Sobre aviso no hay engaño

Las condiciones climáticas que empiezan a marcar el 2016 no son en nada alentadoras para el mundo y sus ecosistemas.

Sobre aviso no hay engaño, dice un refrán popular. Sobre todo, cuando la Tierra lanza serias advertencias acerca del constante y acelerado deterioro de su medioambiente y sus entornos. Me explico. Las condiciones climáticas que empiezan a marcar el 2016, no son alentadoras para el mundo y sus ecosistemas.

Pues ya se predice por medio de un reporte científico del Servicio Meteorológico británico que este año, además de la formación de tormentas más severas, sequías extremas, incendios forestales, deslaves e inundaciones, será el más caluroso de la historia.

Sin duda, es preocupante la situación que podría enfrentar la humanidad a corto plazo con el drástico cambio climático y el impacto producido por el fenómeno El Niño, ya que el aumento de las temperaturas globales para este ciclo superaría las registradas en 2014 y 2015.

El informe de dicha entidad surge días después de que 195 países rubricaran un convenio en el cual acordaron un método histórico para combatir el calentamiento global, tras la cumbre llevada a cabo en diciembre del año pasado en París. Toda vez que los gobernantes y delegados mundiales asistentes a ese cónclave convinieron en limitar la emisión de gases de efecto invernadero derivados de la actividad humana para reducir el incremento de la temperatura en el globo terráqueo hasta en 1.5 grados centígrados, en comparación con la era preindustrial.

Ahora bien, ¿lograrán las naciones revertir en lo mínimo el aumento gradual de la temperatura atmosférica?  En este momento sería lo más deseable, por el bienestar del planeta y de la humanidad. La lucha no será fácil, pues han pasado décadas en las cuales la Tierra ha exteriorizado un sinnúmero de alertas sin que se le haya prestado el auxilio correspondiente.

En ese contexto, el acuerdo suscrito en tierras parisienses contempla la revisión, cada cinco años, de la contribución que harán los países en cuanto a la reducción de las emisiones de gases para comprobar si efectivamente es notoria la disminución. Aquí la importancia de que las naciones tomen conciencia del problema que aqueja a sus habitantes para adoptar medidas de urgencia que contribuyan a la desintoxicación de nuestro mundo, que se ve cada día amenazado por la saturación de tóxicos.

De esa cuenta, en la ciudad de México se llevará a cabo del 14 al 16 de marzo el Segundo Congreso Interamericano de Cambio Climático (CICC 2016), con el objetivo de difundir “conocimiento e innovación para afrontar “los desafíos del cambio climático”. Ello buscaría en el ámbito latinoamericano que tanto expertos e investigadores como funcionarios de Gobierno, empresarios, industriales, docentes, estudiantes y profesionales vinculados a temas relacionados con cambios planetarios compartan experiencias con trabajos técnico-científicos. Ojalá, que en esa cita se establezcan políticas públicas que permitan contener el cambio meteorológico y sus devastadores efectos. La vida en el futuro mediato depende de ello.