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COLUMNAS

Una carta sumamente desafortunada (II)

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Desde agosto del año pasado (2017), se ha dado un largo proceso en el que se señaló al Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas la necesidadde evaluación y auditoría sobre la labor de la CICIG –Comisión que entre los dos, la ONU y nuestro Gobierno, establecimos– así como del profesional que la dirige, omisión –la de efectuarlas– que ha llevado a la situación actual de controversia, que debe resolverse de conformidad con el artículo 12 del tratado celebrado, que establece: Exclusivamente por las partes en el mismo, la ONU y el Gobierno, artículo que ha logrado activar nuestra diplomacia no complaciente, atenida a nuestros propios intereses. El Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas –dentro del plazo requerido por nuestra ministra de Relaciones Exteriores dio respuesta a la carta enviada y expresó que ratificaba en su posición al Comisionado actual PERO, TAMBIÉN, que este se desempeñaría desde Nueva York –no en Guatemala– considerando la situación de hecho existente (situación de hecho, esta acotación es mía, que solamente podrá superarse, de conformidad con el artículo 12, mediante negociación directa entre las partes u otra forma que mutuamente convinieren) y que sus funciones, en Guatemala, serían desarrolladas por un Subcomisionado –figura no contemplada en el tratado– que el propio Comisionado designe. A esta primera reacción del Secretario General se sumó la carta dirigida por este al Presidente de la República, reconociendo la existencia de una controversia y que esta debe ser resuelta de conformidad con el artículo 12 ¡Cómo debe ser!.

Vale la pena, a veces, una colorada y no mil descoloridas, lenguaje claro y terminante y –evaluando por resultados– el resultado está a la vista; el artículo 12, finalmente activado también por la ONU; en tres palabras; bilateralmente ya activado. No es malo recordar la frase del Martin Fierro: “desunidos los de dentro, les devoran los de fuera”. Algunos de los graves errores conceptuales en que han incurrido la Comisión y el profesional que la dirige, son los siguientes, cualquiera de ellos razón más que suficiente para que el Secretario General de la Organización recapacite y precipite la pertinente negociación haciendo la designación que a la luz de estos errores se impone, errores que me imagino que tampoco han tomado en cuenta los exfuncionarios firmantes de la carta. PRIMER ERROR CONCEPTUAL, absolutamente inaceptable y que, además viola el tratado: Que la Comisión haya expresado por personero suyo –en audiencia oficial– que esta se encuentra un poco por encima de la Constitución de la República; jamás corregido el error por quien la dirige, siendo el caso que sobre la Constitución Política de la República de Guatemala no hay nada, ni ley, ni tratado ni acto de autoridad alguno. La violación perpetrada es clara y terminante, porque el tratado manda que la Comisión se desenvuelva de conformidad con nuestras leyes. SEGUNDO ERROR CONCEPTUAL, al igual que el otro, también absolutamente inaceptable: Que el propio profesional que dirige la Comisión haya expresado que el ser humano se va haciendo menos inocente conforme avanzan las investigaciones y el proceso penal, afirmación que viola la Constitución Política de la República, puesto que esta establece no solo una presunción de inocencia sino que el ser humano es inocente en tanto que no exista una sentencia ejecutoriada que le haya condenado. TERCER ERROR CONCEPTUAL, perpetrado constantemente por la Comisión y por el profesional que la dirige, tanto en el ejercicio de sus funciones como en sus apariciones públicas –error culminado últimamente, cuando en la recepción de un premio que le otorgara una ONG estadounidense– consideró como la voluntad del pueblo de Guatemala, las expresiones de grupos diversos, cuando la voluntad de este se expresa y define únicamente en elecciones, apreciación que también constituye violación constitucional, puesto que por mandato constitucional expreso, ninguna persona o grupo puede arrogarse la representación del pueblo, representación que solamente corresponde, por su elección, a nuestras autoridades legítimas. TODOS los demás errores parten de los tres errores conceptuales citados y, así, el uso mediático de la acusación penal, “aplaudida por grupos” (no por el pueblo) , el abuso de la prisión preventiva –por encima de lo dispuesto por nuestras leyes– para dar la apariencia de una eficiencia que no existe, como que si con la prisión preventiva se hubiera logrado la condena; el uso de las condenas mediáticas; el uso de esa misma presión mediática sobre los jueces; el ejercicio de petición en materia política, que solo nos corresponde a los guatemaltecos; el abuso del colaborador eficaz como institución y la falta de seguimiento de lo declarado en cuanto a sus superiores, transnacionales incluidas, instrumentalizada la Comisión, consciente o inconscientemente, para luchas comerciales, descrédito y competencia desleal. Incluidos la falta de persecución de conformidad con nuestras leyes y, en consecuencia, la NO búsqueda del comiso para que todos los instrumentos del delito –caso TCQ, por ejemplo, coima e inversiones para culminarlo– pasen a poder del Estado; el abuso del secreto de las actuaciones y de los testigos como anticipación de prueba, que nos llevan de regreso al sistema inquisitivo, escrito y secreto; el “testigo”, con el vicio adicional, de “testigo interesado”, otra vez la prueba reina, los jueces, en vez juzgar personas, juzgando papeles. Inmersa en el furor mediático, viendo delitos donde no los hay, infracciones administrativas que no lo constituyen, aporte de dinero limpio en campañas electorales y no obligación de registro alguno de lo que NO se haya recibido, el narcotráfico y la defraudación del patrimonio del Estado, tan campantes. Capturas innecesariamente escandalosas, cables internacionales que llaman a engaño y desprestigian, y riesgo de demandas internacionales por falta de persecución –comiso– o por ineficiencia en la misma. Tolerancia por el incumplimiento de los plazos, retraso culpable o malicioso; concentración provocada de la atención pública en perjuicio de temas cruciales, como la reforma del artículo 157 de la Constitución. No menos grave la politización sufrida por la Comisión, por ingenuidad o en contubernio, instrumentalizada por quienes, con sus propias agendas, persiguen fines distintos a los suyos; acceso al poder sin elecciones o con elecciones, a su modo. Gravísima, la no persecución de los asesinatos de líderes campesinos y el no esclarecimiento de su parte si involucrados en estos grupos o aparatos clandestinos de seguridad, la persecución de estos grupos, su desarticulación y castigo, la razón de ser original de la Comisión establecida –y si no participación de estos–, la promoción de la persecución debida por nuestras instituciones ordinarias. La vida del ser humano, una vez más, sin importancia alguna. ¿Aciertos de la Comisión? Sin lugar a dudas y, precisamente, si se hubieran hecho evaluación y auditoría, hubieran podido reforzarse los aciertos y corregido los errores. A los exfuncionarios, un respetuoso emplazamiento; ¿Avalan ustedes los errores conceptuales? ¿El primero? ¿El segundo? ¿El tercero? ¿Avalan ustedes, todos los demás errores, derivados? Emplazamiento este que nos viene bien a todos, incluidos el Secretario General, el Secretariado, la Comisión y el profesional a su cargo que –la posibilidad de un esfuerzo renovado y de su intento en otros países– depende de su éxito, del fortalecimiento de aciertos y de la supresión de errores, algo bien merecido para nuestros contribuyentes y los contribuyentes de los donantes. ¿Tan difícil comprenderlo? Aunque bien sabido es que soy funcionario público, Embajador de Guatemala y Representante Permanente de Guatemala en los ámbitos que se me han encomendado, lo recuerdo para que ningún lector se llame a equívoco sobre este extremo, así como que cuanto escribo en mis columnas del Diario de Centro América, el decano, y en mi blog, tal y como lo hice en El Periódico por más de diez años y anteriormente en Prensa Libre, Nuestro Diario, Diario El Gráfico, La Tarde y el Imparcial, lo hago a título estrictamente personal, lo que también comparto para evitar cualquier equívoco, ocasión propicia para compartir además que, si en algún momento, como lo he hecho siempre, tuviese algún tropiezo por parte del editor para expresar exactamente lo que pienso (así me he permitido prevenirlo siempre) dejaría de escribirla. Errado o no, se encontrará en mis columnas mi criterio y –en cuanto a hechos– con la buena fe más absoluta, mi total sujeción a los mismos, favorezcan o no mis tesis. Amén.

Acisclo Valladares Molina
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COLUMNAS

Zolic, el rediseño de una marca de 51 años

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Ing. Byron Gaitán, Gerente General Zolic

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Con más de medio siglo de trayectoria la Zona Libre de Industria y Comercio Santo Tomás de Castilla (Zolic), ha experimentado una evolución sólida en la consecución de sus objetivos.

En la etapa más reciente, el compromiso de su Junta Directiva, Gerencia y Sub-Gerencia ha sido fundamental para impulsar estratégicamente la atracción de nuevas inversiones y el crecimiento económico del país. 

La institución ha sido un pilar en la historia de Guatemala, contribuyendo al desarrollo del empleo y la economía nacional. Es así como desde 2021, se estableció una estrategia de reposicionamiento de marca, destacando entre sus acciones el rediseño del logotipo, que otorga un espacio para la innovación y la evolución de la institución desde su imagen visual.

La esencia y el propósito primordial de Zolic desde su fundación en 1973 han sido la promoción de la inversión nacional y extranjera para impulsar el desarrollo, la productividad y el empleo, en línea con su Ley Constitutiva el Decreto 22-73 del Congreso de la República y sus reformas posteriores en el Decreto 30-2008.

El logotipo anterior fue utilizado como sello distintivo de la institución desde el 2012.

La historia de la institución se entrelaza con la identidad arraigada de la Zona Libre de Industria y Comercio “Santo Tomás de Castilla”, conocida generalmente como Zolic por usuarios, público en general y trabajadores, quienes han sido testigos de su evolución a lo largo de los años.

Desde sus inicios, situada junto al principal puerto en el Atlántico guatemalteco, en Puerto Barrios, Izabal; los primeros logotipos de Zolic evocaban el sol, el mar e incluso una gaviota, reflejando su ubicación privilegiada y buscando hacer referencia de su conexión con el comercio
marítimo.

Sin embargo, en la historia de Zolic su Ley Orgánica ha tenido varias reformas, siendo una de las más significativas la de 2008. Con la cual la institución se ampliaría en capacidades, convirtiéndose en la fuerza impulsora detrás de lo que ahora conocemos como Zonas de Desarrollo Económico Especiales Públicas (ZDEEP), autorizando y habilitando nuevas Zonas Libres para el crecimiento económico, en todas las regiones del país.

El logotipo anterior fue utilizado como sello distintivo de la institución desde 2012, y si bien era reconocible por su nombre solo aprovechaba un 7 por ciento el potencial de la marca, en el nuevo rediseño Zolic ocupa el lugar central y dominante representando el 100 por ciento de la composición gráfica.

Esta decisión refuerza el posicionamiento de la marca y la hace más memorable para el público, la marca tiene colores corporativos que reflejan confianza y estabilidad y aseguran una consistencia visual, con tipografías legibles y modernas que reflejan profesionalidad y seriedad.

Hoy, el logotipo de Zolic, tiene un diseño conformado por un rectángulo vertical en color azul oscuro con cortes ondulares; en la parte inferior, en medio esta la palabra Zolic en letras especiales en color azul oscuro, sobre la palabra Zolic, figura una línea ondulada en color celeste con un punto rojo y debajo de la palabra Zolic, se encuentran las palabras zona libre de industria y comercio en letras especiales en color azul oscuro subrayado con línea en color rojo. Abajo del subrayado rojo se encuentran las palabras Santo Tomás de Castilla en letras especiales en color gris claro.

El nuevo diseño de marca de Zolic se da en un tiempo importante de cambio en su historia, consolidando su posición en el mercado guatemalteco y preparando a la institución para enfrentar los desafíos del comercio internacional y el nearshoring.

Con un logotipo limpio y claro, colores corporativos distintivos y tipografías cuidadosamente seleccionadas, Zolic se posiciona como el líder en su sector, rigiendo la autorización y habilitación de las Zonas de Desarrollo Económico Especiales Públicas (ZDEEP), lo que se traduce en contribución a la reactivación económica y social de un nuevo país para todos.  

Colaborador DCA
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COLUMNAS

Por una cultura laboral segura y saludable

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Consejo Editorial Conadi

Hace ya 21 años que el 28 de abril se marca en nuestros calendarios como el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Esta fecha no solo nos recuerda la importancia vital de promover entornos laborales seguros, saludables y dignos, sino que también nos invita a rendir homenaje a todas aquellas personas que han sido víctimas de accidentes laborales y enfermedades profesionales.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define la Seguridad y Salud en el Trabajo (SST) como una disciplina dedicada a prevenir lesiones y enfermedades laborales, así como a proteger y promover la salud de los trabajadores.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, las cifras son alarmantes: Según análisis de la OIT casi 3 millones de personas mueren por accidentes y enfermedades relacionadas con el trabajo; además, calcula que 395 millones de trabajadores en todo el mundo sufrieron lesiones laborales no mortales; entre estos, un porcentaje significativo termina con alguna discapacidad.

A pesar de los esfuerzos, las cifras son alarmantes.

Según el Banco Mundial, aproximadamente el 15 por ciento de la población mundial vive con algún tipo de discapacidad.

Además de los riesgos físicos, también debemos considerar los desafíos relacionados con la salud mental en el ámbito laboral.

La ansiedad, el estrés y otros problemas de salud mental no solo afectan al individuo, sino que también impactan negativamente en la productividad empresarial.

En Guatemala, el Ministerio de Trabajo y Previsión Social (Mintrab) y el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) tienen a su cargo, en forma coordinada, el control y vigilancia de la salud y seguridad; esto, para garantizar entornos laborales seguros y saludables.

Según el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), en nuestro país se registran 200 accidentes laborales diarios, siendo los sectores más peligrosos la agricultura, los servicios y la industria.

El Consejo Nacional para la Atención de las Personas con Discapacidad hace el llamado para que las empresas asuman su responsabilidad y prioricen la seguridad de sus trabajadores.

Invertir en la prevención de accidentes laborales y en la inclusión de personas con discapacidad en el lugar de trabajo no solo mejora la moral y la productividad, sino también fomenta la diversidad en la fuerza laboral. Además, es crucial garantizar el cumplimiento de las leyes y regulaciones que protegen a los trabajadores en la prevención de accidentes laborales en nuestro país.

En este Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, hagamos un compromiso conjunto para crear una cultura laboral donde la seguridad y la salud de los trabajadores sean prioridades indiscutibles. Juntos, podemos construir un futuro laboral más seguro, saludable y equitativo para todos.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

¿Woke qué, woke quién?

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Miriam Jerade

Profesora Asistente Facultad de Artes Liberales

Lo tragicómico del libro de Susan Neiman, La izquierda no es Woke es que si bien su autora afirma haberlo escrito para salvar a la izquierda, solo le habla a los prejuicios del ala reaccionaria y conservadora.

En el libro, Susan Neiman sostiene que la izquierda intercambió la igualdad social por la reivindicación identitaria. Neiman jamás define woke.

El término que se originó en la comunidad afroamericana para estar atentos, ha degenerado en un insulto.

Políticos conservadores como Ron DeSantis lo usan contra el activismo medioambiental, derechos sexuales o ser vegano; posiciones escasamente comparables en su valoración social o poder. Tampoco es claro el referente: ¿woke quién? ¿Se refiere a su vecina que le pidió llamarla con otro pronombre o a todas las luchas contra el sexismo?

¿Qué se le achaca a la izquierda (si es que existe la izquierda)? Que perdió su vocación universalista que buscaba la igualdad.

Es falso que la izquierda abandonó las luchas por la igualdad social.

Es cierto que habiendo conquistado una mayor igualdad formal, cierta izquierda ha señalado injusticias estructurales que algunos grupos sociales padecen.

Esto que la autora interpreta como pura victimización es una lucha por la justicia de aquellos que tienden a ser aún más explotados o marginados en el mundo laboral, tienen menos capacidad de decisión o padecen violencias sistemáticas.

Cuando los conservadores contraponen al lema Black Lives Matter una fórmula universalista como All Lives Matter, están caricaturizando la demanda y lo hacen con una ignorancia porfiada que desconoce que es más probable recibir violencia policial cuando se es negro en los Estados Unidos.

Extrañamente, grupos conservadores los defensores de la familia tradicional, por ejemplo; rara vez se tildan como identitarios.

Otra confusión que alimenta el libro es que las identidades son tratadas como intereses, o peor aún, sensibilidades. Indígena u homosexual no describirían nada más que distintos grupos de interés (parciales, además).

De ahí que según ella la izquierda dejó el universalismo ilustrado por intereses particularistas escépticos del progreso. Como si no hubiese progreso moral en el combate al racismo o al sexismo y en la conquista de derechos.

La idea de que la izquierda abandonó la redistribución por el reconocimiento ha sido muy discutida. A nuestro parecer, se trata de una falsa dicotomía, pues la distribución material está estrechamente relacionada con el reconocimiento. 

                  Continuará… 

Colaborador DCA
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