El artista recogió ayer el Premio Nacional de Artes Plásticas Carlos Mérida.
Rodolfo Abularach tenía solo 13 años, cuando su padre le mostró sus dibujos al crítico de arte Mario Alvarado y al escultor Rodolfo Galeotti Torres. Ambos notaron el talento del niño prodigio y lo apoyaron para emprender una vida dedicada a las artes visuales. A ellos y a todas las personas que de alguna forma han sido parte de su carrera, el pintor dedicó palabras de agradecimiento, durante la ceremonia de entrega del Premio Nacional de Artes Plásticas Carlos Mérida 2019.
Discurso
Ataviado con un traje beige, corbata multicolor y una boina, el maestro Rodolfo Abularach (Ciudad de Guatemala, 1933) acudió ayer al Salón de Recepciones del Palacio Nacional de la Cultura para recoger el premio más importante de la plástica nacional, otorgado por el Ministerio de Cultura y Deportes (MCD).
El artista comenzó su discurso de aceptación recordando los consejos y las palabras que alguna vez le ofreciera “Don Carlos”. Es decir, Carlos Mérida, el maestro con cuyo nombre fue bautizado este galardón, a quien conoció en 1956 y con el que volvería a coincidir años más tarde en la Ciudad de México y en Nueva York.
Abularach quiso dedicar este premio “inesperado” a sus padres, quienes le allanaron el camino para consagrarse a la plástica; y al crítico de arte Mario Alvarado Rubio y al escultor Rodolfo Galeotti Torres, personas clave en sus inicios. También al cubano José Gómez Sicre, quien le ayudó a que sus exposiciones se realizaran en EE. UU; y a William Lieberman, curador del Museo de Arte Moderno de Nueva York, que adquirió sus obras.
Un pilar
El pintor Rudy Cotton, administrador del Museo Nacional de Arte Moderno Carlos Mérida, fue el encargado de leer el encomio. Con sus palabras, repasó la trayectoria de Abularach y lo describió como uno de los pilares de las artes plásticas locales. Asimismo, resaltó elementos de su creación, como esos expresivos ojos que ha dibujado, grabado y pintado.
Abularach recibió esta distinción de manos de Elder Súchite Vargas, titular del MCD, quien lo definió como de los creadores guatemaltecos más destacados del siglo XX. “Con este reconocimiento, el MCD contribuye a hacer justicia a la trascendencia del trabajo de este artista. Este premio va más allá de ser solo una demostración de admiración hacia su obra, también exalta la importancia de su esfuerzo y perseverancia”, apuntó el funcionario.
