CARLOS MORALES MONZÓN
Periodista y Profesor Universitario
El monstruo de las tres cabezas tiene a Guatemala sumida en una crisis de gobernanza. Nada avanza porque el ambiente parece un laberinto, de aquellos en los que por donde se camine se encuentran topes.
Las cartas están tiradas y los gobernantes lo saben, más parecieran intentar dar vida a la nueva primavera, sin necesidad de recurrir a la violencia, aunque por dentro sepan que hay que acabar con el monstruo.
Se ha vuelto tan complicado gobernar en un ambiente armonioso, que hasta contando con los recursos es difícil su administración.
Por ejemplo, hay dinero porque la Superintendencia de Administración Tributaria ha demostrado eficiencia en la recaudación, pero nada se puede gastar porque para ello se debe aprobar un reajuste presupuestario que algunos se niegan a darle luz verde.
El monstruo de las tres cabeza tiene a Guatemala sumida en una crisis de gobernaza
Se quiere actuar sobre la base del estado de derecho, pero los casos se declaran en reserva y se niega toda información que permita enfrentar los proceso con la claridad que, como sujeto procesal, se necesita para que exista un debido proceso.
Pareciera que existe una consigna de dar al traste con esta administración, así se tenga que recurrir a las más viles bajezas.
Aun con casi todo en contra, el presidente Bernardo Arévalo y la vicepresidenta Karin Herrera siguen trabajando con todo esmero. Sus ideales de hacer de Guatemala un país diferente no han variado para nada, pese a todo. Continúan su trabajo para lograr construir un país con oportunidades para todos, con educación superior para la mayoría, con niveles de vida que faciliten desarrollo y crecimiento económico, con seguridad ciudadana de alta calidad y todas aquellas condiciones que permitan que todos salgamos adelante.
Es más, con las mejores intenciones de facilitar la participación de nuestros atletas olímpicos, el mandatario consiguió que la delegación guatemalteca fuera aceptada con todas las de ley y que nuestros deportistas no se vieran en la penosa necesidad de participar como independientes. Hoy, con el esfuerzo de nuestros representantes y el apoyo del gobierno, la bandera ha ondeado en París, dándonos satisfacciones de sumar al récord nacional, hasta el momento, dos nuevas medallas, incluso alcanzando una presea de oro.
Pero se sigue de frente, aun cuando el monstruo insiste en moverse por donde puede para truncar el desarrollo social, económico y político. Sabemos que juntos, pueblo y gobernantes, podemos conseguir, que Guatemala salga adelante.