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EDITORIALES

Medidas para minimizar la inflación

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Los recientes acontecimientos mundiales, como la guerra entre Rusia y Ucrania, han repercutido en la economía global, tanto la de los países más poderosos como la de los países en vías de desarrollo. 

Guatemala no escapa a esa realidad, pues influye negativamente en las finanzas de miles de familias que se ven afectadas por el aumento al precio de los productos de la canasta básica y de otros servicios, como el de energía eléctrica y los combustibles.

Ante ello, el Gobierno de la República ha reaccionado como en otras ocasiones, cuando se han enfrentado diversas crisis en el país, entre las cuales se citan las causadas por el Covid-19 y los fenómenos atmosféricos.

En ese sentido, en apoyo a la economía de las familias guatemaltecas afectadas por la inflación que se registra en el mundo, el presidente Alejandro Giammattei anunció ayer que se estableció un paquete de atención y respuesta de más de Q1165 millones, con el fin de enfrentar el alto costo de la vida.

El citado monto incluye Q745 millones destinados a la Ley de Apoyo Social Temporal a los Consumidores de Diésel y Gasolina Regular, que establece otorgar Q5 por galón al primer combustible mencionado y Q2.50 al segundo.

A ello se agregan Q150 millones para financiar la Ley de Apoyo Social Temporal a los Consumidores de Gas Propano, la cual recientemente el Congreso amplió por tres meses.

También se fija una compensación de Q180 millones para beneficio de 180 mil pequeños productores de granos básicos y alimentos, y se invertirán Q90 millones para consumos menores a los 100 kilovatios de energía al mes, en beneficio de 120 mil hogares. Con todo lo anterior, se busca que el impacto en la canasta básica sea lo mínimo posible.

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EDITORIALES

Giammattei y su gabinete deben rendir cuentas

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Poco a poco, las máscaras de la supuesta decencia empiezan a caer y la verdad comienza a evidenciar el desgobierno de la administración anterior.

Es difícil recordar un día, en los 93 transcurridos en esta nueva gestión, que no se hayan denunciado supuestos asaltos al erario, perpetrados por el equipo que lideraban el exmandatario Alejandro Giammattei y Miguel Martínez.

Las evidencias constatadas en los innumerables casos presentados dejan pocas dudas en cuanto a la corruptela que imperó del 14 de enero de 2020 al 14 de enero de 2024, por lo menos entre una buena parte de la ciudadanía que demanda justicia y castigo.

Lastimosamente, los procesos chocan contra las instituciones llamadas a investigar las querellas, por lo que los responsables de los presuntos malos manejos se mantienen impunes.

En este juego de ideas, ayer el ministro de Salud, Oscar Cordón, afirmó que la acusación que el Organismo Ejecutivo hizo contra Amelia Flores, su antecesora en el cargo, se ampliará a otros integrantes del gabinete de Giammattei, algo que los connacionales reclaman, dadas las sospechas de que los autores intelectuales del fraude cometido en la compra de las vacunas Sputnik
tenían jerarquías superiores a los exencargados de las carteras y secretarías de Estado.

De momento, todo apunta a que la denuncia incluirá a Pedro Brolo, que en su carácter de ministro de Relaciones Exteriores de Giammattei lideró las conversaciones con la empresa rusa
que vendió las Sputnik o contra quien facilitó los recursos para la transacción.

Adicionalmente, en una entrevista con la agencia EFE, el comisionado contra la Corrupción, Santiago Palomo, comunicó que los desfalcos que se cometieron durante el gobierno recién pasado se estiman entre 2 mil millones y 3 mil millones de dólares, dinero que le permitió a los ahora exfuncionarios obtener voluntades en diferentes organismos del Estado y asegurar una vida dispendiosa, aunque ello haya implicado ofensivos retrocesos en materia de desarrollo humano.

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Empieza con desventaja la recuperación de instituciones públicas

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Hay que aceptarlo: las mafias llevan las de ganar. En esta lucha por transformar las instituciones del Estado, los malos parten con ventaja, sobre todo si se toma en cuenta que serán los diputados quienes, finalmente, decidirán la integración de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y de las Cortes de Apelaciones.

Sin embargo, hay esperanzas de que la decencia se imponga y se termine escogiendo letrados probos, comprometidos con el país y respetuosos del Estado de derecho.

En este punto, existen por lo menos dos circunstancias que permiten mantener la fe. La primera tiene que ver con el papel activo que asuman los liderazgos sociales, los que han estado comprometidos con la defensa de la democracia.

A los jóvenes, pueblos indígenas y representantes sectoriales, hartos de la impunidad reinante, les tocará vigilar el proceso y levantar la voz ante posibles arbitrariedades.

De igual manera, la observancia de la comunidad internacional será determinante, así como lo fue al momento de proteger los resultados electorales y sancionar a quienes intentaron desoír la voluntad popular, con el claro objetivo de que el Organismo Ejecutivo continuara copado y al servicio de las mafias.

Aún así, las condiciones son desfavorables. De hecho, ya se conocen los movimientos que los impresentables realizan para copar a quienes integrarán las comisiones de postulación, con el fin de que incluyan a sus allegados en los listados que se elevarán al Legislativo para la selección de los magistrados.

También, existe la posibilidad de que los actuales encargados de la CSJ y de las salas de Apelaciones se nieguen a abandonar sus cargos y recurran a trucos legales a sabiendas de que tienen el apoyo de una buena parte de quienes componen el Organismo Judicial, la Corte de Constitucionalidad (CC) y el Parlamento.

En fin, la convocatoria para la integración de las postuladoras, que tiene previsto efectuar hoy el Congreso, será un nuevo enfrentamiento entre el bien y el mal, batalla en la que, valga decir, aventaja la nueva primavera.

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Salud en Ixcán,en el olvido por décadas

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La salud de la población es una condición absolutamente necesaria para el desarrollo de un país. Por eso es de suma importancia la atención primaria, por una parte, y el adecuado funcionamiento de los centros asistenciales, por otra.

En ese contexto, la situación calamitosa del Centro de Atención Integral Materno Infantil (Caimi) que opera en Ixcán, Quiché, el cual, además, constituye un componente esencial del sistema de salud nacional, es un aspecto que no puede persistir, ya que desafortunadamente esa unidad asistencial no garantiza la atención satisfactoria para los 120 mil habitantes del área.

Las instalaciones del Caimi han caído en total abandono, tan extremo que las áreas de Ginecología, Maternidad y posparto son insuficientes para atender los requerimientos que plantea la demanda de esos servicios.

Una solución transitoria que han encontrado las autoridades locales es trasladar el Caimi a una propiedad de la municipalidad.

Pero la medida definitiva consistiría en edificar una nueva estructura hospitalaria con equipamiento médico moderno y abastecimiento completo; por ello, el gobierno del presidente Bernardo Arévalo tiene el reto de asignar los recursos que el Estado debe aportar, en el ejercicio de su función como protector del bien común, lo que le corresponde conforme a la Constitución de la República.

Pero lo más importante es que esas obras de infraestructura básica sean construidas conforme a los estándares de calidad y que los recursos sean ejecutados de acuerdo con las más estrictas normas de probidad.

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