El alza generalizada de precios o más conocida como inflación, en la zona euro mejoró levemente en marzo, pero se mantuvo en territorio negativo, al -0.1 por ciento, según la primera estimación de la agencia europea de estadísticas Eurostat.
En febrero, el índice de precios se había desplomado pasando de 0.3 en enero a -0.2. La inflación de marzo coincide con la estimada por los analistas.
Para revertir la tendencia deflacionaria, el Banco Central Europeo volvió a adoptar medidas para estimular el crecimiento y la inflación reciente, lejos del 2 por ciento al que apunta a mantener la entidad.
Por sectores
Los precios de la energía retrocedieron 8.7, al igual que en febrero, depreciando así el índice general que sin la energía, la alimentación y el tabaco, por naturaleza muy volátiles, llegó al 1 por ciento, 2 décimas más que en febrero y el mismo nivel alcanzado en enero.
Mientras, el índice del precio de los servicios marcó una evolución de 1.3, una clara recuperación con relación al mes de febrero en que registró 0.9, y una tendencia al alza respecto a enero cuando alcanzó 1.2.
En tanto, el costo de los bienes industriales, sin contar la energía, se contrajo 2 décimas a 0.5.
En negativo
Este segundo mes consecutivo de inflación negativa es una decepción para el BCE, estimó Howard Archer, de IHS Global Insight, que a principios de mes redobló sus esfuerzos para impulsar la recuperación económica en la zona euro.
“Aunque el Banco se conforte en parte por un aumento en la inflación subyacente [sin energía, alimentos y tabaco] (…) esta se vio influenciada en parte por un receso de Pascua más adelantado este año”, añadió.
La evolución de la inflación subyacente revirtió el declive de los meses anteriores (…), pero los datos por país ya publicados sugieren que podría reflejar en parte una Pascua adelantada”, coincidió por su parte Jonathan Loynes, de Capital Economics, estimando que la situación podría repetirse en abril.
El panorama
“En el futuro, la inflación en la zona euro podría mantenerse cercana a cero en los próximos meses antes de aumentar en la segunda mitad del año, cuando los efectos de los precios negativos de la energía se disipen”,
explicó Loynes.
Una evolución de precios cercana, pero inferior a 2 por ciento recién sucedería en 2018.
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