Las autoridades migratorias estadounidenses comenzaron a hacer exámenes médicos a todos los niños migrantes bajo su custodia, después de que el martes falleciera un segundo menor guatemalteco tras haber sido detenido por cruzar irregularmente la frontera con México.
Para dichos análisis tendrán prioridad los infantes de 10 años de edad, informó en un comunicado la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. (CBP, por sus siglas en inglés).
Además, la policía fronteriza anunció que está evaluando el cuidado que presta a estos pequeños cuando son detenidos y en las primeras 24 horas de su custodia.
En el día de Nochebuena, un niño guatemalteco de 8 años, identificado como Felipe Gómez Alonzo, murió en un hospital del estado de Nuevo México, después de haber estado bajo la custodia de las fuerzas de seguridad durante más de una semana.
Las normas del Gobierno de EE. UU. fijan que los migrantes no deben ser detenidos durante más de 72 horas en las instalaciones de la CBP, que suelen estar destinadas para una estancia temporal y tienen menos recursos que los centros de detención gestionados por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
Según información publicada por la CBP, Gómez Alonzo y su padre fueron detenidos el 18 de diciembre a las 13:00, hora local, a unos 5 kilómetros de un punto oficial de entrada al país, situado en el puente que une a El Paso, Texas, EE. UU., y Ciudad Juárez, Chihuahua, México.
Estuvieron detenidos en ese centro de la CBP durante dos días y luego fueron trasladados a las instalaciones de esa agencia en El Paso, pero como dicho edificio estaba saturado, decidieron llevar al niño y su padre a la ciudad de Alamogordo, en Nuevo México.
El 23 de diciembre, ambos llegaron a Alamogordo, y al día siguiente el pequeño fue hospitalizado porque tosía y tenía los “ojos brillantes”, de acuerdo con lo informado. EFE