EDITORIALES
Presidente Morales felicitó a nuevo mandatario tico
El presidente de la República, Jimmy Morales, viajó a Costa Rica a la toma de posesión del nuevo mandatario de esa nación, Carlos Alvarado Quesada.
Ayer, durante la ceremonia de investidura, a la que asistieron unas 108 delegaciones internacionales, el jefe del Ejecutivo de nuestro país felicitó a Alvarado Quesada por el inicio de su Gobierno.
Además, Morales le expresó los mejores augurios para su desempeño al mando de ese país y manifestó al nuevo mandatario tico sus byenos deseos para la gestión que desempeñará durante los próximos cuatro años.
Morales, quien sostuvo un intercambio de saludos con mandatarios de otras naciones, instó a Alvarado a que continúe con los esfuerzos que la región centroamericana ha emprendido, para que el istmo se mantenga unido y siga siendo próspero.
En la ceremonia, en la que entregó el cargo el ahora expresidente Luis Guillermo Solís, también participaron otros presidentes centroamericanos, como Juan Carlos Varela, de Panamá, y Salvador Sánchez Cerén, de El Salvador.
El nuevo presidente costarricense recibió la banda presidencial y juró como mandatario para el período 2018-2022 en la Plaza de la Democracia, un espacio público en pleno centro de San José, la cual es vista por los costarricenses como símbolo de cultura, democracia y paz. El presidente Alvarado es escritor, periodista, politólogo y músico con 38 años de edad. Seguidamente, se ofreció un cóctel y junto a varias delegaciones se dirigieron a un concierto. El nuevo Presidente tiene como compañera de fórmula a la primera vicepresidenta Epsy Campbell y al segundo vicepresidente Marvin Rodríguez.
Tras su arribo a Guatemala, el presidente Morales preparará su próximo viaje, el cual tiene programado para el lunes 14 de mayo, rumbo a Isarel, donde asistirá al traslado oficial de la Embajada de Guatemala a Jerusalén. Durante este viaje de cuatro días, además de inaugurar la sede diplomática, también sostendrá un encuentro con el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.
CRITERIOS
Un país caro para enfermarse
Adquirir medicinas para un tratamiento largo en Guatemala sale muy caro. El derecho a la salud en el país es limitado. Los aberrantes precios de los fármacos en la nación condenan a la agonía a los ciudadanos, mientras quienes tienen la posibilidad de hacerlo buscan alternativas que alivien en algo sus bolsillos.
Diario de Centro América viajó a El Salvador para comparar precios de medicamentos recomendados en 10 afecciones comunes entre los guatemaltecos y los resultados fueron sorprendentes. Encontrar medicinas entre un 16 y un 78 por ciento más baratas en el vecino país, deja al descubierto la voracidad de las farmacéuticas en el territorio nacional.
Implementar medidas que permitan la regulación a dicho mercado es urgente y necesario, toda vez que no es justo que los guatemaltecos tengan restringido el acceso a precios accesibles o razonables para tratar sus enfermedades. Claro, para ello debe haber también voluntad política, la cual empieza a asomarse con la reciente aprobación de la Ley de Atención Integral del Cáncer, por parte del Congreso de la República.
Expertos consultados coinciden al señalar que la falta de regulación ha permitido que la salud se vea como una mercancía y no como un derecho humano. Es momento de tomar decisiones políticas para regular dicho mercado y legislar en apoyo a los bolsillos de los enfermos y sus familias. Es imprescindible mejorar el acceso a tratamientos de enfermedades crónicas.
Regular esta industria facilitaría también que empresas con precios más competitivos puedan establecerse en el país, sin verse amenazados por los monopolios establecidos, lo cual ha ocurrido en el pasado, cuando este sector ve amenazados sus intereses.
Pero mientras esto no ocurra en el país, seguiremos escuchando relatos como los planteados en el reportaje publicado hoy en las páginas 2 y 3. Los guatemaltecos tendrán que ingeniárselas para conseguir sus tratamientos a costos más humanos, pues en El Salvador, país al que también viajan ciudadanos hondureños con el mismo propósito, pueden acceder a medicinas más baratas y de la misma calidad de la que se distribuye en Guatemala.
EDITORIALES
Una nueva CSJ que carga muchos prejuicios y retos
Dudas, retos y prejuicios. Eso cargan en sus espaldas los nuevos magistrados titulares de la Corte Suprema de Justicia (CSJ). Tras la elección efectuada por los congresistas nadie quemó cuetes. Tampoco hubo ovaciones. Más bien hay un sentimiento de pragmatismo, que roza el optimismo. Un alivio que impone retos.
Como es de esperar, el mayor nivel de esperanza está del lado de quienes los eligieron, entre los que figuran representantes del Partido Movimiento Semilla, el grupo cercano al Gobierno. Sus argumentos pueden ser válidos. Por ejemplo, advierten que la CSJ quedó integrada con el aval de la mayoría de bloques, lo cual se respalda con los siguientes datos: de los 13 magistrados solo una no alcanzó la mayoría absoluta (107 votos) y siete rebasaron de 150 apoyos.
El otro argumento que exponen es el balance que caracteriza a la nueva Corte. Una particularidad que no los deja bien parados, porque supone que debieron incluir a candidatos poco idóneos o vinculados a las mafias, como también lo advierten, principalmente, quienes han sido perseguidos por razones políticas.
Pero más allá de la defensa de los parlamentarios, conviene reparar en comentarios que hacen algunos expertos que han seguido de cerca el proceso. El más contundente advierte que se logró depurar la CSJ, y aunque con sus grises y sombras, el cuerpo colegiado tiene en sus manos mucho del futuro democrático del país.
En un mensaje divulgado en X, el presidente Bernardo Arévalo les recuerda algunos de los compromisos que tienen ante los guatemaltecos. El primero, aunque no necesariamente el más importante, pasa por rescatar la credibilidad ciudadana en la justicia y en el respeto de los derechos humanos. El otro se relaciona con el fin de la impunidad, sobre todo contra aquellos que han saqueado, insaciablemente el erario.
Conviene insistir sobre la desconfianza justificada que tiene la ciudadanía sobre las nuevas autoridades del Organismo Judicial. Dudas que los próximos magistrados podrán resolver si actúan con decencia y alejados de ese cártel de corruptos que, poco a poco, se va quedando solo e indefenso.
EDITORIALES
El Gobierno está en el lado correcto de la historia
Las comparaciones no siempre son buenas, aunque, a veces, necesarias. Son las analogías las que permiten ver las diferencias. Buenas o malas. Si confrontamos, fácilmente, podemos medir avances o retrocesos. Calidades o deficiencias. Honradez o corrupción.
Entremos al punto. Diez meses atrás, Guatemala era una nación paria. Con autoridades desprestigiadas, ligadas a redes criminales que saquearon el erario. El Estado era una especie de red criminal que encubría a los delincuentes. Existía un pacto de corruptos, debilitado pero vigente, cuyo lema parecía ser: No te acuso, no te persigo y tampoco te juzgo.
Hoy, ese círculo vicioso comienza a romperse. El mundo nos mira con respeto. Nota los cambios. Jefes de Estado y de Gobierno le tienden la mano y se toman selfis con nuestros mandatarios.
Apenas ayer, valga el sentido figurado, las anteriores autoridades del Ejecutivo llenaban los listados de funcionarios censurados por Estados Unidos, dados sus evidentes vínculos con el descarado robo de los fondos públicos. Ellos, así como ministros, fiscales, jueces, empresarios y magistrados tienen cerradas las puertas de, en el peor de los casos, 40 naciones democráticas. No los quieren. Repudian la elasticidad de su moral.
En la actualidad, el propio Joe Biden y su esposa se acercan al presidente Bernardo Arévalo y a la primera dama, Lucrecia Peinado. Inmortalizan el saludo con una imagen que, seguramente, le duele a quienes fracasaron en sus intentos de abrirse las puertas en ese alto mundo de la política mundial.
En estos momentos en el país se desarrolla un Diálogo de Alto Nivel sobre Seguridad, un caso inédito en la historia reciente. Al evento asisten representantes de la administración estadounidense que repudiaron y promovieron la repulsa contra ese pacto de mafiosos.
El desprecio cambió por sonrisas amigables, por saludos respetuosos y con la certeza de que se crearán estrategias que combatirán a los cárteles del crimen. Por supuesto, también aparecieron las comparaciones. En la gestión de Arévalo se ha incautado el doble de drogas que en la de su antecesor. Un hecho que marca un antes y un después. Una evidencia que pone al país en el lado correcto de la historia.