Dado que en el país empieza la época más intensa del verano, con temperaturas extremas que superan los 30 grados en algunas regiones, especialistas alertan sobre el riesgo de padecer un golpe de calor, condición grave ocasionada por la exposición prolongada a altas temperaturas o la radiación solar aguda.
El Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) ha emitido pronósticos alarmantes para 2024, el cual podría marcar un hito como el más cálido en los últimos 175 años, como consecuencia del fenómeno El Niño, que afecta la región.
Ante ello, la médica Ana Melgar, de alta en la clínica de Personal de la Tipografía Nacional, enfatiza la importancia de reconocer los síntomas de este trastorno corporal, que van desde sequedad en los labios hasta desmayos y calambres, especialmente peligrosos para infantes, ancianos y mujeres embarazadas.
La reacción del cuerpo ante estas circunstancias incluye el aumento de la temperatura corporal, con sudoración excesiva que puede llegar a ocasionar pérdida masiva de líquidos y electrolitos.
En los lactantes, ocasiona llanto sin lágrimas, sed intensa y mollera hundida. Durante un cuadro grave, la temperatura corporal puede llegar a los 40 grados, generar inestabilidad al caminar o al estar de pie, mareos, cambios de conducta o nivel de conciencia con delirio, somnolencia y confusión;
incluso, convulsiones y coma.
Para prevenir esta peligrosa situación, se recomienda mantener una hidratación constante y usar prendas livianas que faciliten la transpiración. Además, es esencial protegerse del sol con sombreros y gafas, así como evitar la exposición prolongada.
Pleno cuidado
Asimismo, María Velasco, médica titular de la Liga Nacional contra el Cáncer y Hospital de Oncología (Incan), destaca, también, la necesidad de proteger la piel contra los daños causados por la radiación UV, y recomienda el uso adecuado de protector solar y su reaplicación cada dos horas, especialmente en las áreas más expuestas al clima.
Además, propone aplicar un tratamiento posterior a la exposición solar para prevenir lesiones y daños cutáneos.