El secretario de Seguridad Interna de Estados Unidos, John Kelly, cumplió ayer una agitada agenda de trabajo en Guatemala, y se reunió con el mandatario Jimmy Morales y los titulares de Gobernación y de Relaciones Exteriores, entre otras autoridades.
Una de las expectativas de esta visita oficial era el tema migratorio, pues desde que Donald Trump asumió, en enero, la Presidencia de esa nación se incrementó la divulgación de información que generó incertidumbre, pues se hablaba de deportaciones masivas.
El interés de la política del gobierno de Trump, relativa al tema, está focalizado en personas con un récord delictivo y que representan una amenaza para la seguridad de sus ciudadanos. En este sentido, Kelly aseguró que EE. UU. no hará expulsiones sin causa justificada.
Esto significa que si las personas respetan las leyes del territorio que las acoge, no deben temer, puesto que de lo contrario, como bien podría ocurrir con extranjeros en nuestra nación, serían sujetas a una investigación y a una eventual expulsión.
El funcionario norteamericano aclaró que el interés del Gobierno de su nación es promover la migración segura y legal, por lo cual llamó a no arriesgar la vida en el intento por llegar a EE. UU., algo en lo que Guatemala ya trabaja mediante la prevención y el impulso de proyectos de desarrollo en las regiones vulnerables al éxodo. Esto fue aplaudido por el funcionario estadounidense.
En otros temas, Kelly manifestó su satisfacción por las acciones que impulsa la administración del gobernante Morales en el marco de la lucha contra la corrupción y el fortalecimiento de la Justicia.
Refirió su compromiso con los derechos humanos, e hizo ver que ha trabajado en este tema con diferentes países, como también en el combate al crimen organizado y el narcotráfico.
En estos últimos aspectos, el emisario y el ministro de Gobernación guatemalteco, Francisco Rivas, acordaron mantener el apoyo mutuo y enfrentar a las pandillas, la trata y el lavado de dinero.
Es alentador conocer de primera mano, a través de una autoridad de alto nivel, que seguirá el apoyo del país estadounidense en los esfuerzos del nuestro por llevar progreso a las regiones más desprotegidas y continuar la lucha contra flagelos como los citados.
