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COLUMNAS

La unión centroamericana

Los centroamericanos tenemos un pasado en común, un presente por compartir y un futuro a construir en paz.

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Dr. Jorge Antonio Ortega Gaytán / [email protected]

En el otoño del siglo XIX, la situación en la región centroamericana continuaba en una incertidumbre total debido a la fragmentación de la federación y la polémica entre los Estados por el liderazgo político. 

El general Justo Rufino Barrios declaró la creación de la unión de Centro América a través de un decreto que justificaba las acciones necesarias de las armas y conformó un ejército unionista de aproximadamente 15 000  elementos, dispuestos a combatir por lograr dicha unificación. Los preparativos permitieron una organización clásica de maniobra terrestre con los componentes básicos de combate (infantería, artillería, caballería y zapadores), lo cual se aceleró debido a la presencia de avances del ejército salvadoreño y la información del desplazamiento de unidades militares mexicanas a la frontera occidental de Guatemala, el Gobierno ordenó preparar un dispositivo de defensa al mando del general Manuel Lisandro Barrillas.

El movimiento de las tropas guatemaltecas dio inicio el 10 de marzo de 1885, encabezadas por el presidente general Barrios hacia la población de Jerez frontera, al esfuerzo militar se sumaron las proclamas de los partidarios de la unión de Centroamérica. El lunes 30 de marzo se inicia una serie de contactos entre los oponentes, logrando conquistas significativas en el campo de batalla, terminado el día con la captura de la posición denominada El Coco, el día siguiente continuaron los encuentros fortuitos entre las fuerzas en contraposición. 

El Estado Mayor inició la preparación de la planificación de las acciones en territorio salvadoreño siendo el ataque a Chalchuapa el siguiente objetivo militar a capturar. Las maniobras ofensivas se desarrollaron en las cuales se dio un incidente de indisciplina por parte del Batallón Jalapa que interrumpió su avance hacia nuevos combates debido a la falta de liderazgo de su comandante; el general Barrios, al ser informado de dicha novedad, se dirigió a las posiciones de la unidad oriental y se puso al frente de los combatientes. La muerte esperaba paciente la llegada del general, que fue víctima de un disparo certero; en el mismo instante que falleció el general, también murió el sueño de la unión centroamericana.

Un proyecto de nación que no logró cuajar, otros conflictos con diversas motivaciones para la unificación llegaran, pero se mantendrá la incertidumbre, las rencillas políticas y las ansias de poder. 

La conflictividad de la libertad desde el 15 de septiembre de 1821 tendrá que esperar muchas años más para lograr una paz firme y duradera que permita unificar los esfuerzos de los centroamericanos en lograr un buen vivir, con oportunidad para todos dentro de una planificación de frente al futuro.

Una patria grande, que requiere propuestas de progreso y desarrollo, una seguridad compartida y una defensa integrar para resguardar sus intereses, recursos y habitantes. 

Los unionistas podrían preguntar cuál es la causa que no permitió en dos siglos de libertad la unión en beneficio de todos los nacidos en el Istmo centroamericano, todo apunta que siempre se buscó la unión y no la unidad política para tomar las decisiones políticas acertadas y elaborar políticas públicas integrales y novedosas retando la creatividad de la construcción de un escenario probable y deseable de bienestar. 

Iniciativas sobrar de cómo se puede desarrollar y construir los estamentos para una patria grande en la posmodernidad. 

Las decisiones están en las manos de los líderes de las naciones, hay adelantos y propuestas lamentablemente son aisladas y su permanencia en muchos casos es efímera por falta de continuidad de los tratados o desavenencias operativas. Los desafíos son múltiples y las oportunidades están a la espera de las decisiones políticas.

Los centroamericanos tenemos un pasado en común, un presente a compartir y un futuro a construir en paz.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

Respeto a los paganos

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Leonel Guerra Saravia
[email protected]

Hace muchos años no existían el Papamóvil ni el Vaticano, pero el humano siempre investigaba para justificar su existencia. Existía mucho paganismo, alguno por no investigar y otros para justificar.

Paganismo nórdico o paganismo escandinavo (en nórdico antiguo: heidindómr) es un término utilizado para describir las tradiciones religiosas comunes entre las tribus germánicas que habitaban en los países nórdicos antes y durante la cristianización de Europa del norte.

El paganismo nórdico es un subconjunto del paganismo germánico, practicado en las tierras habitadas por las tribus germánicas en casi toda Europa central y septentrional, durante la época vikinga.

Diversas ciencias humanas se han interesado por el fenómeno religioso.

El conocimiento actual sobre el paganismo nórdico ha sido inferido por los resultados arqueológicos, etimológicos, y por los materiales escritos de la época. Algunos expertos como Georges Dumézil, sugieren que diversos elementos estructurales y temáticos dentro de las certificadas ideas religiosas escandinavas, ubican al paganismo escandinavo, dentro de la estructura básica de la expresión pan-indoeuropea de las ideas espirituales como un todo.

La religión escandinava es un fenómeno cultural, y, como la mayoría de las creencias folclóricas anteriores a la alfabetización, sus practicantes, probablemente, no tenían un nombre para su religión, hasta que entraron en contacto con forasteros o competidores.

Los vikingos consideraban que los diversos seres sobrenaturales en los que creían, no solo dioses sino también elfos, gigantes y otros muchos, habitaban mundos que los humanos no percibían y con los que raramente podían interactuar, pero cuyos destinos estaban ligados al suyo. Más allá de la fe: existen entre las principales religiones del mundo: cristianismo. Judaísmo.

Hinduismo. Budismo. Islam. Religión suele definirse como un sistema cultural de determinados comportamientos, prácticas, cosmovisiones, éticas, morales, textos, lugares sagrados, profecías u organizaciones que relacionan la humanidad a elementos sobrenaturales, trascendentales, místicos o espirituales. Es decir, el método de otras ciencias enriquece el debate religioso.

Diversas ciencias humanas se han interesado por el fenómeno religioso desde sus respectivos puntos de vista como por ejemplo la antropología, la sociología, la psicología y la historia de las religiones. Por otro lado, disciplinas como la fenomenología de la religión estudian específicamente sus manifestaciones intentando dar con una definición exhaustiva del fenómeno y mostrar su relación con la índole propia del ser humano.

En secciones subsecuentes se desarrollan más elementos para el análisis de la religión. No olvidemos que el humano seguirá investigando.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

Tejiendo la red del progreso en Guatemala

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M.A. Pamela Sandoval Polanco

Dirección de Gobierno Electrónico -GAE-pamela.sandoval
@transparencia.gob.gt

A lo largo de la historia, la tecnología ha sido el hilo conductor de una evolución constante. Desde las rudimentarias herramientas de piedra hasta los sofisticados dispositivos inteligentes de hoy, cada avance tecnológico ha marcado un nuevo capítulo en nuestra relación con el entorno.

La era manual, con su inherente necesidad del contacto humano, dio paso a la era electrónica, una época definida por máquinas activadas con solo presionar botones y mover palancas.

Ahora, nos encontramos inmersos en la era digital, un tiempo donde la información binaria permea todos los aspectos de nuestra vida cotidiana, redefiniendo nuestra existencia en este moderno universo de datos.

Esta revolución digital ha transformado no solo las herramientas que utilizamos, sino también nuestras estructuras sociales, económicas y culturales, instaurando un nuevo paradigma donde la adaptabilidad y la innovación son esenciales para el progreso individual y colectivo.

Estas herramientas digitales, ahora esenciales en nuestra vida diaria, se incorporan considerablemente en el ámbito laboral, educativo y recreativo, por mencionar algunos, logrando que más personas puedan acceder, aprender e interactuar desde cualquier lugar y a su propio ritmo.

La Agenda Digital va más allá de alcanzar objetivos; es una visión de progreso y accesibilidad compartida por todos.

En el ámbito de la administración pública, implica la reestructuración y modernización de los servicios gubernamentales para mejorar la eficiencia, la transparencia y la participación ciudadana. Va más allá de adoptar nuevas tecnologías, implicando una transformación de procesos y cultura organizativa.

Enfrenta retos clave para mantener su relevancia y proteger los derechos de los ciudadanos. Por tanto, en un mundo cada vez más dependiente de la tecnología, algunos disfrutan de las ventajas de la era digital, otros quedan rezagados, limitando su acceso a oportunidades educativas, económicas y sociales.

Frente a este desafío, las agendas digitales de gobierno emergen como planes estratégicos para cerrar esta brecha y fomentar una participación equitativa en la sociedad digital.

En Guatemala, la reciente promoción de la Agenda de Gobierno Digital es un paso adelante en la transformación digital y el uso de las TIC en la sociedad, buscando mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y promover el desarrollo económico. Se consideran aspectos clave como la identidad digital, la interoperabilidad, la ciberseguridad y los pagos digitales.

La identidad digital es un pilar en la modernización y transformación, permitiendo a los ciudadanos realizar transacciones financieras, comerciales, contractuales y legales sin restricciones geográficas.

La interoperabilidad es crucial, ya que mejora la prestación de servicios y la experiencia ciudadana, impulsando el comercio electrónico. La ciberseguridad es vital para la protección digital de personas individuales y jurídicas. Para el avance de la agenda digital, la colaboración entre sectores de la sociedad  es esencial. 

Esta cooperación debe enfocarse en crear oportunidades y acceso inclusivo a servicios públicos innovadores, asegurando interacciones efectivas y legalmente protegidas, y transacciones internas y externas seguras y transparentes.

El esfuerzo conjunto de todos los participantes en la modernización de la administración pública es digno de elogio. El objetivo es facilitar que cada ciudadano obtenga la información y los recursos que requiere de manera sencilla y rápida.

Cada iniciativa digital y cada servicio que se transforma al entorno digital son pasos fundamentales hacia una sociedad más interconectada, ágil y trasparente. La Agenda Digital va más allá de alcanzar objetivos; es una visión de desarrollo y accesibilidad compartida por todos.

Este esfuerzo colectivo nos impulsa hacia un futuro innovador, invitándonos a ser arquitectos activos de un legado digital duradero y a asegurar que la tecnología sea un pilar de progreso, igualdad y bienestar para cada guatemalteco.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

Hubs para la ciudad (II)

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Pablo Allard Serrano

Facultad de Arquitectura y Arte

Estos espacios no solo ofrecen oportunidades económicas y desarrollo comunitario, sino que también juegan un papel significativo en la percepción de seguridad de un espacio urbano determinado, lugares que adquieren una sensación de cuidado que por lo general supera los límites del terreno, ampliando su rango de acción alrededor de barrios y ciudadanos que comienzan a relacionarse con estos Hubs.

En Santiago existen varios Hubs urbanos impulsados por instituciones públicas: HUB Providencia, La Fábrica en Renca, La Paz 482 en Independencia, HUB Vitacura, Corporación Yunus en Peñalolén, por nombrar algunos.

En Santiago existen varios Hubs urbanos.

Estos han generado externalidades positivas a través del emprendimiento, la cultura, la innovación, la acción social y la exploración tecnológica.

Los espacios públicos y las infraestructuras públicas que se abren al barrio hacen más seguros, atractivos y activos estos espacios, se fomenta la participación comunitaria y se disuade la actividad delictual. Además, la presencia de Hubs en áreas previamente descuidadas puede actuar como un catalizador para la inversión y el desarrollo, instalando nuevos servicios, creando comercio y nuevos espacios públicos.

Tal es el caso de la Fábrica de Renca, que recuperó un supermercado abandonado y al poco tiempo floreció el comercio a su alrededor.

Al ofrecer oportunidades económicas, fomentar la innovación en seguridad y transformar el entorno urbano, estos centros además ofrecen oportunidades para el desarrollo local y pueden contribuir a crear ciudades más seguras y prósperas para todos sus habitantes.

Colaborador DCA
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