El número de víctimas mortales por la peor crisis sociopolítica de las últimas 3 décadas en Nicaragua ascendió a 139, informó el Centro Nicaragüense de Derechos
Humanos (Cenidh).
Las últimas víctimas, todas civiles, perecieron entre la noche del viernes y el sábado en las ciudades de Managua, Masaya y Jinotega, de acuerdo con la organización
humanitaria.
Según el Cenidh, las muertes de cuatro varones, entre ellos un niño, siguieron el mismo patrón de la mayoría: heridas de bala de alto calibre en la cabeza, cuello o torso.
Este patrón dio pie a que en un informe preliminar la Comisión Interamericana de Derechos Humanos señalara que en Nicaragua la Policía Nacional y las fuerzas “parapoliciales” del Gobierno posiblemente estén realizando “ejecuciones extrajudiciales”, algo que el movimiento Amnistía Internacional clasificó como información confirmada.
Las organizaciones humanitarias y población de Nicaragua están convencidas de que el gobierno de Daniel Ortega utiliza francotiradores contra los manifestantes, lo cual, hasta ahora, no ha sido confirmado más que en fotografías que circulan en redes sociales.
Los asesinatos ocurrieron mientras el presidente Daniel Ortega se toma su tiempo para responder a una carta que los obispos le entregaron con una propuesta de “democratización” del país, ante la cual dijo que iba a
“reflexionar”.
Nicaragua cumple hoy 55 días de la crisis sociopolítica más sangrienta en los años 80, con Ortega también de Presidente.
Las protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, comenzaron el 18 de abril por unas fallidas reformas a la seguridad social, y le exigen su renuncia.
