lunes , 2 diciembre 2024
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Subrayando un tema deportivo

Texto: Miguel Ángel Asturias
Fotos: Mayan Golf y redes sociales

La inquietud de los jóvenes presenta bajo esta otra formula revolucionaria: el deporte físico. La actividad del músculo rompe la monotonía de nuestra vida sedentaria y preocupada. En el paisaje guatemalteco, entre los políticos que se arañan con odios antiguos las costras antiguas; los creyentes religiosos que reducen su actividad a la abstención; los artistas que no se bañan, cantando con el mal olfato de las musas que anidan en melenas polvorientas; los comerciantes que se dejan crecer el vientre ―entre éstos se cuentan los profesionales―; y los empleados públicos que no saben qué hacer de su tiempo, en la perspectiva de la jubilación que les llega a la hora fatal del reumatismo; irrumpe, desordena, pasa la falange de los jóvenes deportistas, frescos y alegres de la cabeza a los pies, ligeros del alma y ligeros de carne. La nota tiene el atractivo de los tiempos nuevos. El nuevo tiempo es acción irrespetuosa contra lo que sostiene a base del respeto a la suciedad y a la telaraña. El deportista es un revolucionario audaz y simpático, máxime cuando, como entre nosotros acontece, llega a un pueblo sucio de personas que tienen el aire de estar cansadas de pensar.

Con el ilustre maestro español, reclamamos para este tiempo de Guatemala el nombre de tiempo de los jóvenes. Debemos confesar, pese a los pesimistas, que la caída de Estrada Cabrera separa dos tiempos: el de los viejos y el de los jóvenes. Ayer eran naturales las conversaciones de la cáscara, la falta de movimiento, el guardar en un escepticismo, que a muchos tocaba por estético, una postura humilde de esclavo; ahora todas esas cosas son anacrónicas. Ayer el vicio, hoy la salud. Y éste es el papel trascendental que debe concederse a los deportes físicos y acaso la razón por la cual se les dé cabida en el marco llamado a recoger, bajo el rubro editorial, los sesudos artículos de nuestros periodistas.
En estos grupos de muchachos que a diario llenan los campos de los alrededores de la ciudad, o que juega con las calles mismas, debe ver cada vecino a los más jurados enemigos del alcoholismo. Para descongestionar las cantinas hay que multiplicar los deportes. En este sentido la propaganda que la Universidad Popular hace de los deportes físicos entre el elemento obrero, es de alta importancia vital.
Creo que lo más interesante que registran los periódicos de Guatemala, con las noticias deportivas. Ellas nos dan esperanza, nos inquietan en un segundo de vida que es salto carrera, golpe, zambullida en el agua; todo lo que antes hacía comparsa y cuadro a las disquisiciones filosóficas, meros pasatiempos con Platón.

Señalando el interés de los deportes en la lucha contra el aguardiente, no falta sino esforzarse para que su acción bienhechora alcance a todas las clases sociales. Para realizar el pensamiento de los tiempos nuevos, debemos popularizar los deportes físicos. Hacen falta campos libres en los barrios, para que en ellos se reúnan a jugar los que ahora muchas veces se ven precisados a ejercitarse en plena calle, sorteando los peligros de la circulación y con peligro para los transeúntes. Estos son casi siempre muchachos del pueblo a los que es justo ayudar en sus diversiones honestas. Hacen falta almacenes que vendan los útiles deportivos a muy bajo precio. Hace falta que en las escuelas nacionales y colegios se preste más atención a la cultura física del niño. Hace falta que se dote a los cuarteles de campos deportivos. Hace falta que a la enseñanza de la doctrina cristiana, en las parroquias, se una la gimnasia, el ejercicio: saltos, carreras, boxeo. Hace falta que los padres de familia estimulen los entusiasmos de sus hijos en la actividad a los que nos venimos refiriendo, sustituyendo los juguetes del tiempo pasado ―soldados, espadas, tambores, cornetas― por el balón de baloncesto, la raqueta, el guante de base-ball.

Con los deportivas aprenderemos a valorizar a las personas. En el terreno deportivo la valoración personal se impone a toda costa. Una persona puede o no puede, es hábil o inhábil, sin términos medios; no valen autobombos ni ahuecamientos de la voz, no valen recomendaciones ni apariencias. En el terreno deportivo sucede lo contrario de lo que pasa en todos los terrenos de nuestra vida social (Y esto va má allá de fronteras: sucede en toda América.) En el primero de los campos dichos, cada hombre tiene, se le conoce un valor neto, cierto; en el segundo, los valores se hacen perdedizos. La crítica del periodismo es implacable. En los otros terrenos, el periodismo y el político, por ejemplo, la crítica no existe: nada tiene valor cierto porque todo vale de una manera incierta.

Y siguiendo la futura extensión del deporte, toca hablar de la mujer. Ahora todo es en Guatemala decir y decir en torno a ella. Almacénanse las opiniones por series, desde las palabras de aliento hasta el veredicto en contra; desde la flor poética hasta la frase del médico que pone las cosas en su lugar. Y vale realmente la pena de ocuparse con todo el interés y cariño por lo que a nuestra mujer toca.

El primer paso a dar es el deportivo. Sobre la mujer pesan siglos de inercia. Su vida ha sido siempre sedentaria, vida de silla condenada a la espantosa esclavitud de la labor menuda. Siguiendo este pensamiento, ¿dónde buscar mejor la reforma de un organismo que ha estado en reposo tanto tiempo, si no en los deportes? Y es lo que hace falta a la mujer guatemalteca. Antes que bibliotecas, antes que recitales, precisan campos de acción de ejercicio muscular, de antisedentarismo. Antisedentarismo, en la fórmula de adoptar para que Nuestra mujer, vitalizándose en el movimiento, se entregue a una nueva vida, más suelta y menos sujeta a restricciones hipócritas.

Para probar hasta dónde es cierto lo dicho, consúltese a los partidarios de las costumbres que obligan a la mujer a llevar vida sedentaria. Nada les irrita más que un grupo de señoritas jugando. «Es una inmoralidad que las mujeres jueguen como los hombres ―dicen― dejando de ser las reinas del hogar». Lo que en otras palabras quiere decir (las reinas del hogar): la que se está sentada leyendo, sentada recibiendo a las visitas, sentada con los niños. El espíritu nuevo exige que la mujer se independice del sedentarismo. A la independencia espiritual y económica se va ―señoritas de Guatemala― por medio del deporte: baños de natación, tenis, gimnasios, eso hace falta.
Resumen: 1. ―El deporte es fórmula revolucionaria de un pueblo como el nuestro, sucio, de personas que tienen el aire de estar cansadas de pensar. 2. ―El deporte es una poderosa ayuda contra el alcoholismo, 3. ―El deporte nos autoeducará, llevándonos insensiblemente a la valoración de las personas y de las cosas en todos los terrenos. 4. ―Para realizar el pensamiento de los tiempos nuevos, deben popularizarse los deportes. 5. ―La fórmula de la independencia femenina en Guatemala es antisedentarismo.

París, 12 de abril de 1926

Polifacético

Durante sus años en París, Miguel Ángel Asturias escribió cientos de notas periodísticas, la mayoría publicadas en El Imparcial, medio del cual fue corresponsal en Europa.

Crónicas de viajes, críticas de teatro, opiniones políticas y recomendaciones sobre deportes fueron redactadas por el joven Asturias, quien experimentó diversos géneros pepriodísticos y literarios hasta dar con el estilo que lo caracterizó.

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