El PSG se transforma y toma el papel de favorito hacia los cuartos.
Acostumbrado a que las noches europeas le cieguen y le reduzcan a equipo del montón, el Paris Saint Germain tornó su habitual somnolencia en el Viejo Continente en pesadilla, y devoró a un Manchester United (0-2) absorto en un favoritismo que nunca existió.
Los parisinos, llevados de la mano del gran planteamiento de Tuchel, que cansó y maniató a los diablos rojos, dieron la estocada en una segunda parte que evidenció la mayor competitividad de quienes vistieron de blanco ayer.
Los goles de Presnel Kimpembe y de Kylian Mbappé dejan la eliminatoria de octavos de final prácticamente decantada, en la que Ole Gunnar Solskjaer, que vio rota su racha de 11 partidos invicto, necesitará de su primer milagro como entrenador del United para darle vuelta al marcador y estar en cuartos.
Un minuto de aplausos, en homenaje al fallecido jugador argentino Emiliano Sala, dio paso a una primera parte que rindió honor al juego duro y a la especulación clásica de las eliminatorias a doble partido.
El United, casi sin quererlo, se había impuesto el cartel de favorito por las bajas de Neymar y Edinson Cavani, y el PSG, con la urgencia de utilizar a Dani Alves en el extremo izquierdo, partía como la falsa cenicienta.
La vuelta, el próximo 6 de marzo, determinará si habrá milagro de Solskjaer o si el PSG volverá a su barrera psicológica de los cuartos de final. Ahora, la pesadilla la tiene el United, que además no podrá contar con Pogba, expulsado por doble amarilla.