico, del cual Guatemala es firmante”, añadió el montañista.
“El Everest fue un parteaguas en mi carrera como montañista, ese fue mi primer gran objetivo, pero no es la única meta y siempre debe uno imponerse más y nuevos retos para seguir superándose en la vida”, resaltó el chapín.