En solitario, los integrantes de Stick Men, Tony Levin, Pat Mastelotto y Markus Reuter, ya son un show. Cada uno le entrega el alma a su instrumento y por eso, cuando finalmente su bajo, batería y guitarra se fusionan sobre un escenario, el público no recibe sino un toque de leyenda del rock progresivo. El martes, durante su primera presentación en Guatemala, el trío estadounidense se pegó al corazón de sus fans.
Del presente
En punto de las 21:00, las notas de David Cross, violinista invitado, llenaron la sala del Teatro Lux. Minutos más tarde, a las cuerdas del británico se unieron los múltiples talentos instrumentales de Markus Reuter, la energía de Pat Mastelotto y la maestría de Tony Levin. A lo largo de dos horas, los Stick Men presentaron temas como Cusp y Schattenhaft, pero también Mantra, perteneciente a su más reciente material discográfico Prog Noir.
Al pasado
A pesar de las nuevas canciones y los toques de improvisación, a esta noche no le faltó nostalgia. Ese sentimiento fue aportado por el inevitable recuerdo de King Crimson, la banda de rock progresivo de finales de los 60 de la que fueron integrantes Levin, Mastelotto y Cross. A los temas de esa agrupación, Reuter se sumó con tanta perfección como a esas anécdotas entre las que se ha cocinado esta armonía sonora.
Al final, y luego de que sonara una “versión local” del tema Open (2012), el público no tuvo más opción que rendirse ante la leyenda. La ovación retumbó y el trío, que esa noche fue cuarteto, se despidió con una reverencia.