Revista Viernes
Los guatemaltecos deberían releer la obra de Asturias
El biógrafo, traductor y crítico literario británico Gerald Martin estuvo como invitado en la Feria Internacional del Libro (Filgua) 2024. Con afabilidad para atender a la prensa, pero con la sinceridad de mencionar que se sentía cansado de una jornada extensa, nos atendió para dialogar sobre su interés en la vida y obra del laureado escritor guatemalteco.
¿Qué lo ha motivado a estudiar durante años el trabajo literario de Asturias?
Desde que leí El Señor Presidente, uno de los libros fundamentales de mi formación. También, considero que estaba en mi destino conocerle y estudiarlo, ya que todo lo escrito es respecto de su vida y la relación con su país; en ese sentido, reconozco y acepto ser su biógrafo.
Además, hay un rasgo de Asturias que no se menciona y es importante: la generosidad como persona, escritor, hacia sus contemporáneos, los indígenas y las naciones latinoamericanas. Cada vez que podía hablaba en París sobre Guatemala, no la olvidaba jamás, era una especie de relaciones públicas con su país.
¿Cómo logró el literato retratar esa realidad guatemalteca?
Escuchaba, pero sobre todo intuía. La semana pasada, después de venir aquí, fui al campo para revivir mi conocimiento y percibí que Asturias estaba en todas partes, en los trinos de los pájaros, los árboles, el paisaje y en el habla de las personas.
Si los guatemaltecos releen su obra, pero de otra manera, como una enciclopedia, un diccionario, una antología de vivencias, sería como William Shakespeare en Inglaterra, que está en todos lados porque lo hemos asimilado. Los guatemaltecos aún no le han aprovechado, empezaron al darle ciertos honores; sin embargo, falta que ahonden en su literatura; si se concretara, podría ser una especie de revolución francesa.
Por lo mismo que menciona anteriormente, es que no ha habido otro novelista como él.
Existen buenos escritores, pero Asturias fue el primero que inventó con muchas influencias de los países y sus culturas la manera de escribir que ahora llamamos realismo mágico en la literatura. Tenía contemporáneos en Brasil y Venezuela, entre otras naciones, pero él logró fusionar las diferentes etnias y futuros de una nación en una
novela.
¿Cómo recuerda ese primer encuentro con el Premio Nobel de Literatura de 1967?
Cuando finalicé mi doctorado, viajé a Bolivia y conocí el resto de América Latina, aunque no visité en esa ocasión Guatemala. A los 23 años, en 1967, conocí a Asturias y fue increíble, luego llegó a Inglaterra y desde ahí nos llevamos muy bien. Regresó con su esposa Blanca, un mes antes de ganar el Premio Nobel de Literatura, y fui su guía por Londres, mi ciudad natal; eso no les pasa a muchos jóvenes, sobre todo a los ingleses.
También recuerdo cuando Asturias entró en una aula de la Universidad de La Sorbona, llegó con quien tradujo el Popol Vuh y les dijo a los alumnos que era un maya y es que ningún guatemalteco podría parecerlo más que él. Hablar con Asturias fue un privilegio que nunca he olvidado, lo visité varias veces, incluso me alojé durante una semana en Guatemala y acudí a Madrid cuando estaba enfermo y moría.
Revista Viernes
Construcciones geométricas que involucran temática social
El artista y arquitecto Jorge Luis Linares explora por medio de su arte las dinámicas de una cultura industrializada y de consumo masivo
la que monté exposiciones y me especialicé en grabado. Me gustaron mucho las artes gráficas, la fotografía y arquitectura, un día pasé por la facultad donde observé las maquetas y dije que podría realizarlas. Así que a partir de ese momento estudié esa carrera por si como artista no me iba bien económicamente, pero esta última profesión es mi mayor fuente de ingresos.
¿Cómo combina sus dos profesiones?
Cuando inicié me costó, pero poco a poco comencé a trabajar proyectos relacionados con arquitectura y cultura porque laboré para ingenieros, en urbanística y como modelador 3D. Realicé cuatro proyectos con el arquitecto Álvaro Veliz, de quien he aprendido muchísimo.
Fue alumno del reconocido artista Daniel Schafer, ¿cómo fue esa experiencia?
Haber recibido clases de uno de los grandes artistas fue una gran experiencia y me impresionó mucho porque sí le abría a uno el campo al pensamiento crítico. Son personas que lo marcan con su formación y también en el dibujo de diseño, del cual era una eminencia.
¿Por qué selecciona la temática social en sus piezas?
La sociedad y el arte son un reflejo de un país, aunque respecto al tema de la contaminación visual la idea surgió cuando estaba en el tráfico: imaginé cómo sería si toda esa situación se fuera desplazando para arriba como un efecto visual, pero fue como un sueño vivido dentro del caos vehicular. Igual sucedió con el videoarte de Fluctuaciones, iba en el tránsito y vi una gasolinera con un letrero dañado y me quedé con la imagen en la cabeza para trabajarla después.
Asimismo, salió el tema de la economía porque no lo había abordado como tema central de una muestra y es precisamente esta que se encuentra en Punto D Contemporáneo. Por ejemplo, los dibujos de billetes que elaboré con papel negro libre de ácido y tinta blanca, que por cierto, así retomé la pintura, concibe el concepto del lavado de dinero.
He tomado las dinámicas sociales y culturales y más de la ciudad, las cuales generan todo este tipo de fenómenos como la carga vehicular, la contaminación visual o de los desechos sólidos que es un gran problema que tenemos aquí con el río las Vacas, que es de los más contaminados de Guatemala.
El artista debe hablar desde su experiencia y la mía son estos paisajes, la carretera, etc., que he investigado y tratado desde otro punto de vista. También, como agente externo que va a otro lugar, como cuando fui a Ciudad de México, donde realicé un video llamado Formas + Velocidad, el cual me gusta mucho y es de los pocos en los que utilicé efectos visuales. Con mi cámara grabé en el metro su velocidad y cómo el paisaje se iba barriendo, pero fue un efecto visual; igualmente, en la Torre Latinoamericana capté a las personas y lo nombré la Aceleración de los cuerpos, de cómo como las masas se estaban moviendo.
¿Esperaba el primer lugar de Juannio? Cuéntenos.
Me rechazaron como cuatro veces, la primera ocasión porque debía ser mayor de edad. Hubo un momento en el cual me dije que por disciplina siempre aplicara y este año participé con un video, que tampoco es un medio muy popular para el coleccionista, cuyo proceso disfruté mucho porque grababa solo en la calle. A veces me acompañaban, y se siente cierta adrenalina.
¿Cuál es su proceso creativo?
Tengo bien establecido y parto desde la idea de las investigaciones estéticas no teóricas estéticas, por eso creo que trabajo muchas series. Abordo el arte a través de este método y cito el ejemplo de ir cada año a las pasarelas de la Calle Martí y tomar fotografías; de esta manera observo cómo va cambiando el paisaje, los buses y la publicidad, entre otros detalles. Años atrás creé algo de la región del Corredor Seco que me pareció vital, y como tengo familia de oriente, aprovecharía plantear su paisaje. Quiero salir de mi zona de confort que es la ciudad y trabajar más en el campo.
La parte teórica para mí es fundamental, pero me baso más de los estudios estéticos, desde la parte visual de la comunicación, por eso economía del lenguaje es un juego de palabras con relación a lo audiovisual. A veces es decir poco con mucho, y considero que cualquier persona lo puede asimilar, sin saber demasiado de arte.
El artista se nutre de la audiencia, ¿cuál ha sido esa retroalimentación en sus exposiciones?
Cualquier observador complementa la obra, yo solo sugiero algo y concibo una idea de lo que deseo, pero me interesa que venga la audiencia y lo termine, eso me enriquece mucho. Que las personas me hablen de lo que sintieron cuando vieron las obras.
De la mayoría de series, me parecen que se identifican mucho con la de la contaminación visual porque la gente lo vive, pero no se toman el tiempo de analizar que eso afecta la calidad de vida. Hay estudios que citan que el ruido daña la salud de las personas y debería regularse. Esta permaneció en arte en las calles y en muchas exposiciones; por ello, muchos se identificaron.
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Traicionado por un sacerdote
Ilustración: Sergio Espada
Manuel Tot nació en 1780 y falleció en 1820. Fue un indígena prócer de la Independencia, que nació en San Juan Chamelco, Alta Verapaz. Durante su juventud, sirvió a frailes dominicos.
Su participación en las justas de independencia sucedió en 1813, cuando fue partícipe de la Conjuración de Belén, y ofreció movilizar 15 mil indígenas a la capital. Al momento en que fueron delatados los participantes, Tot trató de huir a México; sin embargo, en San Marcos enfermó con fiebres muy altas y, creyendo que iba a morir, confesó al sacerdote Mariano López Rayón su participación en la conjura. Este, violando el sacramento religioso, compartió la información y Tot fue aprehendido por el alcalde marquense, trasladado a la capital y puesto a disposición de las autoridades españolas. Recluido en una celda oscura y con poca ventilación, finalmente falleció.
Una escultura en su honor fue elaborada por Rodolfo Galeotti Torres, en el parque central de Cobán, Alta Verapaz.
Con información del Diccionario Histórico Biográfico de Guatemala.
Revista Viernes
La literatura y la gastronomía
La cocina guatemalteca está llena de sabor, textura y color. Recetas que han pasado de generación en generación, en familias que cuidan que cada ingrediente sea colocado como debe ser.
Personas e instituciones se han dado a la tarea de preservar esta parte importante del patrimonio culinario nacional, como por ejemplo El libro de la ruta gastronómica.
“Durante varios meses, el equipo de investigación del Ministerio de Cultura y Deportes documentó y registró las recetas para resguardar y reconocer los exquisitos sabores de nuestros variados platillos, que se han transmitido con lealtad y compromiso a nuestra cultura y raíces. Este libro tiene información interactiva con códigos QR que permitirán al lector encontrar videos didácticos que muestran las cocinas guatemaltecas y detallan los ingredientes propios de la cultura mesoamericana”, se lee en el sitio www.sicultura.gob.gt/ruta-gastronomica/ en el que se puede consultar el documento de manera gratuita.
También la casa editora de la Tipografía Nacional ha publicado recientemente cuatro tomos dedicados a la gastronomía: La cocina de la abue…, a 65 quetzales; Cocina centroamericana, a 50; El ABC de la repostería, a 65 y Nutrición y arte culinario, a 65. Todos de la autora Aurora Sierra Franco.