Dr. Jorge Antonio Ortega G.
En plena Federación Centroamericana, el general Francisco Morazán inicia un ejercicio político militar para consolidar su liderazgo y mantener dicha federación en función de sus criterios, destruyendo la hegemonía del Estado de Guatemala en los ámbitos comercial y político.
Para lograr lo anterior, y en ejercicio de la presidencia de los Estados federados, necesitaba destituir a las autoridades guatemaltecas, tomar posición del territorio nacional y promover la creación del Sexto Estado o de los Altos, región altamente productiva y con una población abundante que permitía una mayor adjudicación de curules en la Asamblea Nacional Constituyente de la República de Centro América. De esa manera, el poder guatemalteco era disminuido en las decisiones jurídicas, políticas, sociales, militares y económicas.
El inicio del plan se ve favorecido por la guerra entre el Estado de Guatemala y el Estado de El Salvador, en la cual los resultados de las confrontaciones eran para las armas salvadoreñas, lo cual hizo de las negociaciones cuesta arriba por las actitudes de los negociadores, posiciones intransigentes, no permitieron un alto al fuego y la paz en el Istmo centroamericano.
Las autoridades guatemaltecas, ante las situación insostenible y previendo un conflicto de mayor magnitud con la alianza de los Estados de El Salvador y Honduras, iniciaron la construcción de las defensas de la ciudad capital, fortificando mediante una triple línea defensiva: la primera línea se extendía desde el sur, desde lomas de Buenavista hacia el oeste, hasta las barrancas de El Incienso, la línea defensiva se extendió por las garitas del Golfo y de Chinautla.
Las autoridades guatemaltecas, ante las situación insostenible y previendo un conflicto de mayor magnitud con la alianza de los Estados de El Salvador y Honduras, iniciaron la construcción de las defensas de la ciudad capital.
En lo que respecta a las otras dos líneas interiores, únicamente se terminó la que estaba cercana a la Plaza de Armas.
Este sistema defensivo se comprobó que era ineficaz, debido a que no existían tropas suficientes para atender los parapetos y puntos clave de la defensa de la capital guatemalteca.
Al fortificar, se beneficiaba al ejército invasor, al permitirle cortar cualquier tipo de abastecimiento para la población en general y las tropas.
Otro factor determinante para ventaja de Morazán era que el Gobierno guatemalteco solo contaba con un millar de soldados para su protección, distribuidos en cuatro batallones de infantería, tres escuadrones de caballería y cuatro baterías de artillería.
La invasión dio inicio en el corregimiento de Chiquimula, cuando penetró una columna de un millar de soldados salvadoreños, al mando del coronel Prem.
Este avance invasor fue sorprendido por las tropas guatemaltecas al mando del coronel Domínguez, quien efectuó una defensa en profundidad con operaciones retrógradas, desde La Arada hasta los callejones de Guastatoya, pero sus esfuerzos y maniobras fueron
infructuosos.
El general Morazán penetró el territorio por el camino de la costa, hasta alcanzar la hacienda Corral de Piedra, hoy Cuilapa. Morazán, al mando de una columna, acantonó en el pueblo de Pinula, a dos leguas de la ciudad capital, y el coronel Prem se posesionó de El Aceituno.
Las otras columnas ingresaron a la capital por las garitas del Golfo y Chinautla, tomando posesión del Cerrito del Carmen, de las iglesias de Candelaria y de la Merced, así como oros puntos cercanos a la Plaza de Armas.
La otra columna, procedente del sur de la ciudad, avanzó desde las lomas de Buenavista y la hondonada de la Barranquilla, hacia el centro.
La reserva avanzó desde la hacienda San Miguelito, para unir fuerzas con la columna de Morazán procedente de Las Charcas, actualmente colonia Mariscal.
Todas las tropas convergieron en el centro de la ciudad capital, según el plan general de la invasión, la cual se consolidó el 13 de abril de 1829.
