María Gembero-Ustárroz
Institución Milá y Fontanals de Investigación en Humanidades
Mecenas y dedicatarias. Las mujeres de la realeza y de la nobleza solían recibir formación musical como parte de su educación cortesana, y con frecuencia eran mecenas de músicos y dedicatarias de composiciones.
Durante la Edad Media, tuvieron músicos a su servicio, entre otras, Juana de Navarra (hija del rey Carlos I y reina de Inglaterra desde 1402) y la reina Blanca de Navarra (casada con Juan II de Aragón). Inés de Clèves practicaba la danza y posiblemente compartió las aficiones musicales de su esposo, el Príncipe de Viana.
En el siglo XVIII destacó como dedicataria de obras musicales María Josefa de Armendáriz y Acedo, hija de Juan Esteban de Armendáriz, tercer marqués de Castelfuerte, para quien trabajó el compositor italiano Girolamo Sertori.
En la Biblioteca Nacional de España se conservan diez volúmenes manuscritos con música dedicada a esta dama, uno de ellos (Pamplona, 1758) con seis sonatas para tecla del propio Sertori, y los nueve restantes (fechados en Pamplona y Madrid entre 1758 y 1760) con los Divertimenti musicali per camera, recopilación de piezas operísticas y oberturas sinfónicas de al menos treinta autores diferentes; entre ellos, el propio Sertori y otros importantes compositores italianos y españoles de la época. Posiblemente la propia María Josefa participó como clavecinista y cantante en la interpretación de este repertorio.
Transmisoras de música de tradición oral. Las mujeres, por su histórica relevancia en el ámbito doméstico y en la educación de los hijos, han sido importantes transmisoras de la música de tradición oral.
Continuará…