Comunícate con nosotros al 1590

COLUMNAS

Las tachas, la tabla de gradación y lo que importa  

Publicado

-

Obviamente que no es el mejor de los caminos para ganar el favor de la Comisión de Postulación que tendrá en sus manos la elaboración de la nómina de seis abogados entre los cuales habrá de designar el Presidente de la República al próximo Fiscal General de la República y Jefe del Ministerio Público la crítica que me he permitido hacer del sistema que la rige e incluso de algunas de las decisiones que ha adoptado. La Comisión –esta no es su culpa, lo determina el sistema– se erige en el poder legislativo de cada proceso (establece normas que en cada proceso cambian), también en el poder Ejecutivo (cumple y hace cumplir las normas por ella misma establecidas) y poder Judicial (juzga y dirime).

Una de sus decisiones que me permití criticar, por ejemplo, la cantidad absurda de documentos exigidos de los postulantes y –absurdo de absurdos– ¡aunque usted no lo crea!, las 16 copias de cada uno, santo y remedio para que muchos abogados ni siquiera lo intentaran. No es el mejor camino, decía, para ganar su favor pero, la verdad, no tengo interés alguno de lograrlo (esta no tiene tampoco por qué darlo, ni lo da) siendo lo que me interesa que la Comisión tenga, con el actual sistema ¡difícil lograrlo!, el mejor resultado; tomemos conciencia de los graves defectos que aquejan el sistema y que, debidamente comprendidos, nos esforcemos porque sea el sistema sustancialmente reformado. Podría ser que tampoco sea el mejor de los caminos para llegar al cargo lo que diré a continuación, pero pienso que es importante compartirlo con ustedes, algo que, por cierto, sabe muy bien el Presidente de la República, jefe del Estado: una vez hecho el nombramiento, si llegare a ser el caso, mi independencia –como siempre– rayará en lo absoluto: ninguna sujeción de mi parte sino a la Constitución y demás leyes, tal la institución del Ministerio Público, institución que debe velar por su estricto cumplimiento y perseguir al infractor, sea quien sea, hasta lograr la plena restauración del orden perturbador.

Improbable pues, en mi caso, que llegue a estar en la nómina de los seis y que, si llegare a estarlo, me designe el Presidente “Nombre a alguien que le obedezca”, proliferarán los asesores y las “almas piadosas” y añadirán, de igual manera: Acisclo Valladares Molina no es anti-CICIG ni anti comisionado sino tan solo crítico de los errores (severo, incluso), y lo que hará será esmerarse porque tengan la eficiencia final de que carecen ¡cuidado pues –Comisión– con incluirlo en la nómina y –Presidente– con nombrarlo! Espero que la crítica de los absurdos requisitos, incluidas las 16 copias hayan servido de algo para que la Comisión haya corregido la barrabasada hecha contra la postulante, reincorporada al proceso nuevamente. ¿A quién se le ocurre que podría existir un abogado colegiado activo con más de diez años de ejercicio profesional que careciere de grado académico? También hubieron de sufrir rigores de este tipo otros postulantes.

Estamos a estas alturas en el momento de las tachas y estaremos muy pronto en aquel que corresponde a la tabla de gradación. En cuanto a las primeras ya han surgido absurdas –como por ejemplo– las hechas en contra del único postulante, ex magistrado Titular de la Corte de Constitucionalidad, y que se centran en sus fallos, cuestionando por esta vía, la vía de su descalificación personal, la de los fallos judiciales. Si algo malo en estos, existen vías legales y no la del berrinche (tachas) en eventos de este tipo. ¿Qué importancia sustantiva dos sellos o el simple error de un notario, que no del postulante –el de la hora– cuando no puede derivar perjuicio? Con respecto a la tabla de gradación –la ley es la ley– y a ella habremos de estar, es el lógico producto de la integración que tiene la Comisión Postuladora y que privilegia asuntos académicos que parecieran más propios para la escogencia de un catedrático universitario que de un Fiscal General de la República. Pero, en fin, la ley es la ley: fueron establecidas las normas por la Comisión de Postulación y a estas –salvo si inconstitucionales– habrá de atenerse la propia Comisión y habremos de atenernos.

Si alguna vez se quieren medir los conocimientos debe hacerse por rigurosos exámenes de oposición y algo habría de pensarse para idoneidad, lo que incluye entereza y valor, por ejemplo: trayectoria de vida y superación de pruebas. He contado ya alguna vez esta anécdota pero la vuelvo a compartir, porque viene al caso, me dijo una vez nuestro recordado Edmundo Vásquez Martínez, “usted, Acisclo, nunca va a ser un gran jurista”, a lo que agregó viendo un cierto desconsuelo de mi parte “no va a ser un gran jurista porque es mejor abogado” y con su frase final concluyó, “Lo que dije es un halago puesto que académicos hay muchos en tanto que abogados –abogados– muy pocos”. Pienso que el Ministerio Público debe tener al frente a un abogado –probado como tal– que tenga experiencia en manejo de personal y presupuesto, –capaz de absoluta independencia– demostrada; capaz de aprender de la CICIG y de su Comisionado, pero también de enseñarles; nadie por encima de la Constitución y de las leyes.

Confiable para todos –si están en ley– incluidos países amigos como, por ejemplo, los Estados Unidos de América pero no sometido sino a la Constitución y leyes. Un Fiscal General fuerte. Si esto se quiere, bien, pero si, por el contrario, lo que se quiere es un cuate, sea cuate académico o cuate político, se debe buscar en otra parte. ¿Debo ser el Fiscal General? Lo que quiero es que tengamos un Fiscal General con los caracteres señalados o parecidos y me esforzaré porque así sea. Si soy yo ese Fiscal, pues bien pero, si no lo soy, mejor aún; lo que de verdad me importa es que tengamos el mejor Fiscal General posible. Sean estos días que se vienen, días de nuestra Semana Santa chapina, un buen momento para la reflexión y el reencuentro con nuestras más profundas convicciones.

Acisclo Valladares Molina
Seguir leyendo

COLUMNAS

Día Mundial del Libro y Derecho de Autor en Guatemala

Publicado

-

Saraí Flores Gómez
[email protected]

Los libros son un recurso imprescindible para el proceso formativo, en Guatemala, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el último censo realizado, el 93 por ciento de los jóvenes entre 13 y 30 años sabe leer y escribir; pese a ello, se estima que solo el 1 por ciento lee por placer.

Los libros son conocimiento y han evolucionado en tiempos pasados las paredes de cuevas en la época prehistórica servían como libros, posteriormente los pergaminos, y actualmente los libros electrónicos.

Los libros sirven como capsulas de tiempo que ayudan a recordar el pasado, a soñar el futuro, moldea nuestro intelecto, permite transportarnos a otras épocas y tener muchos panoramas.

La lectura es el ejercicio para la mente, un viaje para la imaginación y conocimiento para la vida.

La lectura es un proceso dinámico que ayuda a decodificar palabras para darle un significado, mientras que construye mundos de conocimiento, todo se hace en conjunto de palabras que ayudan a formar ideas. El acto de leer es un esfuerzo transformador, que ayuda al vocabulario, a la redacción, agudiza el pensamiento crítico, fomenta el amor por el aprendizaje y la imaginación, además de ayudar con la vida diaria.

En Guatemala existen clubes de lectura que ayudan a fomentar la lectura de una forma más interactiva; entre ellos, el que imparte Nueva Acrópolis Guatemala, que cuenta con una variedad de clubes entre ellos, Reading Roulette, Poesía por Leer, Pensamiento Crítico, Panorámica Literaria del Siglo XXI, Nuevos soñadores, Literarias, Letras Nocturnas y el Club de las Aprendices, los cuales son virtuales y presenciales.

La lectura es un placer que se adquiere desde temprana edad, solo así se fomenta el hábito y el placer por leer; como dijo Gabriel García Márquez: “Sería ideal que un niño dedicara parte de su fin de semana a leer un libro hasta donde pueda y donde le guste ­que es la única condición para leer un libro, pero es criminal, para él mismo y para el libro, que lo lea a la fuerza en sus horas de juego y con la angustia de otras tareas”.

El 23 de abril se celebra el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, para promover la importancia de estos. Conjuve reconoce la importancia de los libros en el desarrollo de la juventud, así como el reconocimiento de jóvenes escritores.

Colaborador DCA
Seguir leyendo

COLUMNAS

Productividad, crecimiento económico y ley de competencia

Publicado

-

Antonio Romero

Viceministro de
inversión y competencia, Mineco

Guatemala está muy cerca de dar un paso trascendental hacia una economía moderna y más justa. Me refiero a la aprobación de una ley de competencia, orientada a garantizar que los empresarios eficientes, visionarios y dispuestos a regirse por las reglas del mercado, estén protegidos de prácticas anticompetitivas de sus competidores. 

En esencia, la iniciativa promueve y salvaguarda la competencia en los mercados. Implica la prevención de las prácticas monopolísticas, la eliminación de los obstáculos a la entrada y el fomento de la igualdad de condiciones para todos los participantes en el mercado.

Además, cultiva un entorno en el que las empresas deben competir por la preferencia de los consumidores, por medio del mérito, la calidad y el precio, en lugar de depender de tácticas anticompetitivas para sofocar la competencia.

Tenemos una oportunidad única para crear una institucionalidad sólida, técnicamente competente y que goce de prestigio. 

Hace unos días, después de mucho ir y venir, se aprobó en el Congreso de la República, en segunda lectura, el citado anteproyecto de ley, identificado con el número 5074. El texto propone la defensa de la competencia a través de: i) La prohibición de prácticas anticompetitivas y la creación de la institucionalidad para supervisar e impedir que estas se produzcan; ii) La supervisión de la concentración de los mercados y iii) La promoción de la competencia.

Una de las principales fortalezas es que plantea crear una superintendencia de competencia autónoma y descentralizada, que gozaría de independencia y capacidad técnica para hacer cumplir la ley.

En las discusiones recientes sobre el tema, se han obviado los efectos que las políticas de competencia tienen sobre el crecimiento y la productividad de las economías. La reciente publicación del Informe Económico América Latina y el Caribe, del Banco Mundial, bajo el título Competencia: ¿el ingrediente que falta para crecer?, hace un aporte muy oportuno a la discusión en Guatemala.

En primer lugar, señala que la ausencia de competencia en la región hace que los consumidores paguen precios más altos por bienes y servicios de menor calidad, lo que reduce el bienestar general y contribuye a una desigualdad más elevada.

A diferencia de los hogares con mayores recursos, los más pobres no pueden acceder a bienes y servicios en mercados extranjeros con mayor competencia. No les queda otra alternativa que acudir a mercados monopolizados, en los que no existen incentivos para mejorar los precios y la calidad.

El informe centra su análisis en el papel fundamental de la competencia como estímulo al crecimiento económico. El problema de ello radica en que las empresas en la región nacen y operan en un contexto de baja competencia, sin los incentivos necesarios para mejorar sus capacidades.

La composición de las empresas en América Latina y el Caribe reflejan la existencia de pocas compañías muy grandes, coexistiendo con una multitud de empresas diminutas. No existe un segmento de pequeñas y medianas firmas fuertes, capaces de ejercer presión competitiva sobre las más grandes. Según el estudio, esta distribución asimétrica es causa de la baja productividad y la alta
desigualdad.

Respecto a los resultados de las agencias de competencia en la región, el estudio advierte sobre elementos de diseño que limitan su efectividad como la falta de independencia de autoridades adscritas a los ministerios de Estado y la carencia de personal y presupuesto suficientes. En Guatemala se deben considerar estas lecciones para crear una agencia de competencia independiente y dotada de los recursos necesarios. 

Tenemos una oportunidad única para crear una institucionalidad sólida, técnicamente competente y que goce de prestigio. Allí están el Banco de Guatemala y la Superintendencia de Bancos como ejemplo de que apostar por instituciones robustas da buenos resultados. El proyecto de ley de competencia presenta una oportunidad estratégica para que el país aborde los problemas económicos sistémicos que han obstaculizado su progreso.

Colaborador DCA
Seguir leyendo

COLUMNAS

Los estudiantes y amanuenses también dibujaban (V)

Publicado

-

Ricardo Fernández Gracia 

Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro

Otros dos motivos destacan en el libro por su profusión: la cruz de Calatrava y los corazones. En cuanto al emblema de la mencionada orden de caballería, hay que hacer notar que figuró desde la reconstrucción del complejo monástico por fray Prudencio de Sandoval entre 1616 y 1619, en numerosas cartas de profesión de las monjas estellesas y que llevaban en el hábito hasta fines del siglo XIX, además de aparecer en varios escudos del monasterio en el frontal bordado del altar mayor, obra del maestro aragonés José Gualba, entre 1761 y 1763.

Respecto a los corazones, en un convento benedictino y en el siglo XVIII puede tener un dúplice contenido.

Las décadas centrales del siglo XVIII, cuando se fecha el libro, coincidieron con la difusión del culto al Corazón de Jesús, con la creación de numerosas congregaciones auspiciadas por los jesuitas. 

En primer lugar, el corazón de Santa Gertrudis, monja de la orden del siglo XIII, cuyo atributo iconográfico es un corazón en su pecho en el que está el Niño Jesús, en referencia a la famosa frase: “Me encontrarás en el corazón de Gertrudis”. El cristocentrismo de sus escritos místicos se revaloriza con el corazón, como símbolo del amor divino.

Pero si importante era aquel signo en el monasterio benedictino, las décadas centrales del siglo XVIII, cuando se fecha el libro, coincidieron con la difusión del culto al Corazón de Jesús con la creación de numerosas congregaciones auspiciadas por los jesuitas. En aquel movimiento devocional destacaron la ciudad de Estella y el duque de Granada de Ega.

Varias páginas del libro de cuentas ostentan tanto el corazón de Jesús como el de María. En ambos casos, los anagramas de los nombres de ambos figuran en su interior.

Colaborador DCA
Seguir leyendo

Directorio

  • Dirección General: Carlos Morales Monzón
  • Coordinación General de Redacción: Miguel González Moraga
  • Coordinación de Información: Mario Antonio Ramos
  • Editores: Carlos Ajanel Soberanis, Jose Pelico, Erick Campos, Katheryn Ibarra y Max Pérez
  • Página Web: Isabel Juárez

más temas

©2024 Diario de Centro América - Todos los derechos reservados.