Euda Morales
Con la llegada de la temporada festiva, el pavo vuelve a ocupar el centro de nuestras mesas, acercando a la tradición y el sabor. Lograr que sea el plato estrella de la noche reúne ciertos pasos para prepararlo, hasta algunos secretos para obtener una carne tierna, una piel crujiente y poder disfrutar de una experiencia memorable.
El primer paso es infaltable: el pavo debe estar completamente descongelado. Toma tiempo lograrlo porque se debe descongelar en el refrigerador y en promedio tarda un día por cada seis libras de peso. El siguiente paso será limpiarlo y secarlo bien, quitarle los menudos y el cuello. El pavo es una pieza grande que suele secarse al hornear por lo que se recomienda untarlo con un adobo de mantequilla o marinar con jugo de naranja, vino, especias, miel y mostaza, entre otros. Esta mezcla le aportará un rico sabor, jugosidad y posteriormente una piel crujiente. Además, considere inyectar la carne con jugo de piña, vino, especias, aceite de oliva o mantequilla, lo que también incrementará su humedad.
El pavo se rellena. El relleno es variado de acuerdo con el gusto; por ejemplo, con frutas como pera o manzana, con frutos secos, cubos de pan, arroz, quinoa o incluso carne molida. Si es un relleno húmedo, sus jugos lograrán un mejor resultado para que esté más humectado. Posteriormente, separe la piel de la pechuga con sumo cuidado y unte con mantequilla. Condiméntelo con sal y pimienta. Cubra con papel de aluminio o tape la pavera, y cubra los extremos de las patas y las alas con papel de aluminio para que no se quemen. Queda llevarlo al horno precalentado a 350ºF. Para darle más sabor, puede bañar, mientras se cocina, con los jugos de la cocción y cerveza o vino cada 30 a 45 minutos. Lo recomendable es usar un termómetro, la temperatura interna en la parte más profunda del muslo o pechuga debe alcanzar los 165ºF. de lo contrario, realice una pequeña incisión, para verificar que no salgan jugos rojos o rosados.
En la última etapa de cocción, destape para que dore la piel. Finalmente, deje reposar el pavo durante por lo menos 30 minutos para que retenga sus jugos. El pavo está listo, queda preparar la salsa o el gravy, con los líquidos de su cocción y espesar con un roux de partes iguales de harina y mantequilla. Después de seguir estos pasos, el platillo se manifestará en cada bocado, porque cocinar uno perfecto es más que una técnica, es una tradición que une.
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