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COLUMNAS

Términos y mentalidades. Memoria

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Por: José Víctor Orón Semper, Investigador del “Grupo Mente-cerebro” del Instituto Cultura y Sociedad

Hoy nadie duda de la fuerza de la realidad emocional en el ser humano. Es comúnmente aceptado que no somos solo racionales, sino también emocionales. Y aunque son muchos los que todavía no han descubierto la relación intrínseca y natural entre razón y emoción, es aceptado por todos que algo “tienen que ver” una con otra. Todo ello, ha conducido hoy en día, a la existencia de una sensibilidad a descubrir una presencia emocional en la que antes se creía que reinaba la razón. Este es el caso de la memoria. La visión tradicional de la memoria  consiste en recordar lo que pasó a modo de datos neutros. En tal caso, la memoria es básicamente un ejercicio cognitivo; lo cual,  unido a un modelo en el que aprender cosas es básicamente ejercer la memoria, ha llevado durante mucho tiempo a entender la docencia como algo fundamentalmente cognitivo. Esta asociación entre memoria y recordar datos es lo que se llama memoria neutra. Pero hoy se sabe que la memoria neutra no existe. No existe quiere decir que, aunque se quieran recordar las cosas como un mero recordar datos, no es posible quedarse ahí.

Hoy se sabe que la memoria recoge también las emociones unidas intrínsecamente a esos datos. Lo emocionante se aprende más intensamente y se olvida menos. Que las emociones agradables favorecen recordar las cosas más globalmente, y que las desagradables favorecen recordar las cosas en sus detalles. Por tanto, se ha propuesto que hay que emocionar a los alumnos para que aprendan cosas. Se está buscando en el estudiante el botón de la emoción. Ese botón debe ser apretado por el profesor o el padre, para que en el educando o hijo, se encienda no se sabe qué y se ponga a memorizar todo. Esta propuesta, además de simplona, acaba cayendo donde quería salir, pues acaba pensando que lo importante de la memoria es recordar datos. O que es posible distinguir entre los datos y las emociones que ellos despiertan, lo cual, supone ignorar qué es el significado de una realidad (ver término significado).

Es decir, han descubierto que lo emocional es importante, pero acaban pensando que lo emocional modula la forma de recordar los datos. Lo que valdría la pena que descubrieran, es que no existen los datos, sino los datos vividos. Que hablar de datos es una conceptualización abstracta de la experiencia vivida.

La investigación en neurociencia nos puede ayudar en nuestra presentación porque nos muestra que lo que llamamos recordar, revivir, recontextualizar y reinterpretar no son acciones distintas, sino distintos aspectos de la misma acción. Los 4 verbos se dan al mismo tiempo. Así, al ejercer la memoria, la humana, lo que hacemos es en verdad estas 4 cosas, que no son 4 sino una sola. Los 4 términos no son 4 acciones que podemos relacionar, sino que solo existe una acción y, en la medida en que nos fijamos en ella, descubrimos que podemos conceptualizar 4 elementos distintos.

Al hablar de la memoria, puntualizamos que hablo de la memoria humana; ya que la memoria existe en el universo entero. También una piedra tiene memoria: si le das un golpe y la rompes, ya se acordará para toda la vida. Si memoria es que lo del pasado afecta al presente, las piedras también tienen memoria. Los que quieren retener datos y datos, buscan una memoria petrina. También un animal tiene memoria. Más sofisticada que la de una piedra, pues experiencias del pasado sirven para tomar decisiones diversas en el presente. Pero eso no es la memoria humana. Los que buscan simplemente una memoria para aprender del pasado, de las malas y buenas experiencias, se están moviendo al nivel de la memoria animal, una memoria emocional. La memoria humana hace mucho más, pues recuerda-revive-recontextualiza-reinterpreta en un solo acto. Repito, no son cuatro acciones que  nosotros relacionamos, sino una sola acción de la que diferenciamos elementos.

Al recordar, en nuestro cuerpo se vuelven a vivir las experiencias que en un tiempo pasado se vivieron, pero se reviven contextualizadas en la nueva situación, por lo que la misma experiencia emocional cambia y, parejo a ello, se está dando un nuevo significado a lo vivido. Con cada acto de recordar cambiamos nuestro pasado. Esto es lo que permite sanar la memoria. Cuando las personas han vivido experiencias tan dolorosas que no las pueden acoger, el psicoanálisis nos enseña que así surge el subconsciente. Winnicott decía que, cuando no contamos con los recursos para acoger un acontecimiento pasado por el dolor que despierta en nosotros, entonces tenemos el recurso psicológico de ocultarlo a nuestro propio consciente. No se soporta la contemplación de tal dolor. Esta es una de las vías por las que se forma el subconsciente. Pero subconsciente, no quiere decir, que no esté en activo en nuestra vida. Hace falta sanar la memoria: si en un nuevo ambiente, la persona actualiza lo vivido, entonces la memoria humana le permite revivir y recomprender lo vivido desde su situación actual.

Un punto donde la memoria humana y la memoria animal se diferencian con claridad, es en que la memoria animal recuerda las experiencias emocionales que el animal vivió, pero la memoria humana recuerda las relaciones interpersonales que estaban en juego de la misma forma que cuando damos significado al mundo, lo que hacemos es proyectar la calidad de nuestras relaciones interpersonales sobre lo que son las cosas tal y como han mostrado las investigaciones sobre el social referencing. Si las cosas lo que son les viene de la forma de insertarse en las relaciones interpersonales, el recuerdo de las mismas es el recuerdo de tales relaciones.

Para un animal sí que existen los datos como el “saco” de características ligadas a la presencia de un objeto. Es decir, para un animal no existe el objeto, sino las experiencias emocionales ligadas al objeto, que es lo que un animal llamaría datos. Pero para el ser humano no existen datos, sino relaciones interpersonales. Explicar esto con detalle sería extenso, pero básicamente un animal recuerda las experiencias emocionales que vivió y los datos asociados a ella; en cambio, una persona recuerda la intención de la relación personal más allá de la mera experiencia emocional o de los datos. Lo cual produce que, mientras para el animal estrictamente hablando no existen ni relaciones, ni objetos sino solo datos; en cambio, para la persona existen las relaciones interpersonales, puede descubrir la presencia del objeto y aún diferenciarla de los datos.

La memoria humana recuerda siempre personalmente, es decir, recuerda la significación personal del evento. Si alguien va y pega a un animal, el animal recuerda la experiencia emocional y los datos que la rodean; más si se pega a una persona, lo que se recuerda es la experiencia personal de haberse sentido rechazado en lo que uno es y significa.

Sanar la memoria en el caso de un animal es darle nuevas experiencias agradables y unos datos agradables paliarán el efecto de unos datos desagradables. Para el ser humano la memoria no se sana por vivir una situación de bienestar después de una situación dolorosa, sino que hace falta reparar las relaciones interpersonales en juego.

Así pues, cuando queremos que nuestros hijos o alumnos aprendan datos y; para ello, queremos emocionarlos para que se los memoricen más fijamente, los estamos tratando como animales.

La memoria humana es la memoria de las relaciones interpersonales y en ese marco se inscriben todos los datos que se quiera. Al ser humano lo que le importa, son los otros seres humanos y los datos que recordamos son los que nos ayudan a sabernos situar en ese mar complicado de las relaciones interpersonales. Al recordar, lo que se hace presente son las experiencias interpersonales en juego. Así pues, no solo habría que decir que no existe la memoria neutra (pensando que recordar es un acto técnico y frío de recordar datos), sino que tampoco existe la memoria emocional (datos + emociones), sino que lo que realmente existe en el ser humano es la memoria personal.

Un caso paradigmático de ello lo tenemos en el caso del Alzheimer, donde lo doloroso no es el olvido de datos, ni siquiera el tema está en no acordarse de las experiencias emocionales vividas, sino que lo doloroso es que no recordamos cuál era la relación interpersonal que teníamos con los seres queridos.

Así pues, la memoria humana, la que hemos llamado memoria personal, acaba conduciendo a reinterpretar las relaciones interpersonales desde las relaciones interpersonales presentes y abriéndose al tipo de relación interpersonal que podríamos tener. Todo ejercicio de memoria no conlleva tan solo la reinterpretación del  pasado, sino también un reinterpretarse a nivel personal. (Explicación en el término re-significar).

Si en el término significado veíamos que los datos son significativos por lo que suponían para la relación interpersonal, es lógico que ahora digamos que al recordar datos lo que recordamos en verdad son las relaciones interpersonales en juego. La novedad estaría en que la memoria humana es creativa y permite re-significar (y sanar) las relaciones interpersonales en juego. Por eso, la re-significación se realiza por el agradecimiento y la reconciliación (ver dichos términos).

A nivel educativo esto implica que convendría educar personalmente y no animalmente. Querer aprender datos y querer recordar datos y sus experiencias emocionales adjuntas es aprender y recordar como un animal. Querer aprender lo que los datos significan y ayudan a la relación interpersonal y recordarlos de la misma forma es aprender y recordar como un ser humano.

Universidad de Navarra
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COLUMNAS

Zolic, el rediseño de una marca de 51 años

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Ing. Byron Gaitán, Gerente General Zolic

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Con más de medio siglo de trayectoria la Zona Libre de Industria y Comercio Santo Tomás de Castilla (Zolic), ha experimentado una evolución sólida en la consecución de sus objetivos.

En la etapa más reciente, el compromiso de su Junta Directiva, Gerencia y Sub-Gerencia ha sido fundamental para impulsar estratégicamente la atracción de nuevas inversiones y el crecimiento económico del país. 

La institución ha sido un pilar en la historia de Guatemala, contribuyendo al desarrollo del empleo y la economía nacional. Es así como desde 2021, se estableció una estrategia de reposicionamiento de marca, destacando entre sus acciones el rediseño del logotipo, que otorga un espacio para la innovación y la evolución de la institución desde su imagen visual.

La esencia y el propósito primordial de Zolic desde su fundación en 1973 han sido la promoción de la inversión nacional y extranjera para impulsar el desarrollo, la productividad y el empleo, en línea con su Ley Constitutiva el Decreto 22-73 del Congreso de la República y sus reformas posteriores en el Decreto 30-2008.

El logotipo anterior fue utilizado como sello distintivo de la institución desde el 2012.

La historia de la institución se entrelaza con la identidad arraigada de la Zona Libre de Industria y Comercio “Santo Tomás de Castilla”, conocida generalmente como Zolic por usuarios, público en general y trabajadores, quienes han sido testigos de su evolución a lo largo de los años.

Desde sus inicios, situada junto al principal puerto en el Atlántico guatemalteco, en Puerto Barrios, Izabal; los primeros logotipos de Zolic evocaban el sol, el mar e incluso una gaviota, reflejando su ubicación privilegiada y buscando hacer referencia de su conexión con el comercio
marítimo.

Sin embargo, en la historia de Zolic su Ley Orgánica ha tenido varias reformas, siendo una de las más significativas la de 2008. Con la cual la institución se ampliaría en capacidades, convirtiéndose en la fuerza impulsora detrás de lo que ahora conocemos como Zonas de Desarrollo Económico Especiales Públicas (ZDEEP), autorizando y habilitando nuevas Zonas Libres para el crecimiento económico, en todas las regiones del país.

El logotipo anterior fue utilizado como sello distintivo de la institución desde 2012, y si bien era reconocible por su nombre solo aprovechaba un 7 por ciento el potencial de la marca, en el nuevo rediseño Zolic ocupa el lugar central y dominante representando el 100 por ciento de la composición gráfica.

Esta decisión refuerza el posicionamiento de la marca y la hace más memorable para el público, la marca tiene colores corporativos que reflejan confianza y estabilidad y aseguran una consistencia visual, con tipografías legibles y modernas que reflejan profesionalidad y seriedad.

Hoy, el logotipo de Zolic, tiene un diseño conformado por un rectángulo vertical en color azul oscuro con cortes ondulares; en la parte inferior, en medio esta la palabra Zolic en letras especiales en color azul oscuro, sobre la palabra Zolic, figura una línea ondulada en color celeste con un punto rojo y debajo de la palabra Zolic, se encuentran las palabras zona libre de industria y comercio en letras especiales en color azul oscuro subrayado con línea en color rojo. Abajo del subrayado rojo se encuentran las palabras Santo Tomás de Castilla en letras especiales en color gris claro.

El nuevo diseño de marca de Zolic se da en un tiempo importante de cambio en su historia, consolidando su posición en el mercado guatemalteco y preparando a la institución para enfrentar los desafíos del comercio internacional y el nearshoring.

Con un logotipo limpio y claro, colores corporativos distintivos y tipografías cuidadosamente seleccionadas, Zolic se posiciona como el líder en su sector, rigiendo la autorización y habilitación de las Zonas de Desarrollo Económico Especiales Públicas (ZDEEP), lo que se traduce en contribución a la reactivación económica y social de un nuevo país para todos.  

Colaborador DCA
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Por una cultura laboral segura y saludable

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Consejo Editorial Conadi

Hace ya 21 años que el 28 de abril se marca en nuestros calendarios como el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Esta fecha no solo nos recuerda la importancia vital de promover entornos laborales seguros, saludables y dignos, sino que también nos invita a rendir homenaje a todas aquellas personas que han sido víctimas de accidentes laborales y enfermedades profesionales.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define la Seguridad y Salud en el Trabajo (SST) como una disciplina dedicada a prevenir lesiones y enfermedades laborales, así como a proteger y promover la salud de los trabajadores.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, las cifras son alarmantes: Según análisis de la OIT casi 3 millones de personas mueren por accidentes y enfermedades relacionadas con el trabajo; además, calcula que 395 millones de trabajadores en todo el mundo sufrieron lesiones laborales no mortales; entre estos, un porcentaje significativo termina con alguna discapacidad.

A pesar de los esfuerzos, las cifras son alarmantes.

Según el Banco Mundial, aproximadamente el 15 por ciento de la población mundial vive con algún tipo de discapacidad.

Además de los riesgos físicos, también debemos considerar los desafíos relacionados con la salud mental en el ámbito laboral.

La ansiedad, el estrés y otros problemas de salud mental no solo afectan al individuo, sino que también impactan negativamente en la productividad empresarial.

En Guatemala, el Ministerio de Trabajo y Previsión Social (Mintrab) y el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) tienen a su cargo, en forma coordinada, el control y vigilancia de la salud y seguridad; esto, para garantizar entornos laborales seguros y saludables.

Según el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), en nuestro país se registran 200 accidentes laborales diarios, siendo los sectores más peligrosos la agricultura, los servicios y la industria.

El Consejo Nacional para la Atención de las Personas con Discapacidad hace el llamado para que las empresas asuman su responsabilidad y prioricen la seguridad de sus trabajadores.

Invertir en la prevención de accidentes laborales y en la inclusión de personas con discapacidad en el lugar de trabajo no solo mejora la moral y la productividad, sino también fomenta la diversidad en la fuerza laboral. Además, es crucial garantizar el cumplimiento de las leyes y regulaciones que protegen a los trabajadores en la prevención de accidentes laborales en nuestro país.

En este Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, hagamos un compromiso conjunto para crear una cultura laboral donde la seguridad y la salud de los trabajadores sean prioridades indiscutibles. Juntos, podemos construir un futuro laboral más seguro, saludable y equitativo para todos.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

¿Woke qué, woke quién?

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Miriam Jerade

Profesora Asistente Facultad de Artes Liberales

Lo tragicómico del libro de Susan Neiman, La izquierda no es Woke es que si bien su autora afirma haberlo escrito para salvar a la izquierda, solo le habla a los prejuicios del ala reaccionaria y conservadora.

En el libro, Susan Neiman sostiene que la izquierda intercambió la igualdad social por la reivindicación identitaria. Neiman jamás define woke.

El término que se originó en la comunidad afroamericana para estar atentos, ha degenerado en un insulto.

Políticos conservadores como Ron DeSantis lo usan contra el activismo medioambiental, derechos sexuales o ser vegano; posiciones escasamente comparables en su valoración social o poder. Tampoco es claro el referente: ¿woke quién? ¿Se refiere a su vecina que le pidió llamarla con otro pronombre o a todas las luchas contra el sexismo?

¿Qué se le achaca a la izquierda (si es que existe la izquierda)? Que perdió su vocación universalista que buscaba la igualdad.

Es falso que la izquierda abandonó las luchas por la igualdad social.

Es cierto que habiendo conquistado una mayor igualdad formal, cierta izquierda ha señalado injusticias estructurales que algunos grupos sociales padecen.

Esto que la autora interpreta como pura victimización es una lucha por la justicia de aquellos que tienden a ser aún más explotados o marginados en el mundo laboral, tienen menos capacidad de decisión o padecen violencias sistemáticas.

Cuando los conservadores contraponen al lema Black Lives Matter una fórmula universalista como All Lives Matter, están caricaturizando la demanda y lo hacen con una ignorancia porfiada que desconoce que es más probable recibir violencia policial cuando se es negro en los Estados Unidos.

Extrañamente, grupos conservadores los defensores de la familia tradicional, por ejemplo; rara vez se tildan como identitarios.

Otra confusión que alimenta el libro es que las identidades son tratadas como intereses, o peor aún, sensibilidades. Indígena u homosexual no describirían nada más que distintos grupos de interés (parciales, además).

De ahí que según ella la izquierda dejó el universalismo ilustrado por intereses particularistas escépticos del progreso. Como si no hubiese progreso moral en el combate al racismo o al sexismo y en la conquista de derechos.

La idea de que la izquierda abandonó la redistribución por el reconocimiento ha sido muy discutida. A nuestro parecer, se trata de una falsa dicotomía, pues la distribución material está estrechamente relacionada con el reconocimiento. 

                  Continuará… 

Colaborador DCA
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