miércoles , 27 noviembre 2024
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Para sobrevivir a los naufragios (IV)

Paola Bernal, Lucía Ferrer y Miguel Iriarte
Revista Nuestro Tiempo

Esas cosas que no se cuentan son precisamente las que es obligado contar. He decidido convertirme en esa chivata que tanto temí ser. “La raíz de la escritura es muchas veces oscura”. Quería que el libro hablara a esas personas que poseen un vínculo profundo con el arte, que es un don por el que a veces hay que pagar un precio. Hubo una época en la que lo que yo amo de la literatura se volvió contra mí. Esa oscuridad también pertenece a mi historia, a la historia de los libros. 

Irene Vallejo opina que hay mucha información al respecto pero faltaba algo más cercano, un testimonio directo: “Yo lo sufrí y lo superé. Además, me reafirmó en mi amor por los libros y por la faceta creativa de mi personalidad”. Se emociona y habla como si estuviera frente a alguien que lo está pasando mal, dándole palabras de consuelo y esperanza.

”Hubo una época en la que lo que yo amo de la literatura se volvió contra mí“.

Recuerdo que lo más duro entonces era pensar “esto siempre va a ser así”. Es un grandísimo error. Hay que intentar salir adelante teniendo muy claro que es una situación provisional, que vas a encontrar y construir núcleos de compañeros afines que te comprenden, que te ayudan. Los libros significaron eso para mí. Yo leía y pensaba que sus autores me comprenderían porque había algo que compartíamos: una forma de mirar el mundo y de vivir, una sensibilidad. Vallejo reivindica la sensibilidad como algo de lo que no hay que renegar o avergonzarse. “En ese momento, recuerda, crees que es un problema porque las emociones están a flor de piel. Te gustaría ser más extrovertido, que te importase menos la opinión de los demás…”.

Defiende que de ella vienen momentos creativos, de entusiasmo, y una ocasión de “disfrutar de las cosas con otra profundidad”. En contraste con aquellos episodios oscuros de su vida, la autora tiene una vida mucho más feliz: El infinito en un junco ha ganado numerosos premios y su hijo Pedro es ahora un niño de siete años que pasea por casa entre montañas de libros.  Sería reductivo encasillar a Irene Vallejo como “la autora de El infinito en un junco”. Ha publicado siete libros más y colabora como columnista quincenal en El País y Heraldo de Aragón. Sus artículos buscan el nexo entre la cotidianidad, los clásicos y las historias que forman nuestra cultura. 

Continuará…

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