Por: Dr. Oscar M.
Barreneche
Representante OPS/OMS
en Guatemala
Uno de los mitos que existen en torno al suicidio se refiere a que es mejor no hablar sobre el tema, pues cualquier mención a la palabra suicidio podría ser interpretada como un estímulo para un potencial suicida. Hablar abiertamente puede dar a una persona tiempo para reflexionar sobre su decisión.
El 10 de septiembre conmemoramos el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, bajo el lema: trabajando juntos para prevenir el suicidio. Nos encontramos con un panorama mundial poco alentador, ya que cada año se suicida casi un millón de personas, lo que significa una muerte cada 40 segundos. El suicidio se puede producir a cualquier edad. En 2016, fue la segunda causa principal de defunción en el mundo, dentro del grupo etario de 15 a 29 años. Junto al Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) y al Programa de Salud Mental, hacemos esfuerzos para abordar la problemática psicosocial de la región ixil, con estrategias de intervención, prevención y vigilancia de la salud mental de las familias. Además, hemos capacitado al personal de primer y segundo nivel de atención de Guatemala Sur y Central, en la guía de mhGAP para los trastornos mentales, neurológicos y uso de sustancias, como parte del proyecto del fondo central para la acción en casos de emergencia, para responder a la emergencia del volcán de Fuego. Al conmemorar el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, como Organización Panamericana de la Salud y Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) hacemos un llamado a hablar más sobre este tema y dar un enfoque multisectorial para otorgarle al suicidio la importancia y la prioridad que necesita en la agenda de salud pública.