EDITORIALES
La salud vista como un derecho de todos
Es solo el comienzo. La deuda histórica es enorme. El presidente Bernardo Arévalo lo tiene claro. Sabe que en materia de salud, las anteriores autoridades dejaron un déficit que roza lo criminal. Un tema en el que nadie puede alegar ignorancia. Y menos quienes han estado en el Organismo Ejecutivo o en un concejo municipal.
Si se tratara de señalar culpables, el listado sería interminable. Tan infinito como los robos al erario. Solo comparable con la impunidad que el sistema de injusticia le garantiza a los ladrones de cuello blanco.
Pero allá ellos y sus conciencias. Hoy, la situación empieza a cambiar. Pese a la oposición de ese pacto de corruptos que intenta bloquear que la justicia social se instale en el país y se quede de manera permanente.
Los números son claros. En siete meses y medio de Gobierno se han habilitado 13 puestos de salud, de 31 proyectados para 2024. Además, se tiene previsto remozar otros 81 centros de asistencia en el primero de cuatro años de gestión por los que el pueblo votó y manda la Carta Magna.
El Gobierno entiende que la salud no debe quedar tan lejos. Al contrario, debe estar cerca, en especial, de niños, mujeres y ancianos, los grandes olvidados por esa mafia insaciable que hoy goza de servicios privados a costa del saqueo de fondos públicos. Luciendo, en manos y cuellos, el brillo de un oro ganado con el sudor de otros.
No como el de Adriana. También lejos de la medalla de Jean Pierre. Por supuesto, entre esos politiqueros y los atletas no puede haber comparación, aunque sí muchas diferencias, empezando por la decencia.
Este esperanzador escenario en salud también se vive en educación y seguridad, derechos fundamentales en una democracia de verdad. Poco a poco, todos los guatemaltecos recibirán los beneficios de un presupuesto que, en el pasado, se asemejaba a una piñata, pero no para niños, sino para hampones insaciables.
En estas estrategias, la vicepresidenta Karin Herrera juega un papel fundamental. Por ejemplo, ayer lideró el inicio de un censo que determinará si los niños de primaria registran las tallas y pesos que garantizan su desarrollo completo.
Así como en Chichicastenango, en los otros 339 municipios el Estado comienza a saldar sus deudas. Como en Quiché, en los 21 departamentos restantes la salud, educación y seguridad se acercan a los ciudadanos como nunca antes. Ahora lo sienten.
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Frontal combateal narcotráfico
En ocho meses las fuerzas de seguridad del país, comandadas por el Ministerio de Gobernación, han puesto de manifiesto que el gobierno del mandatario Bernardo Arévalo y la vicepresidenta Karin Herrera, tiene entre sus prioridades combatir el tráfico de drogas y todo lo relacionado al trasiego de estupefacientes químicos.
Por décadas Guatemala ha sido un territorio frágil para los grandes cárteles que han encontrado en nuestras rutas, vías libres para transitar como Pedro por su casa. Hoy, hay un compromiso implacable de luchar contra este flagelo.
Como muestra es que en pocos meses la actual administración ha doblado esfuerzos por tierra, aire y mar, hasta lograr resultados mucho más contundentes en decomisos. Las cifras proporcionadas por la cartera de Gobernación, dirigida por Francisco Jiménez, dan cuenta que el incremento de las incautaciones ha sido de un 210 por ciento hasta el 8 de septiembre, con respecto a la misma fecha del año pasado.
Desde luego que para conseguir estos resultados ha sido necesaria una articulación interinstitucional con el Ministerio de la Defensa y otras entidades, además de una implementación de programas de capacitación y apoyo contínuo a la Policía Nacional Civil.
Sobre los números, en 2023 se había decomisado 3 mil 474 kilogramos de cocaína, mientras que a 2024, el volumen fue de 10 mil 777.96 kilogramos. En términos de valor, equivale a 1 mil 107 millones, 346 mil 471 quetzales.
Pero no solo este alcaloide ha sido blanco de nuestras fuerzas públicas de seguridad. Los resultados también se ven en metanfetamina, aeronaves y embarcaciones confiscadas, además de armamento y capturas de implicados.
Es oportuno elogiar ese esfuerzo y profesionalismo que los agentes de seguridad han puesto en cada acción que emprenden para evitar que la droga llegue a sus destinos, principalmente Estados Unidos y Europa.
Se han redoblado esfuerzos en todas las líneas fronterizas con nuestros vecinos, El Salvador, Honduras y México, además de mantener una coordinación muy cercana con los respectivos gobiernos, incluyendo Colombia, desde donde procede la mayor cantidad de la droga que pisa suelo guatemalteco.
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Ni corruptos que escupan tu faz
No fue casual. Es claro que hubo una coincidencia de pensamientos. Exactamente en dos puntos, aunque compartieron una tercera visión: crear instituciones decentes. La clave es, parafraseando el Himno Nacional, evitar que los corruptos sigan escupiendo en la faz a Guatemala. Con absoluto descaro y total impunidad.
Lo cierto es que la conmemoración de la independencia de España permitió a los presidentes del Ejecutivo, Legislativo y Judicial hacer sus reflexiones sobre el pasado, presente y futuro del país. Aunque
pareciera algo obvio, por la gesta ocurrida en 1821, los continuos llamados a la independencia de los Poderes del Estado no fueron casuales. Tenían un propósito y varios destinatarios.
Lo mismo sucedió con las exhortativas compartidas para que se impulse una elección de Cortes decentes, alejadas del grupo de mafiosos que logró cooptar el sistema de justicia, con el cual se garantiza inmunidad, pese a la dimensión de sus saqueos.
En ese marco, llamaron la atención las palabras del máximo jefe del Organismo Judicial (OJ), Oscar Cruz, el único de los 13 magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) que no busca ser reelecto en el cargo. Integrar el OJ es un gran reto y un gran desafío.
Él como la mayoría de guatemaltecos, entiende el énfasis, y lo complicado que se presenta el panorama para garantizar tribunales imparciales. Que persigan los crímenes, no las ideas.
Un régimen republicano. Democrático. Representativo, fueron los términos priorizados por Nery Ramos, presidente del Parlamento, para quien la independencia, soberanía y libertad son tesoros invaluables, aunque, de momento, incompletos. Mancillados por fiscales, jueces y magistrados que se niegan a depurarse.
El evento habría sido desaprovechado si no se reiteran las exigencias de los guatemaltecos en torno a romper los lazos de corrupción. En este combate, el referente es el jefe de Estado, Bernardo Arévalo, para quien el robo es la antítesis de la independencia. El que mantiene las viejas y duras cadenas. Que, de momento, impiden que ondee libre al viento la hermosa bandera.
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Con integridad se puede saldar la deuda social
En 1992, cuando protagonizó Perfume de mujer, una de sus películas más emblemáticas, Al Pacino pronuncia un discurso extraordinario. En síntesis, el actor habla de integridad. Enfatiza que los “líderes deberían estar hechos de eso”, aunque está conciente de que no es así.
“Es demasiado duro llegar a la escrucijada y elegir el camino correcto”, reflexionó el actor, quien ganó el Oscar por su papel del coronel Slater. Sobra decir que muchos de nuestros dirigentes políticos, empresariales, sindicales, sociales o del sistema de justicia han elegido la ruta incorrecta en el manejo de las finanzas públicas o en el ejercicio del poder.
El saqueo de los impuestos que recientemente evidenció la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) permitió que se hicieran comparaciones matemáticas en las que se dimensiona lo que el Estado pudo adquirir con esos 300 millones de quetzales robados. Cinco millones de menús de pollo frito, que alcanzaría para uno de cada tres guatemaltecos. Ciento treinta y seis apartamentos de lujo o 488 Ferrari modelo 2016 (Plaza Pública, 14 de agosto de 2024). Son algunas equiparaciones.
Pero conviene quedarnos con este dato: con lo hurtado en impuestos se habría comprado 337 mil 636 canastas básicas, con lo cual se pudo alimentar a 28 mil 136 familias por un año. Claro, se necesitaba integridad, vergüenza, probidad, de lo que carecieron los gobernantes anteriores.
Aquí radica la importancia de la cruzada nacional por la nutrición emprendida por el presidente Bernardo Arévalo y la vicemandataria Karin Herrera, junto al ministros y viceministros de la cartera de Agricultura, que ayer llegó a Quiché.
De acuerdo con información oficial, de enero a agosto de 2024 se han entregado 364 mil 289 raciones de alimentos en todo el país. De esta forma se comienza a saldar la deuda que se tiene con las comunidades más necesitadas. Sin duda, falta mucho. Nadie ignora que la meta es ambiciosa.
Pero se puede, sobre todo si se tiene integridad. Si los impuestos se utilizan para servir y no para enriquecerse. Este Gabinete se enfrenta a la encrucijada de su vida, pero confiemos en que optará por el camino correcto. Por la decencia. Por los guatemaltecos.