Ministros designados tienen retos importantes para impulsar el desarrollo del sector.
El Consejo de Política Cafetera está definido en el Artículo 1 de la Ley del Café, Decreto 19-69. De acuerdo con la descripción planteada, está integrado por los ministros de Agricultura, Economía, Finanzas y Relaciones Exteriores, así como los presidentes de la Junta Monetaria y de la Asociación Nacional del Café (Anacafé). Sus atribuciones y obligaciones incluyen recomendar al Presidente de la República las medidas que juzgue oportunas sobre la dirección, desarrollo y ejecución de la política cafetera; orientar e instruir a Anacafé acerca de la ejecución interna de la política del Gobierno en la materia y velar por su cumplimiento, y designar a los miembros propietarios y suplentes de la Junta Directiva de la Asociación, que representen a los pequeños productores, entre otras.
El café, que durante años se mantuvo como uno de los principales productos de exportación, actualmente pierde fuerza en la economía nacional por los precios internacionales de los mercados de futuros, pérdida de productividad por la pandemia de roya en la región desde 2012 y el contrabando. En los precios internacionales, poco puede hacerse. Sin embargo, las acciones de mercadeo externo que Anacafé realiza para posicionar la marca “Guatemalan Coffees” son y continuarán siendo claves para obtener diferenciales positivos de precio que permitan compensar los altos costos de producción en nuestro país. En relación a la roya son diversos los factores que han favorecido nuevos ataques del hongo. Uno de ellos es el impacto que en 2015 tuvo el fenómeno de El Niño. Las altas temperaturas y la distribución de las lluvias crearon el ambiente propicio para la proliferación de esta enfermedad. Con el propósito de ayudar a resolver esta crisis, es necesario que las nuevas autoridades retomen el Fideicomiso Apoyo Financiero para los Productores del Sector Cafetalero Guatemalteco, cuyos fondos fueron utilizados por el Estado para otros fines.
Para concluir, el contrabando es un flagelo que afecta al país. En este caso, la Asociación de Exportadores de Café recientemente hizo un llamado para frenar esta actividad, que podría cerrar con no menos de 700 mil quintales fuera de nuestras fronteras durante esta cosecha. Es importante accionar sobre estas denuncias, ya que puede que el costo lo paguemos con reputación. La construcción de una marca toma muchos años y, destruirla, menos. Respetables ministros, viceministros y demás funcionarios sean bienvenidos a la gratificante tarea de poner sus habilidades y conocimiento al servicio del país. Afrontemos los retos desde la unidad institucional y sigamos haciendo que Guatemala resuene como origen de algunos de los mejores cafés del mundo.
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