COLUMNAS
Mario Roberto Morales y el 157 (II)
“CODECA y el Movimiento de Liberación de los Pueblos (MLP)” –tal la apreciación de Mario Roberto Morales– “van hacia un Estado plurinacional y popular que regirá una economía que nos involucre a todos en la productividad, el salario y el consumo, con educación, salud, soberanía y dignidad.”
Mario Roberto Morales, escritor, filósofo y poeta, concluido su análisis, hace esta ardiente exhortación en la última de sus columnas: “¡Vamos todos por la Asamblea Constituyente Plurinacional y Popular! ¡El futuro ya llegó! ¡Somos todos convertidos en uno.”
Cada una de estas frases –sin duda– es una hermosa frase.
Sin embargo –más allá del entusiasmo– vale la pena que hagamos un poco de análisis y que, superando el monólogo, también dialoguemos y, si es preciso, debatamos, ya que una Asamblea Constituyente Plurinacional y Popular –como la propuesta– solamente sería posible dentro del orden constitucional vigente, si la convoca el Congreso de la República con el voto favorable de las dos terceras partes del total de diputados que lo integran, debiendo celebrarse la elección de esta de forma que se elige a los diputados que integran el Congreso de la República –en otras palabras– teniendo los partidos políticos el monopolio de la postulacion de candidatos (los diputados de la Asamblea Constituyente Plurinacional y Popular –en consecuencia– no serían otros que aquellos a quienes los partidos políticos les hayan permitido postularse. ¡Valiente Asamblea Constituyente Plurinacional y Popular, aquella! ). El
25 % de los diputados que la integrasen tendrían que ser electos por listado nacional, y los distritos electorales para elegirles serían inmensos, con sus consecuentes listados distritales, tal y como ocurre con los diputados que integran el Congreso.
Tendríamos –ni más ni menos– que una Asamblea Constituyente que no por Plurinacional y Popular dejaría de tener los mismísimos vicios de los que adolece el Congreso
–el vicio principal–la percepción ciudadana de no encontrarse la ciudadanía en él representada.
Electos los diputados constituyentes, como se elige a los diputados que integran el Congreso, no sabrá el elector quién es SU diputado constituyente, tal y como no sabe el elector quién es SU diputado en el Congreso.
La culpa no es del funcionario, sino del sistema, y electo quien sea electo, con el sistema actual, pararía en lo mismo.
Para que la elección de diputados constituyentes pudiera realizarse en forma distinta, sería preciso que antes de realizarse se cambiara el artículo 157 de la Constitución y que, además con su reforma, desaparecieran el listado nacional de diputados, el monopolio de los partidos políticos para postular candidatos, los distritos electorales inmensos y sus consecuentes listados distritales.
158 diputados electos, todos por distritos electorales pequeños en los que cada distrito elige un solo diputado y gana el cargo, sin fórmulas raras, el candidato que obtiene más votos.
También podría convocarse a la elección de una Asamblea Constituyente Plurinacional y Popular, fuera del orden constitucional establecido; es decir, rompiendo el orden constitucional a través de un golpe de Estado, de una revolución armada o de cualquier otra vía de hecho, violenta o no (prácticamente imposible, sin violencia) CODECA con un cuchillo entre los dientes y AK 47 en manos –triunfadora por la fuerza– o sin uso de fuerza alguna, prácticamente imposible un triunfo así apropiada del poder. ¡Vaya Usted a saber, ni cómo!
Pienso que Mario Roberto Morales –excluida la vía de las armas– podría impulsar esta reforma –la reforma del artículo 157 de la Constitución– ya que sin el Congreso nada es posible; en su manos está el Presupuesto, las leyes, las reformas constitucionales, la convocatoria a una asamblea constituyente y, en fin, las más importantes decisiones nacionales. Imposible que cambie el Congreso y, en consecuencia, cuanto este decide, si no se cambia la forma de elegir a los diputados que lo integran.
Muchos pueden ser los aspectos que nos separan –y lo son– pero pienso que en esto podemos convenir, la necesidad de cambio del 157, la única forma que encuentro para que el pueblo –dentro del orden constitucional vigente– se perciba a sí mismo instalado –y se encuentre instalado– en el Congreso, cambiada la forma de elegir a los diputados que lo integran, la posibilidad de un sistema distinto y no solo de distintos funcionarios, en aquel atrapados.
Instalado el pueblo en el Congreso, electos los diputados de forma distinta, todo lo demás se hace posible.
COLUMNAS
Política Cultural Municipal: un impulso para el desarrollo local
Lic. Ernesto Salvador Flores Jerez
Dirección General de Desarrollo Cultural
La Política Cultural Municipal (PCM) es un instrumento clave que integra un plan de acción y organización a nivel municipal con un enfoque a mediano y largo plazo. Su objetivo es impulsar el desarrollo cultural, posicionando a la cultura como un motor de crecimiento para las comunidades locales. Desde su inicio en 2016, se han formulado 130 PCM, que han sido aprobadas por sus respectivos consejos municipales, alcanzando un hito importante en 2024.
Este proyecto, impulsado por el Ministerio de Cultura y Deportes, a través de la Dirección General de Desarrollo Cultural, se centra en la descentralización de los procesos culturales, asegurando la salvaguarda y promoción de las expresiones culturales, tradiciones y patrimonio local.
Este proyecto se centra en la descentralización de los procesos culturales, asegurando la salvaguarda y promoción de las expresiones, tradiciones y patrimonio.
A lo largo de cinco fases, el proyecto busca involucrar a las autoridades edilicias, organizaciones de la sociedad civil y actores culturales locales, en un proceso colaborativo que refuerza la identidad y riqueza cultural de cada municipio.
La primera fase se enfoca en la vinculación entre el Ministerio de Cultura y Deportes con las autoridades municipales, asegurando el compromiso y aprobación del Concejo Municipal para formular la PCM.
En la segunda fase, se realizan encuentros presenciales en los municipios con la participación de actores culturales clave, en donde se discuten temas esenciales como las artes, patrimonio cultural y deporte, identificando problemáticas y soluciones para su desarrollo.
La tercera fase comprende la redacción de la propuesta de PCM, basada en la información recopilada durante los encuentros. Seguidamente, en la cuarta fase, se lleva a cabo un taller final para validar y corregir la propuesta antes de su presentación oficial al Concejo Municipal para su aprobación.
Finalmente, la quinta fase culmina con la entrega pública de las PCM a nivel nacional, un acto que formaliza el compromiso de las autoridades y actores culturales para la implementación de estas políticas. Este esfuerzo conjunto tiene como meta principal el rescate, la promoción y la preservación de la diversidad cultural y deportiva en cada municipio, fomentando el buen vivir y fortaleciendo el tejido social a través de la cultura.
Con estas acciones, la Política Cultural Municipal se consolida como una herramienta fundamental para el desarrollo sostenible de las comunidades locales, garantizando que las futuras generaciones puedan disfrutar y participar en la rica herencia cultural de sus municipios. Este 2024 se logra un éxito al acumular ya 130 PCM a nivel nacional.
COLUMNAS
Pueblos de mujeres y niños
Patricia Letona
Innovación y Relacionamiento Estratégico
¿Qué futuro le espera a un pueblo cuyo tejido social se ha roto, donde la mayor aspiración de sus jóvenes es encontrar los recursos necesarios para migrar?
¿Cómo hemos fallado como país para que la migración se haya convertido en la principal opción para garantizar el sustento económico?
Tan solo en el 2021, cerca de 300 mil guatemaltecos llegaron de manera irregular a la frontera sur con Estados Unidos, no todos lograron pasar. Muchos de ellos comprometieron todo su patrimonio familiar.
Conozco a guatemaltecos migrantes que desean regresar, pero no saben qué hacer al volver.
En lo profundo de Guatemala encontramos pueblos habitados casi en su totalidad por mujeres, niños y ancianos porque sus hombres y jóvenes ya han migrado. Estamos comprometiendo seriamente las posibilidades de nuestro país si no hacemos un alto e invertimos en la educación tanto de niñas como niños, de los jóvenes. No solo educación formal que de por sí es tan precaria, sino también en habilidades blandas y de desarrollo personal que les permitan encontrar oportunidades para desarrollar negocios en sus propias comunidades.
El impacto de esta fractura en el tejido social tiene dimensiones profundas. La migración no solo ha separado familias, sino que ha debilitado los lazos comunitarios que solían ser el pilar de la cohesión social en muchas aldeas guatemaltecas. La ausencia de los hombres ha reconfigurado la estructura familiar y ha impuesto mayores cargas sobre las mujeres, quienes, además de cuidar de sus hijos y del hogar, deben manejar la incertidumbre de si sus parejas lograrán enviar remesas regularmente y de si los volverán a ver.
Aunque las remesas son una fuente significativa de ingresos para muchas familias, no se traducen siempre en desarrollo económico sostenible ya que a menudo se destinan únicamente a cubrir necesidades básicas y consumo inmediato, en lugar de invertirse de manera productiva en negocios o ahorro a largo plazo. Sin conocimientos sobre cómo gestionar esos recursos de manera eficiente, las oportunidades para generar riqueza sostenible se ven reducidas. Esto perpetúa la dependencia económica y evita que las remesas se conviertan en un motor de desarrollo económico y social en las comunidades receptoras.
La dependencia económica de las remesas es otro factor preocupante. Si bien estas contribuyen a la economía familiar, no reemplazan la presencia emocional y física del padre o del joven migrante. A largo plazo, la migración de hombres podría transformar no solo la dinámica familiar, sino también la identidad misma de las comunidades.
Los niños crecen en un entorno donde la figura paterna o masculina está ausente, lo que afecta su desarrollo emocional y la transmisión de valores culturales y sociales.
Desde un punto de vista económico, ya se siente con intensidad la falta de mano de obra en sectores como la construcción, la agricultura o el transporte, donde muchos trabajadores han optado por migrar.
Conozco a guatemaltecos migrantes que desean regresar, pero no saben qué hacer al volver. Preguntan: ¿Cómo puedo tener una vida digna en Guatemala? ¿Cómo puedo poner un negocio o encontrar un buen trabajo? Muchos han logrado regresar y salir adelante, pero no es tarea fácil. La falta de oportunidades sigue siendo un reto para aquellos que desean volver y construir una vida en su propio país.
Es momento de que enfrentemos este fenómeno, no solo desde una perspectiva económica, sino desde una visión social y humana. La migración toca el corazón de nuestras comunidades. Sin hombres, sin jóvenes, los pueblos corren el riesgo de perder su esencia, y con ello, una parte fundamental de nuestra identidad como nación.
Comunicación y Relaciones Públicas – CONADI
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como “el bienestar que una persona experimenta como resultado de su buen funcionamiento en los aspectos cognoscitivos, afectivos y conductuales; en última instancia, el despliegue óptimo de sus potencialidades individuales para la convivencia, el trabajo y la recreación”. Este concepto nos recuerda que la salud mental no es solo la ausencia de trastornos, sino un estado integral de bienestar que abarca nuestras dimensiones emocional, psicológica y social.
Para el 2024, la celebración del Día Mundial de la Salud Mental será el 10 de octubre.
No podemos concebir la salud física sin cuidar la mental, ya que ambas están profundamente interrelacionadas. El bienestar mental influye directamente en el desarrollo personal, comunitario y socioeconómico, y es un factor clave en la calidad de vida. Por ello, debemos entender que cultivar la salud mental va más allá de evitar enfermedades, implica construir un equilibrio que nos permita desarrollarnos plenamente en todos los ámbitos de nuestra vida.
El autocuidado de la salud mental es importante, desde la niñez hasta la vejez. A lo largo de nuestra vida, enfrentamos desafíos y factores que pueden fortalecer o debilitar nuestra salud mental: desde la estructura social y el entorno en el que vivimos, hasta las circunstancias personales que nos afectan. Estos determinantes influyen directamente en nuestra capacidad para manejar el estrés, las emociones y las relaciones, por lo que debemos incluir en nuestra rutina diaria prácticas de autocuidado orientadas a mejorar tanto la salud física como la mental.
Es preocupante que el gasto destinado a los servicios de salud mental a nivel mundial representa solo un 2.8 por ciento del gasto total en salud. Esta insuficiencia ha contribuido al aumento de problemas de salud mental como la depresión y la ansiedad, que a su vez impactan negativamente en la salud física. Esto refleja una falta de atención hacia un problema que afecta a millones de personas.