“Creo que es el interés supremo de todos que las negociaciones tengan éxito, pero sé que algunos están preocupados sobre si estamos preparados, en el caso de que fallen. Es nuestra responsabilidad como Gobierno prepararnos para cualquier eventualidad”, dijo May, en una alocución a sus partidarios salpicada de incidentes.
Un hombre se acercó a su estrado mientras hablaba y le tendió un papel, que resultó ser una solicitud de inscripción de desempleo, una broma que causó desconcierto y luego gritos de “¡Fuera! ¡Fuera!”.
El bromista, que resultó ser un actor, aseguró que le había dado ese papel a May a petición del ministro de Relaciones Exteriores, Boris Johnson.
Luego la primera ministra tuvo un ataque de tos que la obligó a parar hasta que un ministro le dio una pastilla contra la irritación de garganta.
Además, un cartel con el eslogan “construir un país que funcione para todos” empezó a desmoronarse, y se quedó sin dos letras.
“Sé que a algunos estas negociaciones les parecen frustrantes”, dijo May en medio de todos esos percances, “pero si las tomamos con el espíritu correcto… confío en que alcanzaremos un acuerdo que sea beneficioso para Gran Bretaña y para Europa”.
“Pongámonos a la altura y demos al país el gobierno que necesita”, dijo.
May también dijo que comprendía que los ciudadanos de la UE que viven en Reino Unido se sintieran “nerviosos e intranquilos”.
“Quiero dejarles claro que valoramos la contribución que hacen a la vida de nuestro país. Son bienvenidos aquí y le pido a los equipos negociadores que alcancen un acuerdo sobre este tema rápidamente, porque queremos que ustedes sigan aquí”, explicó.
El discurso de la jefa del Gobierno cerró la convención de cuatro días que ha estado marcada por las divergencias entre los ministros por las negociaciones con Bruselas para la salida del país del pacto con la Unión Europea.
Johnson, el ministro rebelde del debilitado gabinete conservador, planteó su propia visión de lo que debían ser las negociaciones del Brexit el sábado, en el que trazó lo que considera “líneas rojas” a no cruzar con la UE.
Partidario de una línea dura con la UE, Johnson demostró así que tiene ambiciones de largo alcance, a pesar de la irritación de otros miembros del gabinete, como el ministro de Finanzas, Philip Hammond, que le advirtió que nadie era “inamovible”.
Los problemas de May durante su discurso, sin embargo, provocaron una reacción de apoyo de los asistentes, que la vitorearon.
“¡Adelante, primer ministra!”, le gritaron los conservadores cuando la tos le impedía hablar.
“Obviamente tenían dificultades, pero lo que vimos fue su tenacidad” explicó Stephen Kerr, un miembro escocés del parlamento, a la AFP.
“Qué desastre. Esto es un lío, no un gobierno”, tuiteó en cambio Seema Malhotra, una legisladora del Partido Laborista.
La presión sobre Londres del lado europeo no ceja.
La Eurocámara urgió este martes a los líderes europeos a no desbloquear la segunda fase de las negociaciones del Brexit, que podrían abarcar un eventual acuerdo comercial, ante la falta de “progresos suficientes” en las actuales discusiones de divorcio.
*Con información de AFP.
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