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Revista Viernes

¡QUÉ SUERTE CAER PRESO!

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Autor: Mario René Matute (1932-2017)

La suerte —científicamente definida—, no es sino la contingencia de la ley de las probabilidades, la mayor parte de veces, inducidas por un acondicionamiento adecuado del hacer humano. Con todo, nadie podría creer que eso de caer preso durante una de las más férreas tiranías que han hecho de nuestra historia un graderío de sangre, injusticias y dolor, pudiera ser el condicionamiento de la ley de las probabilidades; sin embargo don Crisóstomo así lo creía y lo confirmaba con los hechos. Fue el encarcelamiento de don Crisóstomo la raíz del enorme cariño que le tengo a nuestra vieja casona. Vean ustedes: mi padre había conseguido un trabajito en el Correo Central y ello había reunido a la familia. Nosotros habíamos dejado la casa pueblerina de la tía y reunidos de nuevo con mi padre que también había dejado su empleo como vista en un puerto lejano, nos volvimos a la capital.
Aquello está tan remoto que los recuerdos quizá se asienten más en ulteriores narraciones que en las puras vivencias; sin embargo, hay dos o tres imágenes que por su impresión, subsisten con perfiles sumamente precisos. Una de ellas es la llegada a la casona —hoy nuestra, entonces, propiedad de don Crisóstomo—. Allí nos daban posada porque don Crisóstomo era buen amigo de mi padre y jefe de su oficina.
Otra imagen imborrable es la de la noche en que mi padre llegó pálido y agitado contando que por alguna razón confusa, habían apresado a dos buenos compañeros: don Crisóstomo y otro señor. Eran órdenes del tirano y ello hacía temblar a cualquiera. A partir de aquel día nefasto, nuestra amistad con los hijos de don Crisóstomo creció hasta lo indestructible. Yo veía a la señora de aquel amigo de mi padre en compañía de mi madre con portaviandas, rumbo a la cárcel todos los días. No sé cuánto duró aquel trajín, pero, a través de él la solidaridad de las dos familias se estrechó en una tibia unidad que aún persiste.
Hacía algunos meses que se había celebrado el famoso juicio de los dos ladrones. Se trataba de dos extranjeros que habían robado una cantidad fuerte de dinero y que, a pesar de las torturas, las amenazas y hasta el fusilamiento ordenado por el déspota, no confesaron jamás a quién habían entregado la plata sustraída de las arcas de un ministerio. Como recuerdo, en la cárcel se guardaban los colchones de aquellos pobres aventureros que terminaron con sus huesos en tierras lejanas de su país y que hoy reposan bajo una cruz de palo en el Cementerio de La Verbena.
Como don Crisóstomo y su compañero tenían cierto porte distinguido, el alcaide dispuso que durmieran en colchón y para ello les fueron entregados los que habían dejado de herencia los ladrones extranjeros. Un día mi padre consiguió un poco de dinero y sabiendo que en la cárcel es más útil que en ninguna otra parte, se lo envió a don Crisóstomo. Esa noche él quiso guardarlo en el colchón para tenerlo más seguro, puesto que en un lugar así, se está siempre rodeado de peligros y, un poco de dinero, si bien puede facilitar la existencia, significa también una tentación que puede mover hasta el mismo crimen.
Ya por aquellos días se estaba ventilando, de manera favorable, el caso de Correos y sabiendo el tirano que solo se trataba de un equívoco y una mala información, ordenó la libertad de los dos presos a los pocos días. Con suma extrañeza, pero sin muchos comentarios, la esposa de don Crisóstomo y mi madre cargaron un día con sendos colchones nuevos que los dos amigos presos dejaron en la cárcel, a cambio de los que habían estado utilizando y que se llevaron según le explicaron al alcaide, “como un recuerdo de sus días tristes”. Otra imagen que permanece viva en la memoria, es la de don Crisóstomo con su colchón al hombro. Las bromas de todos en la casa, recomendándole que se bañara para quitarse las pulgas, diciéndole que después de tres meses no iba a salir del cuarto en ocho días, ni iba a dejar que saliera su mujer; la botella de ron sobre la mesa y luego la revelación de don Crisóstomo. Con un cortaplumas rasgó el colchón de punta a punta: era un sandwich de paja arriba, paja abajo y plata en medio. Miles de pesos brincaron por todo el cuarto. Don Crisóstomo bailaba, se volvía a tender sobre el colchón, aplaudía, se bebía otro trago de ron y reía. Por último, dijo muy emocionado, dirigiéndose a mi padre: “Gracias a ustedes mis patojos tuvieron siempre con quien jugar, mi mujer no estuvo sola y yo tuve qué comer todos los días. Esta casa voy a vendérselas muy barata, porque yo me compraré el chaletito con que siempre he soñado”.

Entre la ficción y la realidad

Del escritor y docente Gustavo Adolfo Wyld Ferraté. Explora la identidad, la dualidad del ser humano, la búsqueda de significado en la vida y la creatividad literaria. Por medio de relatos y reflexiones, el autor invita a cuestionar la realidad, la percepción de uno mismo y el mundo que lo rodea. Trata sobre la complejidad de la existencia humana y la interacción entre la ficción y la realidad. El costo es de 130 quetzales.

Trata de personas

De la actriz, dramaturga, directora y productora, cantante y locutora Aurie Cano. Una creación teatral que aborda emotivamente la problemática de la trata de personas y la niñez migrante. Obra que ofrece una mirada íntima sobre este flagelo social para generar conciencia y reflexionar sobre la responsabilidad individual y colectiva para su prevención. Su valor es de 100
quetzales.


Eddy Castillo
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Revista Viernes

Construcciones geométricas que involucran temática social

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El artista y arquitecto Jorge Luis Linares explora por medio de su arte las dinámicas de una cultura industrializada y de consumo masivo

la que monté exposiciones y me especialicé en grabado. Me gustaron mucho las artes gráficas, la fotografía y arquitectura, un día pasé por la facultad donde observé las maquetas y dije que podría realizarlas. Así que a partir de ese momento estudié esa carrera por si como artista no me iba bien económicamente, pero esta última profesión es mi mayor fuente de ingresos.


¿Cómo combina sus dos profesiones?


Cuando inicié me costó, pero poco a poco comencé a trabajar proyectos relacionados con arquitectura y cultura porque laboré para ingenieros, en urbanística y como modelador 3D. Realicé cuatro proyectos con el arquitecto Álvaro Veliz, de quien he aprendido muchísimo.


Fue alumno del reconocido artista Daniel Schafer, ¿cómo fue esa experiencia?


Haber recibido clases de uno de los grandes artistas fue una gran experiencia y me impresionó mucho porque sí le abría a uno el campo al pensamiento crítico. Son personas que lo marcan con su formación y también en el dibujo de diseño, del cual era una eminencia.


¿Por qué selecciona la temática social en sus piezas?


La sociedad y el arte son un reflejo de un país, aunque respecto al tema de la contaminación visual la idea surgió cuando estaba en el tráfico: imaginé cómo sería si toda esa situación se fuera desplazando para arriba como un efecto visual, pero fue como un sueño vivido dentro del caos vehicular. Igual sucedió con el videoarte de Fluctuaciones, iba en el tránsito y vi una gasolinera con un letrero dañado y me quedé con la imagen en la cabeza para trabajarla después.


Asimismo, salió el tema de la economía porque no lo había abordado como tema central de una muestra y es precisamente esta que se encuentra en Punto D Contemporáneo. Por ejemplo, los dibujos de billetes que elaboré con papel negro libre de ácido y tinta blanca, que por cierto, así retomé la pintura, concibe el concepto del lavado de dinero.


He tomado las dinámicas sociales y culturales y más de la ciudad, las cuales generan todo este tipo de fenómenos como la carga vehicular, la contaminación visual o de los desechos sólidos que es un gran problema que tenemos aquí con el río las Vacas, que es de los más contaminados de Guatemala.
El artista debe hablar desde su experiencia y la mía son estos paisajes, la carretera, etc., que he investigado y tratado desde otro punto de vista. También, como agente externo que va a otro lugar, como cuando fui a Ciudad de México, donde realicé un video llamado Formas + Velocidad, el cual me gusta mucho y es de los pocos en los que utilicé efectos visuales. Con mi cámara grabé en el metro su velocidad y cómo el paisaje se iba barriendo, pero fue un efecto visual; igualmente, en la Torre Latinoamericana capté a las personas y lo nombré la Aceleración de los cuerpos, de cómo como las masas se estaban moviendo.


¿Esperaba el primer lugar de Juannio? Cuéntenos.


Me rechazaron como cuatro veces, la primera ocasión porque debía ser mayor de edad. Hubo un momento en el cual me dije que por disciplina siempre aplicara y este año participé con un video, que tampoco es un medio muy popular para el coleccionista, cuyo proceso disfruté mucho porque grababa solo en la calle. A veces me acompañaban, y se siente cierta adrenalina.


¿Cuál es su proceso creativo?


Tengo bien establecido y parto desde la idea de las investigaciones estéticas no teóricas estéticas, por eso creo que trabajo muchas series. Abordo el arte a través de este método y cito el ejemplo de ir cada año a las pasarelas de la Calle Martí y tomar fotografías; de esta manera observo cómo va cambiando el paisaje, los buses y la publicidad, entre otros detalles. Años atrás creé algo de la región del Corredor Seco que me pareció vital, y como tengo familia de oriente, aprovecharía plantear su paisaje. Quiero salir de mi zona de confort que es la ciudad y trabajar más en el campo.


La parte teórica para mí es fundamental, pero me baso más de los estudios estéticos, desde la parte visual de la comunicación, por eso economía del lenguaje es un juego de palabras con relación a lo audiovisual. A veces es decir poco con mucho, y considero que cualquier persona lo puede asimilar, sin saber demasiado de arte.


El artista se nutre de la audiencia, ¿cuál ha sido esa retroalimentación en sus exposiciones?


Cualquier observador complementa la obra, yo solo sugiero algo y concibo una idea de lo que deseo, pero me interesa que venga la audiencia y lo termine, eso me enriquece mucho. Que las personas me hablen de lo que sintieron cuando vieron las obras.


De la mayoría de series, me parecen que se identifican mucho con la de la contaminación visual porque la gente lo vive, pero no se toman el tiempo de analizar que eso afecta la calidad de vida. Hay estudios que citan que el ruido daña la salud de las personas y debería regularse. Esta permaneció en arte en las calles y en muchas exposiciones; por ello, muchos se identificaron.

Marisol Vásquez Fotógrafo: Cecilia Vicente
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Traicionado por un sacerdote

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Ilustración: Sergio Espada

Manuel Tot nació en 1780 y falleció en 1820. Fue un indígena prócer de la Independencia, que nació en San Juan Chamelco, Alta Verapaz. Durante su juventud, sirvió a frailes dominicos.


Su participación en las justas de independencia sucedió en 1813, cuando fue partícipe de la Conjuración de Belén, y ofreció movilizar 15 mil indígenas a la capital. Al momento en que fueron delatados los participantes, Tot trató de huir a México; sin embargo, en San Marcos enfermó con fiebres muy altas y, creyendo que iba a morir, confesó al sacerdote Mariano López Rayón su participación en la conjura. Este, violando el sacramento religioso, compartió la información y Tot fue aprehendido por el alcalde marquense, trasladado a la capital y puesto a disposición de las autoridades españolas. Recluido en una celda oscura y con poca ventilación, finalmente falleció.


Una escultura en su honor fue elaborada por Rodolfo Galeotti Torres, en el parque central de Cobán, Alta Verapaz.


Con información del Diccionario Histórico Biográfico de Guatemala.

Katheryn Ibarra
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La literatura y la gastronomía

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La cocina guatemalteca está llena de sabor, textura y color. Recetas que han pasado de generación en generación, en familias que cuidan que cada ingrediente sea colocado como debe ser.
Personas e instituciones se han dado a la tarea de preservar esta parte importante del patrimonio culinario nacional, como por ejemplo El libro de la ruta gastronómica.


“Durante varios meses, el equipo de investigación del Ministerio de Cultura y Deportes documentó y registró las recetas para resguardar y reconocer los exquisitos sabores de nuestros variados platillos, que se han transmitido con lealtad y compromiso a nuestra cultura y raíces. Este libro tiene información interactiva con códigos QR que permitirán al lector encontrar videos didácticos que muestran las cocinas guatemaltecas y detallan los ingredientes propios de la cultura mesoamericana”, se lee en el sitio www.sicultura.gob.gt/ruta-gastronomica/ en el que se puede consultar el documento de manera gratuita.
También la casa editora de la Tipografía Nacional ha publicado recientemente cuatro tomos dedicados a la gastronomía: La cocina de la abue…, a 65 quetzales; Cocina centroamericana, a 50; El ABC de la repostería, a 65 y Nutrición y arte culinario, a 65. Todos de la autora Aurora Sierra Franco.

Katheryn Ibarra, Mario León Fotógrafo: Cecilia Vicente
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