Mientras nos desgarramos las vestiduras tratando de convencer a una docena de millones de habitantes, en que se debe interrumpir el proceso institucional, mediante pronunciamientos mediáticos y exagerado libertinaje en el uso de las redes sociales, marchas y concentraciones populares para llegar a un golpe técnico, nuestro compatriota Jorge Vega, con su sencillez y glamur deportivo, ha llevado la bandera nacional, no en blanco y negro, sino en azul y blanco del cielo que permanece en el firmamento, a países que jamás se imaginaron que un guatemalteco superaría el trabajo de ellos. ¡Fascinante! La fotografía de Jorge Vega, publicada en los medios impresos y virtuales ayer, esa que recorrió el mundo, en dónde las cámaras lo congelaron en el aire de manera vertical, con los pies arriba, la cabeza abajo, resaltando todo el aparato circulatorio (sangre, venas y arterias) y los músculos de su cuerpo, evidenciando el esfuerzo, la concentración y la seguridad en sí mismo, para dominar sus movimientos elásticos e impresionantes que lo han ubicado dentro de los 5 mejores del mundo.
Los que hemos hecho deporte intensivo, trabajar mañana, tarde y noche, como rutina programada para un fin, sabemos lo difícil que es disciplinarse. Fusionar como composición química la práctica con el cuerpo y la mente, al extremo de vincular todo en un solo momento. Lo más sobresaliente es la disciplina para lograr ser el mejor. Ese tipo de hazañas son las que merecen premiar. Darle su lugar como campeón, tener el apoyo logístico y económico, tanto a él por las metas alcanzadas, como a su disciplina, que de la misma manera que la marcha, ahora el ciclismo femenino, merecen ocupar los renglones presupuestarios más grandes que tenga el deporte nacional. Cada quien tiene deportes favoritos, por afición, fanatismo y práctica, el más popular en nuestro medio es el futbol, con la mala suerte en Guatemala de ir de más a menos, al extremo de ser descalificado en las competencias internacionales.
Es decir, que ya perdió el trono en el escenario deportivo. Con los partidos mediocres que se observan en las canchas nacionales, el interés se ha desvanecido y aquella esperanza de llegar a un mundial a corto o mediano plazo se perdió. Ahora las portadas mediáticas son para gimnasia, pero no solo se debería de quedar en la fama, sino también en el apoyo directo para convertir en un brazo fuerte lo que podemos hacer bien. Por el momento me quedo con Jorge Vega como el deportista favorito. Estoy impresionado con su preparación, rendimiento y resultados. Los premios obtenidos no son departamentales, nacionales, centroamericanos, hispanoamericanos, son mundiales. Esta entre los 5 mejores del mundo. ¡Qué orgullo! De la misma manera que los guatemaltecos, me siento orgulloso de que sea hermano nuestro. Que Dios lo bendiga y que siga adelante, espero que ahora cuente, con todo el apoyo logístico y económico, sin discusión.
El mérito lo tiene y se lo ha ganado. Si no hay, que se pidan transferencias internas. El deporte constitucionalmente recibe un 3 por ciento del Presupuesto General y de eso va el 50 por ciento al deporte federado y el 25 por ciento al no federado. En este último, lo que corresponde a los deportes que no han funcionado en participaciones, tanto la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala como el Comité Olímpico Guatemalteco, como rectores del deporte nacional, en este momento deben reprogramar las asignaciones y mejorar el apoyo a la gimnasia.