Desde la implementación del Plan Belén en el año 2006, la prohibición y regulación de la venta de silbadores y cachinflines han sido determinantes en la baja de las emergencias por quemaduras, así como las capacitaciones en prevención y control de conatos de incendio que reciben los vendedores y comercializadores de fuegos pirotécnicos por parte de los Bomberos Municipales, explicó el entrevistado.

¿Aún se comercializan los silvadores y cachinflines?
Afortunadamente ya no. Los guatemaltecos tomaron conciencia de dejar de adquirir estos productos, ya que eran sinónimo de peligro y causa de muchos accidentes para las fiestas de Navidad y Año Nuevo.
Desde hace varios años, el control del contrabando de estos productos, que ingresaban, en su mayoría de El Salvador, aunado a la prevención y la conciencia de los guatemaltecos, ha tenido su impacto. Como dice el refrán: lo importante no es llegar sino mantenerse, y hoy se puede decir que se mantiene la lucha contra la comercialización de esta clase de juegos pirotécncos.

¿Qué acciones reúne el Plan Belén?
El objetivo fundamental es evitar accidentes causados por el manejo incorrecto de juegos pirotécnicos y productos peligrosos, como los silbadores y canchinflines, mediante la distribución de afiches con recomendaciones a los padres de familia para el cuidado de sus hijos. Además, con el cumplimiento de las medidas de seguridad donde distribuyen y venden estos productos, y sobre productos de contrabando.

¿Qué instituciones participan en este proyecto?
El plan se inició con los Bomberos Municipales de la capital, y viendo que tuvo un impacto positivo, conforme transcurrían los años nos adherimos instituciones como la Dirección de Atención al Consumidor (Diaco), Policía Nacional Civil (PNC), por intervención de la División de Investigación y Desactivación de armas y explosivos (DIDAE), la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), así como los ministerios de la Defensa, Gobernación, Salud Pública y el Seguro Social. Ampliamos la cobertura en todo el país, y se hace cumplir con efectividad.

¿Cuántos comercios fueron verificados en 2017?
En el perímetro de la ciudad capital se tuvo una cobertura de 200 negocios supervisados mediante los operativos que fueron impulsados por la DIDAE, Diaco y otras instituciones. En el resto del país fueron más de 100 establecimientos y vendedores de la economía informal.
Un alto porcentaje de los establecimientos contaban con su extintor, balde con arena o toallas húmedas, acatando las recomendaciones que fueron planteadas en las inducciones, para evitar que un incendio tome proporciones de riesgo.

¿Qué tipo de productos están calificados como peligrosos?
Todos los juegos pirotécnicos sin supervisión son calificados como peligrosos. En las últimas reuniones de la Mesa Técnica sobre el tema se busca prohibir la venta de las famosas bombas y morteros. No tiene sentido para estas fiestas la venta de estos productos, ya que se trata de una época de convivencia, y no para causar incidentes. Por ello es necesario regularlos.

¿Han llegado a verificar las coheterías?
Sí, se han supervisado centros donde se manufacturan estos productos, para hacer conciencia sobre las medidas mínimas de seguridad, pero en su gran mayoría no entienden esta función y piensan que se llega con la intención de cerrarlos. Es un trabajo intenso que se hace para fortalecer los planes de prevención para evitar accidentes.

¿Cuánto tiempo durarán estas supervisiones?
Iniciamos estas acciones desde el 3 de diciembre, y tenemos contemplado concluir el 31. Es importante mencionar que la Diaco tiene presencia en 21 departamentos y tiene habilitado el número teléfonico 2501-9600
para cualquier tipo de denuncias.

Perfil

Herbert Ordóñez es profesional universitario. Inició en el Ministerio de Economía, en la oficina de Control de Precios, hace más de una década, y actualmente se desempeña como jefe del Departamento de Verificación de Vigilancia en Diaco.

Yuri López