miércoles , 27 noviembre 2024
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Tragamonedas de influencias

En la columna anterior decidí hablar un poco de uno de mis discos de favoritos de covers, y esta vez la dedico a las influencias. Todos somos influenciados por las cosas que crean las personas que admiramos. En el arte abrazar las influencias es necesario, para crear nuevas cosas a partir de eso. 

Decir que cierta banda es original por lo que hace, bueno, yo no estoy tan seguro de tal afirmación. En mi humilde opinión, creo que ya todo está dicho. Cada generación toma lo que la anterior dejó, lo reinterpreta a su manera, y eso es lo que entendemos por originalidad. Finalmente, no importa de dónde se tome, lo importante es a dónde se lleva. Esta premisa es la que me hace escribir esta columna. 

Softcore Jukebox, de la banda electropop y synth-pop Ladytron, es una joya de disco que salió a la venta hace 17 años. El álbum es una recopilación curada que el grupo de Liverpool, Inglaterra, hizo con muchas de las agrupaciones y canciones que han influenciado su carrera musical. Escucharlo es como depositar una moneda en una rocola bastante cool, y de ahí el nombre del material. 

El disco es un recorrido por bandas como My Bloody Valentine, The Fall, Wire y hasta la cantante Nancy Sinatra. Pone en evidencia el gusto bastante ecléctico del grupo, algo que se agradece. Cuando lo escuché por primera vez, este material me acercó a muchas agrupaciones que desconocía en ese entonces. Wire fue una de las bandas que, a partir de ese álbum, se volvieron indispensables en mi colección. 

Creo que cuando se es fanático de cualquier cosa que se disfruta, en este caso la música, no basta solo con lo que se tiene en ese momento. Uno quiere escarbar hasta lo más profundo, para saber de dónde viene el sonido de la música que se goza. Cuando eso se descubre, todo hace sentido de manera perfecta. Entonces llega ese satori, esa iluminación, que estoy seguro que explota y brilla como si nos hubieran clavado un par de volcancitos en los ojos. Uno solo puede sentarse y decir con el corazón inundado de alegría: “Ahora lo entiendo”. 

Otro aspecto que siempre me disfruto de este disco, es que me da la sensación de que se divirtieron mucho recopilando el material. Si me lo preguntan, este sería un álbum que pondría a sonar en cualquier fiesta. Aunque, como siempre me sucede, estoy seguro de que a los cinco minutos alguien me gritaría que quite esa música rara que a nadie le interesa, porque ya es hora de poner rancheras para tomar inspiración y valor para llamar a exnovias (os), y arrepentirse al día  siguiente. Pero, bueno, esa es otra historia. Lo único que puedo hacer con este disco es agradecer el exquisito gusto musical de Ladytron. Ojalá ellos sí me inviten a una de sus fiestas.

Para escuchar: Soon, My Bloody Valentine; Hit the North, The Fall; The 15th, Wire; Teenage Daughter, Fat Truckers; Hey Mami, Fannypack, y Manila, Seelenluft.

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