COLUMNAS
¿Por qué no?
La propuesta de reforma del 157 es muy clara y no afecta los derechos de los diputados que integran el Congreso puesto que no se mete –en absoluto– con el mandato que les fuera conferido y, en consecuencia, continuarían estos en el ejercicio de sus cargos hasta el momento mismo en que su manadto finalice, es decir, el 14 de enero de 2020. A raíz de la crisis que fuera el origen de la reforma constitucional de 1994, los propios diputados recortaron el mandato constitucional que ejercitaban –reforma constitucional– y permitieron, así, que pudiera convocarse a una elección anticipada y que los “buenecitos” reemplazaran a los malos, preservada en la elección a celebrarse, sin embargo, la forma de elegir a los diputados que integran el Congreso. El resultado final de aquella crisis y reforma –sostenida, reitero, la forma de elegir a los diputados– no podía conducir –tal su resultado final– sino a más de lo mismo que los “buenecitos” que bajo el mismo sistema de lista nacional y de distritos inmensos fueron electos, postulados como siempre, por los partidos políticos –al cabo de un par de legislaturas, e incluso antes– resultaran tan malos o peores que los otros.
Si no se cambia la forma de elegir a los diputados nada puede cambiar porque el problema no es de buenos o de malos, géneros humanos que no existen,
sino del sistema en que se eligen y que, al final de cuentas, a todos determina, algo que no llegaron a comprender aquellos que impulsaros las reformas del 94 o que quizá, por el contrario, lo sabían demasiado bien. Se puede y se debe hablar con los actuales diputados y se puede y se debe convencerles de que es imposible sostener el actual sistema de integrar el Congreso (en manos del Congreso el presupuesto y las leyes) y que, si se sostiene, se terminará derrumbando.
El Presidente Chávez no fue la causa, sino el efecto, la necesaria consecuencia de lo que ocurría: entonces en la hermana República de Venezuela (la hoy República Bolivariana de Venezuela) la corrupción que carcomía las entrañas mismas del Estado y que hizo que la Constitución agonizara.
No se trata en Guatemala de que los “buenecitos” tomen –“otra vez”– el lugar de los malos, ¿Quién los califica? sino de algo que sí es determinante y es que los ciudadanos –a través de diputados en los que sí se sientan– y estén –representados, diputados a los que puedan premiar o castigar– reeligiéndoles o no y a muy porto plazo, dos años, su mandato; los ciudadanos, decíamos, se instalen en el Congreso, presupuesten, legislen y controlen. Se puede y se debe convencer a los diputados ya que no se les afecta en sus derechos y en cuanto a sus expectativas (no derecho) muchos son, entre ellos, los que se saben competitivos –incluso– en un distrito pequeño.
No les gustará ¡Claro está! a los diputados zánganos que prefieren no relacionarse con los electores (los que saben que solo tienen chance si se manejan por listado) pero incluso estos pueden hacer el esfuerzo de intentarlo. Se debe hablar con los diputados y convencer a los diputados e, incluso, presionarles , válidamente que este es el único camino.
El camino de la sangre lo hubimos de sufrir –inconducente– ¡Qué trágica utopía! en treinta y seis años de conflicto y ya hemos recorrido el camino “democrático” de las descalificaciones recíprocas, tanto de sector como personales, señalados de diablos unos, vestiditos de primera comunión otros e incluso, hasta con un agregado baño de pureza.
Los que al final de cuentas quieren –simple maquillaje– que nada de lo sustantivo cambie seguirán con sus dedos acusadores y con los clásicos –copy paste– planes de gobierno, planes que nunca se realizan ¿Nueve ejes, los de ahora, y ya no seis? ¡Qué de ejes, estamos hablando!
Seguirán hablando y rumiando sobre lo mismo para que, al final de cuentas
–reitero– no cambie absolutamente nada, sostenida la forma de elegir diputados, listado nacional y distritos inmensos y sostenido el monopolio de los partidos: EL PRESUPUESTO Y LAS LEYES EN LAS MISMISIMAS MANOS Y, EN LAS MISMISIMAS MANOS, LA APROBACION O IMPROBACIÓN DE LA EJECUCIÓN PRESUPUESTARA, LA ELECCIÓN DE MAGISTRADOS Y LAS MÁS IMPORTANTES DECISIONES NACIONALES.
La población indígena, como siempre, excluida del Congreso, excluidos los migrantes y excluidos quienes no gozan del favor de algún partido, el monopolio de los partidos, preservado. ¿Erradicar la corrupción sin reformar la forma de elegir a los diputados que integran el Congreso y, en consecuencia, sin contar con el Congreso? ¡Por favor! Se debe hablar con los diputados y convencerles e incluso, válidamente presionarles: deben ser capaces de darnos y de darse la oportunidad de un Congreso distinto.
¡Cuidado con los cantos de sirena! que, sin ese cambio, persistiremos en lo mismo o aparecerá –en cualquiera de sus formas– aquel o aquello que –como allá– no haya sido causa, sino efecto.
COLUMNAS
Política Cultural Municipal: un impulso para el desarrollo local
Lic. Ernesto Salvador Flores Jerez
Dirección General de Desarrollo Cultural
La Política Cultural Municipal (PCM) es un instrumento clave que integra un plan de acción y organización a nivel municipal con un enfoque a mediano y largo plazo. Su objetivo es impulsar el desarrollo cultural, posicionando a la cultura como un motor de crecimiento para las comunidades locales. Desde su inicio en 2016, se han formulado 130 PCM, que han sido aprobadas por sus respectivos consejos municipales, alcanzando un hito importante en 2024.
Este proyecto, impulsado por el Ministerio de Cultura y Deportes, a través de la Dirección General de Desarrollo Cultural, se centra en la descentralización de los procesos culturales, asegurando la salvaguarda y promoción de las expresiones culturales, tradiciones y patrimonio local.
Este proyecto se centra en la descentralización de los procesos culturales, asegurando la salvaguarda y promoción de las expresiones, tradiciones y patrimonio.
A lo largo de cinco fases, el proyecto busca involucrar a las autoridades edilicias, organizaciones de la sociedad civil y actores culturales locales, en un proceso colaborativo que refuerza la identidad y riqueza cultural de cada municipio.
La primera fase se enfoca en la vinculación entre el Ministerio de Cultura y Deportes con las autoridades municipales, asegurando el compromiso y aprobación del Concejo Municipal para formular la PCM.
En la segunda fase, se realizan encuentros presenciales en los municipios con la participación de actores culturales clave, en donde se discuten temas esenciales como las artes, patrimonio cultural y deporte, identificando problemáticas y soluciones para su desarrollo.
La tercera fase comprende la redacción de la propuesta de PCM, basada en la información recopilada durante los encuentros. Seguidamente, en la cuarta fase, se lleva a cabo un taller final para validar y corregir la propuesta antes de su presentación oficial al Concejo Municipal para su aprobación.
Finalmente, la quinta fase culmina con la entrega pública de las PCM a nivel nacional, un acto que formaliza el compromiso de las autoridades y actores culturales para la implementación de estas políticas. Este esfuerzo conjunto tiene como meta principal el rescate, la promoción y la preservación de la diversidad cultural y deportiva en cada municipio, fomentando el buen vivir y fortaleciendo el tejido social a través de la cultura.
Con estas acciones, la Política Cultural Municipal se consolida como una herramienta fundamental para el desarrollo sostenible de las comunidades locales, garantizando que las futuras generaciones puedan disfrutar y participar en la rica herencia cultural de sus municipios. Este 2024 se logra un éxito al acumular ya 130 PCM a nivel nacional.
COLUMNAS
Pueblos de mujeres y niños
Patricia Letona
Innovación y Relacionamiento Estratégico
¿Qué futuro le espera a un pueblo cuyo tejido social se ha roto, donde la mayor aspiración de sus jóvenes es encontrar los recursos necesarios para migrar?
¿Cómo hemos fallado como país para que la migración se haya convertido en la principal opción para garantizar el sustento económico?
Tan solo en el 2021, cerca de 300 mil guatemaltecos llegaron de manera irregular a la frontera sur con Estados Unidos, no todos lograron pasar. Muchos de ellos comprometieron todo su patrimonio familiar.
Conozco a guatemaltecos migrantes que desean regresar, pero no saben qué hacer al volver.
En lo profundo de Guatemala encontramos pueblos habitados casi en su totalidad por mujeres, niños y ancianos porque sus hombres y jóvenes ya han migrado. Estamos comprometiendo seriamente las posibilidades de nuestro país si no hacemos un alto e invertimos en la educación tanto de niñas como niños, de los jóvenes. No solo educación formal que de por sí es tan precaria, sino también en habilidades blandas y de desarrollo personal que les permitan encontrar oportunidades para desarrollar negocios en sus propias comunidades.
El impacto de esta fractura en el tejido social tiene dimensiones profundas. La migración no solo ha separado familias, sino que ha debilitado los lazos comunitarios que solían ser el pilar de la cohesión social en muchas aldeas guatemaltecas. La ausencia de los hombres ha reconfigurado la estructura familiar y ha impuesto mayores cargas sobre las mujeres, quienes, además de cuidar de sus hijos y del hogar, deben manejar la incertidumbre de si sus parejas lograrán enviar remesas regularmente y de si los volverán a ver.
Aunque las remesas son una fuente significativa de ingresos para muchas familias, no se traducen siempre en desarrollo económico sostenible ya que a menudo se destinan únicamente a cubrir necesidades básicas y consumo inmediato, en lugar de invertirse de manera productiva en negocios o ahorro a largo plazo. Sin conocimientos sobre cómo gestionar esos recursos de manera eficiente, las oportunidades para generar riqueza sostenible se ven reducidas. Esto perpetúa la dependencia económica y evita que las remesas se conviertan en un motor de desarrollo económico y social en las comunidades receptoras.
La dependencia económica de las remesas es otro factor preocupante. Si bien estas contribuyen a la economía familiar, no reemplazan la presencia emocional y física del padre o del joven migrante. A largo plazo, la migración de hombres podría transformar no solo la dinámica familiar, sino también la identidad misma de las comunidades.
Los niños crecen en un entorno donde la figura paterna o masculina está ausente, lo que afecta su desarrollo emocional y la transmisión de valores culturales y sociales.
Desde un punto de vista económico, ya se siente con intensidad la falta de mano de obra en sectores como la construcción, la agricultura o el transporte, donde muchos trabajadores han optado por migrar.
Conozco a guatemaltecos migrantes que desean regresar, pero no saben qué hacer al volver. Preguntan: ¿Cómo puedo tener una vida digna en Guatemala? ¿Cómo puedo poner un negocio o encontrar un buen trabajo? Muchos han logrado regresar y salir adelante, pero no es tarea fácil. La falta de oportunidades sigue siendo un reto para aquellos que desean volver y construir una vida en su propio país.
Es momento de que enfrentemos este fenómeno, no solo desde una perspectiva económica, sino desde una visión social y humana. La migración toca el corazón de nuestras comunidades. Sin hombres, sin jóvenes, los pueblos corren el riesgo de perder su esencia, y con ello, una parte fundamental de nuestra identidad como nación.
Comunicación y Relaciones Públicas – CONADI
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como “el bienestar que una persona experimenta como resultado de su buen funcionamiento en los aspectos cognoscitivos, afectivos y conductuales; en última instancia, el despliegue óptimo de sus potencialidades individuales para la convivencia, el trabajo y la recreación”. Este concepto nos recuerda que la salud mental no es solo la ausencia de trastornos, sino un estado integral de bienestar que abarca nuestras dimensiones emocional, psicológica y social.
Para el 2024, la celebración del Día Mundial de la Salud Mental será el 10 de octubre.
No podemos concebir la salud física sin cuidar la mental, ya que ambas están profundamente interrelacionadas. El bienestar mental influye directamente en el desarrollo personal, comunitario y socioeconómico, y es un factor clave en la calidad de vida. Por ello, debemos entender que cultivar la salud mental va más allá de evitar enfermedades, implica construir un equilibrio que nos permita desarrollarnos plenamente en todos los ámbitos de nuestra vida.
El autocuidado de la salud mental es importante, desde la niñez hasta la vejez. A lo largo de nuestra vida, enfrentamos desafíos y factores que pueden fortalecer o debilitar nuestra salud mental: desde la estructura social y el entorno en el que vivimos, hasta las circunstancias personales que nos afectan. Estos determinantes influyen directamente en nuestra capacidad para manejar el estrés, las emociones y las relaciones, por lo que debemos incluir en nuestra rutina diaria prácticas de autocuidado orientadas a mejorar tanto la salud física como la mental.
Es preocupante que el gasto destinado a los servicios de salud mental a nivel mundial representa solo un 2.8 por ciento del gasto total en salud. Esta insuficiencia ha contribuido al aumento de problemas de salud mental como la depresión y la ansiedad, que a su vez impactan negativamente en la salud física. Esto refleja una falta de atención hacia un problema que afecta a millones de personas.