Llamado a respetar la dignidad

Cuando no se trata a tiempo una enfermedad, la cura para esta no se verá de la noche a la mañana, y mucho menos si de ese mal se han derivado otros cuyo medicamento debe buscarse de manera minuciosa para que sea el correcto y efectivo.

El ejemplo anterior podría aplicarse en el caso de los programas sociales, los cuales, desafortunadamente, fueron politizados y manipulados en el pasado, pisoteando la dignidad de miles de familias que necesitan alimentos, educación y salud.

Esas malas prácticas fueron, entre otros, los motivos por los cuales los guatemaltecos exigieron el año anterior la renuncia de las autoridades de turno.

Al asumir la Presidencia, el 14 de enero, el mandatario Jimmy Morales ofreció cero tolerancia a tales acciones y anunció fortalecer la transparencia en la ejecución de todos los programas.

Ayer, durante la presentación, en Zacapa, del proyecto Superamos, el mandatario fue contundente al indicar: “Con el hambre de la gente no se juega”, e instó a los funcionarios públicos a evitar la corrupción.

Dicho plan fue creado con el apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, y servirá para asistir a los núcleos del Corredor seco con raciones de alimentos y la implementación de tecnología que asegurará que el proceso sea cristalino.

Con esta nueva propuesta se evitarán los gastos de almacenaje y se entregará la ayuda de forma transparente, además de que se evitarán las aglomeraciones de personas por la entrega de la ayuda social, como se hacía en el pasado con las bolsas de alimentos, que incluían los colores y emblemas partidarios.

Los 5 mil favorecidos recibirán un vale electrónico que podrán canjear por víveres  en tiendas aprobadas por el Ministerio de Desarrollo, pero se les brindará capacitación para que puedan conocer qué productos consumir para reducir la desnutrición.

Con estas acciones se demuestra que los errores pueden ser corregidos, con el fin de hacer justicia social, lo cual consiste en dar a cada quien lo que realmente merece, como lo acentuó el gobernante.